Cinco años después de recibir un primer impulso internacional con la Declaración de Bruselas, el anhelo de un escenario de paz definitiva y democracia en Euskal Herria se volvió a plasmar ayer en la capital institucional europea, donde se dio a conocer la «Declaración por la Libertad de Arnaldo Otegi, presos vascos a casa». Un […]
Cinco años después de recibir un primer impulso internacional con la Declaración de Bruselas, el anhelo de un escenario de paz definitiva y democracia en Euskal Herria se volvió a plasmar ayer en la capital institucional europea, donde se dio a conocer la «Declaración por la Libertad de Arnaldo Otegi, presos vascos a casa». Un texto que lanza una campaña internacional a favor de la libertad del líder independentista encarcelado en Logroño y por el fin de la dispersión de los presos vascos.
Junto a ella se presentó una nutrida lista de personalidades de reconocido prestigio internacional que se adhieren a la iniciativa, entre las que destacan el hasta hace un mes presidente de Uruguay, José «Pepe» Mujica, su compañera y senadora uruguaya Lucía Topolansky, la activista y filósofa estadounidense Angela Davis, el carismático excalcalde laborista de Londres Ken Livingstone y el arzobispo sudafricano y premio Nobel de la Paz Desmont Tutu.
Junto a otros nombres como los de los expresidentes de Paraguay y Honduras Fernando Lugo y José Manuel Zelaya (ambos depuestos por sendos golpes de Estado), suscriben la declaración el escritor y cineasta Tariq Ali y el pensador esloveno Slavoj Zizek. Ellos y el resto de los firmantes sellan su compromiso con la resolución del conflicto vasco, que mantiene y aumenta así su apoyo internacional pese al bloqueo de los Estados español y francés, un hecho denunciado ayer en Bruselas.
No solo cambia la lista de adhesiones respecto a la Declaración de hace cinco años, sino que también lo hace el tono y el fondo de la nueva iniciativa. Si en 2010 los firmantes pedían a ETA un «alto el fuego permanente y verificable» y al Gobierno español una respuesta a la altura de esa decisión, la declaración internacional conocida ayer toma nota de los deberes realizados por cada actor durante los últimos años y dirige sus demandas en esta ocasión a Madrid, a quien reclama la «libertad para Arnaldo Otegi y el traslado de los presos al País Vasco».
«Desgraciadamente, el fin de la actividad de ETA, que ha mostrado su disposición a un proceso de desarme y de diálogo y reconciliación que tenga en cuenta el dolor de todas las víctimas, no ha traído consigo todavía respuesta positiva alguna por parte del Gobierno español», detalla la declaración.
El texto fue leído ayer en el Parlamento Europeo por el músico vasco Fermin Muguruza, encargado de poner voz al texto firmado por un total de 24 personalidades (cifra que podría ir aumentando en los próximos meses) y en él también se lee que la «liberación» de Otegi y «el final de la política de alejamiento, como paso previo a la excarcelación temprana de los presos vascos, son pasos necesarios para poder alcanzar una paz justa y duradera en la región». ¿Por qué lo demandan? «Por humanidad. Por justicia, Porque creemos en una solución sin vencedores ni vencidos», subraya el texto.
De esta manera, estos referentes internacionales fijan una doble reclamación. Por un lado, la «libertad inmediata del hombre que supo arriesgar por la paz y la democracia, de quien apostó por la palabra cuando parecía que nadie lo haría», en referencia a Otegi, encarcelado desde 2009. Y por otro, el fin de la dispersión como paso previo a la «excarcelación temprana». «Cerca de 500 presos vascos relacionados con este conflicto» están dispersados «en prisiones lejanas al País Vasco, frecuentemente incomunicados», lo cual provoca «un castigo añadido a sus familiares, abocados a recorrer largas distancias para poder visitarlos», denuncian los firmantes de la Declaración.
Junto a Muguruza, presentaron la iniciativa el abogado y facilitador sudafricano Brian Currin y la eurodiputada del Sinn Féin Martina Anderson. El primero recordó que conoce a Otegi desde hace diez años y que desde el primer momento vio que se trata de «una persona excepcional, con carisma, valentía y compromiso», a la que tienen preso «por atreverse a luchar por la paz».
Anderson, por su parte, conocedora en carne propia de lo que suponen cárcel y dispersión, explicó que estuvo «dieciséis años separada de su marido por la prisión» y recordó que «cuando nos comprometimos en la lucha lo hicimos sin implicar a nuestras familias, por lo que no deben ser castigadas». «Esto se parece a Palestina, recurren a la táctica del castigo colectivo», añadió Anderson.
En cualquier caso, la eurodiputada del Sinn Féin, que fue la encargada de cerrar el acto de ayer, quiso concluir con un mensaje de esperanza. Y así recordó que, en el caso de su país, Irlanda, «tenemos exprisioneros que son ahora diputados y ministros, y sobre todo tenemos gente trabajando para lo que sucedió no vuelva a ocurrir». Mensaje similar al que Muguruza utilizó también para poner punto final a su discurso. Bajo la atenta mirada de Currin, el músico vasco recordó algo que Nelson Mandela dejó escrito: «En mi país primero vas a prisión y luego eres presidente». «Puede que Otegi emplee esta cita alguna vez», añadió Muguruza.
Currin reclama a las instituciones europeas una mayor implicación
«Me voy a poner la chaqueta de activista que normalmente no puedo ponerme», advirtió Brian Currin. Y es que se expresó sin pelos en la lengua en la primera parte del acto celebrado en el Parlamento Europeo, donde repasó brevemente los cinco años transcurridos desde la Declaración de Bruselas que presentó en 2010 junto a la entonces eurodiputada flamenca y miembro del Friendship, Frieda Brepoels, y el también eurodiputado flamenco Mark Demesmaeker.
Currin destacó que, pese al bloqueo del Gobierno español, «en el País Vasco se ha seguido trabajando y se ha avanzado en aspectos como la reconciliación». Sin embargo, lamentó que la posición española haya impedido más avances en un proceso bloqueado en dos puntos que concretó: el desarme y los presos. Sobre el primero, el facilitador fue muy claro: «¿Os imagináis que Hamás dice que quiere entregar las armas e Israel le responde que no quiere dar ni un vistazo? Pues eso pasa en el País Vasco». «La Comisión Internacional de Verificación ha confirmado que se dan las condiciones para el desarme, pero la concreción de dicho proceso requiere que los gobiernos se impliquen», insistió.
Sobre la dispersión fue todavía más duro. Denunció el «coste emocional» que tiene, además del financiero, para las familias y consideró que «parece mentira que esto ocurra hoy en día». «Si no hay riesgo de acción armada por parte de ETA, ¿cómo pueden justificar la dispersión si no es por venganza?», se preguntó Currin. Y concluyó reconociéndose a veces «un poco solo» y pidiendo mayor implicación a la comunidad internacional y, sobre todo, a las instituciones europeas: «Debe haber una forma en la que puedan participar en el desarme, no se pueden quedar de brazos cruzados ante esta política punitiva colonial».
Previamente, la exeurodiputada Brepoels rememoró la formación del Friendship y lamentó que «España no quiere comprender que la paz en el País Vasco tiene que venir también del extranjero». Lo hizo ante una nutrida representación de eurodiputados entre los que destacaron los vascos Josu Juaristi (EH Bildu) e Izaskun Bilbao (PNV); Josep Maria Terricabras (ERC), Marina Albiol (EUPV) y Lidia Senra (AGE), desde el Estado español; y electos irlandeses, suecos y chipriotas, entre otros. También hizo acto de presencia brevemente la eurodiputada del PP Teresa Jiménez Becerril, que tomó la palabra para recordar que ETA mató a su hermano y denunciar que no cabe hablar de paz porque «no ha entregado las armas ni se ha arrepentido». «Y ahora me voy, bastante he hecho en venir», concluyó. Currin tomó la palabra para solidarizarse «con el sufrimiento de su familia» y desear que su trabajo sirva para acabar con esto definitivamente.
Intervenciones
«Cuando nos metimos en la lucha, lo hicimos sin implicar a nuestras familias; no se les puede castigar». MARTINA ANDERSON. Eurodiputada
«El pesimismo no está en nuestro vocabulario, llegará el fin del conflicto; mientras, tenéis nuestra solidaridad». MARK DEMESMAEKER. Eurodiputado
«No entendemos la intransigencia de Madrid, no quiere comprender que la paz viene también de aquí». FRIEDA BREPOELS. Exeurodiputada
«No hay riesgo de acción armada de ETA, ¿cómo justifican la dispersión si no es por venganza?». BRIAN CURRIN. Abogado y facilitador