Sería quedarse corto decir que este año pasado ha sido difícil para el intercambio académico entre Cuba y los Estados Unidos. Lo que hace dos o tres años prometía ser una época de auge para tales intercambios, después que los dos países dieron pasos hacia la normalización bajo los entonces presidentes Raúl Castro y Barack […]
Sería quedarse corto decir que este año pasado ha sido difícil para el intercambio académico entre Cuba y los Estados Unidos. Lo que hace dos o tres años prometía ser una época de auge para tales intercambios, después que los dos países dieron pasos hacia la normalización bajo los entonces presidentes Raúl Castro y Barack Obama, cambió de rumbo radicalmente en sentido negativo después que Donald Trump fue electo presidente de los Estados Unidos en noviembre de 2016.
Durante el mandato de Obama, especialmente después del anuncio bilateral del 17 de diciembre de 2014 para iniciar la normalización entre los dos países, los viajes a Cuba aumentaron, incluyendo los de intercambio académico. El gobierno de Obama trabajó para aligerar las restricciones a los viajes durante este período. Las doce categorías para viajar, incluyendo visitas familiares, actividad periodística, asuntos gubernamentales, actividades educacionales, etc., fueron aumentadas considerablemente. En particular, dejó de ser un requisito que los intercambios académicos fuesen de diez semanas o más. Y de enorme impacto fueron los cambios en la categoría de licencia «pueblo a pueblo». Como muestra, en 2015 los visitantes norteamerianos aumentaron 77% la cifra de 161 000 de 2014, sin incluir a los cubanoamericanos. Su número aumentó nuevamente en 2016. Sin embargo, todo eso cambió en 2017 y las nuevas políticas han reducido grandemente el flujo del intercambio académico y los viajes en general.
El propósito de este artículo es dar a conocer el punto de vista de miembros de la comunidad de viajes educacionales en los Estados Unidos sobre la situación actual, así como analizar ideas sobre cómo puede continuarse y estimularse este valioso intercambio por parte de los cubanos y estadounidenses interesados. Este artículo fue escrito en colaboración con el Center for Responsable Travel (Centro para Viajes Responsables, CREST), una organización no lucrativa con sede en Washington, y varios turoperadores estadounidenses que son miembros de una coalición de apoyo a Cuba presidida por CREST que incluye a Academic Travel Abroad, Marazul y Holbrook Travel. Este artículo se centrará fundamentalmente en los viajes de carácter académico de los Estados Unidos a Cuba y no en los de sentido inverso, ya que las organizaciones que han contribuido a dicho intercambio y son parte de nuestra coalición de apoyo a Cuba trabajan fundamentalmente con este tipo de viajes.
Con este objetivo en mente, repasemos los cambios que han afectado los viajes a Cuba en general, incluyendo los intercambios académicos.
Durante su campaña, Trump menospreció la normalización por muchas de las mismas razones citadas en el pasado por algunos políticos estadounidenses de derecha. En junio de 2017, seis meses después de iniciar su mandato, prometió echar para atrás muchas de las políticas de la era Obama que habían ayudado a facilitar los intercambios educacionales, comenzando por los viajes individuales a Cuba.
En noviembre de 2017, el Departamento del Tesoro emitió las regulaciones actualizadas que rigen los viajes a Cuba para los ciudadanos estadounidenses. Muchas organizaciones con experiencia en este asunto consideran que las nuevas reglas tienen un impacto relativamente pequeño en los viajes a Cuba. Las regulaciones todavía permiten, como antes, las doce categorías de viajes. Los intercambios académicos en particular son muy parecidos a como eran cuando Obama. Los mayores cambios fueron: 1) una «advertencia para viajes» oficial del Departamento de Estado, emitida en septiembre de 2017; 2) la categoría «pueblo a pueblo» fue cambiada para obstaculizar los viajes individuales, organizados por los propios viajeros, y dirigirlos nuevamente a grupos que viajan a través de organizaciones, y 3) el Departamento del Tesoro emitió una prohibición de cualquier transacción con unas 180 organizaciones cubanas que tienen lazos con el sector militar cubano. Ello incluyó hoteles, turoperadores, etc. Debido a los titulares de los medios y a las tensiones en aumento entre los gobiernos de Cuba y de Estados Unidos, muchos estadounidenses creen que ya no es legal -ni seguro- viajar a Cuba.
Esta percepción fue provocada por la reacción del Departamento de Estado a lo que es conocido, equivocadamente, como «ataques acústicos» a diplomáticos norteamericanos. Al momento de escribir este texto, la causa de esta misteriosa afección aún se desconoce públicamente, pero existe documentación que muestra que 24 empleados de la embajada (aparentemente todos agentes de Inteligencia) y algunos familiares, así como diez diplomáticos canadienses, han sufrido en La Habana daños severos a la salud, en algunos casos permanentes. Esos daños, informados entre el otoño de 2016 y agosto de 2017, dieron lugar a las siguientes políticas estadounidenses:
– A fines de septiembre de 2017, el Departamento de Estado redujo en 60% el personal de su embajada en La Habana, y expulsó el mismo número de funcionarios de la representación de Cuba en Washington, DC.
– El Departamento de Estado también emitió una Advertencia para Viajes a Cuba, refiriéndose a que los «ataques» a diplomáticos también podrían dañar a los visitantes civiles a la Isla. Además, funcionarios del Departamento de Estado (declararon) que debe emitirse automáticamente una advertencia para viajes cada vez que se produzca una ‘reducción’ del personal de la embajada en un país específico.
– En enero de 2018 se puso en vigor un nuevo sistema de Advertencia para Viajes, calificando a los países de 1 («tomar las precauciones normales») a 4 («no viajar»). Cuba fue clasificada como 3 («reconsiderar viajar»), que, conjuntamente con el 4, es el equivalente de la antigua Advertencia para Viajes.
– A inicios de marzo de 2018, el Departamento de Estado anunció que no completaría el personal de la Embajada en Cuba y no cambió el estatus de Cuba en cuanto a la advertencia para viajes.
Lo que resulta confuso de las advertencias sobre viajes a Cuba, que se aplica a todo el país, es la razón que se esgrime: los «ataques dirigidos a los empleados de la embajada en La Habana». Esos 24 empleados habrían sido afectados solamente en zonas selectas de La Habana -fundamentalmente casas de diplomáticos y un par de hoteles- y no en algún otro lugar en el país. Además, no ha habido informes confirmados de que alguno de los 4,7 millones de viajeros a Cuba en 2017 sufriera síntomas similares a los de los diplomáticos.
Lo que una vez fue un aumento estable de las visitas de estadounidenses a Cuba ha disminuido significativamente y promete continuar en esa dirección durante todo 2018.
Una encuesta reciente llevada a cabo por CREST confirma esta tendencia preocupante. Cuarenta y dos turoperadores y compañías de viajes educacionales manifestaron lo siguiente:
- 85% vio una mayor disminución en las reservaciones o aumento de las cancelaciones en el segundo semestre de 2017, en comparación con el primer semestre.
- 66% ha tenido cancelaciones de socios de viajes (universidades, museos, asociaciones profesionales, etc.) en 2017-2018.
- 85% prevé menos reservaciones para viajes persona a persona en 2018 que las que tuvieron en 2017.
- Las cinco primeras razones percibidas para la disminución en el número de viajeros durante 2017 son:
1. Las advertencias para viajes del Departamento de Estado (84%)
2. La creencia de que las nuevas políticas de los Estados Unidos hacen que sea ilegal para sus ciudadanos viajar a Cuba (75%)
3. Preocupaciones/temores en cuanto a la salud en relación con Cuba (56%)
4. Preocupaciones en cuanto a la seguridad en relación con Cuba (50%)
5. Temor a estar sujeto a una vigilancia innecesaria por parte de las autoridades estadounidenses al regreso, o con relación a la documentación u otros requisitos (37%)
Ninguna de las 42 compañías norteamericanas que respondieron a la encuesta de CREST informó haber tenido ningún viajero en 2016 y 2017 que contrajera la misma clase de problemas de salud que los de los empleados de la embajada de los Estados Unidos.
Es digno de mención que los principales obstáculos al intercambio académico y otros tipos de viajes a Cuba son fundamentalmente acerca de la percepción pública de la legalidad o la seguridad. El cambio efectivo en las regulaciones ha sido mínimo; sin embargo, la confusión en el público causada fundamentalmente por la advertencia para los viajes está causando un gran impacto negativo en el número de intercambios. Asimismo, la seguridad en los viajes a Cuba es considerada muy alta en comparación con otros destinos, particularmente con muchos otros países a los que el Departamento de Estado otorga el nivel 3, como Sudán, Pakistán, Egipto y Venezuela. Una vez más el temor generado por las declaraciones de la Advertencia para Viajes y el gobierno de Trump, y no la realidad de la seguridad del viajero en Cuba, ha tenido un impacto significativo en los intercambios académicos y cursos en Cuba.
Aunque la percepción juega un papel enorme según se describe arriba, existe un área en que sí surgen problemas legales para los viajes de intercambio académico con Cuba. Muchos colegios universitarios, universidades e incluso organizaciones federales tienen políticas que prohíben los cursos de estudios y viajes al extranjero a cualquier país que haya recibido una Advertencia para Viajes del Departamento de Estado, lo que incluye, bajo el nuevo sistema, a cualquier país considerado como Nivel 3 o 4. Aunque no hemos podido obtener información de cuántas universidades se han visto obligadas a detener sus cursos de intercambios debido a las Advertencias para Viajes, la evidencia anecdótica indica que docenas de instituciones de los Estados Unidos lo han hecho. Esto está generando discusiones entre académicos y algunos llamados para que estas restricciones sean reconsideradas.
De forma similar, a algunas organizaciones como colegios universitarios y universidades y a otras entidades se les exige que tengan seguro médico de emergencia u otros tipos de seguros de una compañía estadounidense para los participantes en sus cursos. Algunos turoperadores han mencionado que grupos específicos no pudieron obtenerlo porque su póliza de seguros no cubre viajes a un destino con un Nivel 3 o 4 de Advertencia. De nuevo, no tenemos buenos datos a este respecto y valdría la pena conocer en qué medida esto constituye un obstáculo para el intercambio académico.
Si bien los viajes de intercambio académico a Cuba han sido claramente dañados, también ha habido un perjuicio muy real y tangible para los viajes en la otra dirección. Debido a que los Estados Unidos han reducido drásticamente el número de empleados de su embajada en La Habana, incluyendo el personal consular, ahora exigen a los ciudadanos cubanos que soliciten la visa norteamericana en un tercer país (o específicamente en Guyana para visas de inmigrantes). Esta es una enorme carga que impactará crecientemente cada aspecto de las relaciones bilaterales. Aunque aún no tenemos buenas estadísticas sobre este impacto, es probable que sea un gran golpe que continuará aumentando con el paso del tiempo a medida que las visas expiren y requieran renovación.
Ahora que hemos pasado revista a los cambios desde junio de 2017 en la política y las regulaciones que afectan el intercambio académico y otros tipos de viajes a Cuba, veamos los esfuerzos que han sido hechos para mitigar el daño. Adicionalmente brindaremos ideas presentadas por miembros de la industria de viajes de Cuba para impedir una mayor disminución de los viajes de intercambio académico con Cuba y restaurar y fortalecer el avance anterior.
Con posterioridad al retiro del personal de la embajada de los Estados Unidos en La Habana a fines de septiembre de 2017, CREST creó una coalición informal de la industria de viajes y organizaciones educacionales que han estado trabajando juntas hacia el objetivo de apoyar los viajes a Cuba. El centro de nuestros esfuerzos ha estado en bajar la Advertencia de Viajes del Departamento de Estado del Nivel 3 («reconsiderar viajar») al Nivel 2 («tener mucho cuidado»). Miembros de CREST se reunieron con representantes del Departamento de Estado en enero de 2018 para expresar la preocupación de la industria de viajes educacionales acerca de la inexactitud y lo impropio del nivel de advertencia, así como expresando preocupaciones sobre el inmenso impacto negativo causado por las políticas cambiadas en los ciudadanos cubanos y en los pequeños negocios.
Adicionalmente, CREST y miembros de la coalición crearon informaciones de prensa y recursos para crear percepción en el público y en la industria de viajes sobre el continuado alto nivel de seguridad para viajeros estadounidenses (y otros viajeros internacionales) a Cuba así como la continuada legalidad de los viajes a Cuba bajo las doce categorías oficiales.
Quisiéramos concluir con una breve lista de ideas de miembros de la coalición de apoyo a Cuba de formas para impedir que continúen disminuyendo los intercambios académicos a Cuba y para reforzar este sector vital de los viajes, en el cual descansa la colaboración bilateral científica, académica y cultural. Con el fin de la brevedad, las enumeraremos en forma de puntos:
De la parte estadounidense:
1. Formación de la coalición: Las organizaciones de viajes educacionales, los colegios universitarios y universidades y otros involucrados en intercambios educacionales con Cuba deben trabajar de conjunto para oponerse a las nuevas regulaciones estadounidenses y regresar al proceso de «normalización». La coalición de apoyo de CREST y RESPECT (Responsable and Ethical Cuba Travel) (Viajes a Cuba responsables y éticos) está entre aquellos que tratan de elevar sus voces al gobierno, y los medios y otros son muy importantes para promover los intereses colectivos en los viajes a Cuba.
2. Relaciones públicas dentro de la industria de viajes: Hay que trabajar para colocar a Cuba en revistas comerciales, paneles y conferencias. Las compañías de viajes, al igual que el público, a menudo ignoran las restricciones legales (o no), y temen considerar los viajes a Cuba debido a percepciones públicas equivocadas.
3. Apoyo: Los partidarios de la normalización de las relaciones con Cuba necesitan solicitar colectivamente al Departamento de Estado que complete debidamente el personal de la embajada en La Habana, incluyendo su sección consular; que reclasifique a Cuba como país de Nivel 2 en lugar de Nivel 3, y que permita a Cuba completar totalmente el personal de su embajada y sección consular en Washington, DC.
De la parte cubana:
1. Relaciones públicas y marketing: apoyo a la industria de viajes (aerolíneas, compañías de cruceros, turoperadores, organizaciones educacionales, etc.) en sus esfuerzos por crear percepción de la seguridad, accesibilidad y facilidad de viajar a Cuba.
a) Presentaciones en conferencias como NAFSA, ETC y NTA sobre Cuba, destacando que es seguro y legal viajar a Cuba. NAFSA es la mayor asociación de estudios en el extranjero de los Estados Unidos. ETC es la Educational Travel Conference (Conferencia de Viajes Educacionales), dirigida a los viajes de exalumnos y grupos con afinidades. NTA es la National Tour Association (Asociación Nacional de Viajes), la mayor asociación de planificadores de viajes en América del Norte.
b) Campaña de relaciones públicas con compañías de viajes estadounidenses para asegurarles que ASISTUR y otros servicios están listos para asistir a los viajeros norteamericanos en caso de emergencia.
c) Recepción en la embajada de Cuba para líderes escogidos de asociaciones profesionales, para hacerles una presentación e invitarlos a venir a Cuba y sostener intercambios profesionales con sus contrapartidas cubanas.
d) La comercialización de las artes, la música, la cultura, la salud, la educación y los recursos ambientales en Cuba es todavía una atracción gigantesca para los viajeros. Solo necesitamos recordar a todos que pueden viajar y que el momento para hacerlo es ahora.
2. Apoyo comercial: Los precios en Cuba todavía son relativamente altos, lo cual es una barrera, especialmente para los cursos de intercambio académico.
3. Precios del alojamiento. Tarifas competitivas en hoteles y restaurantes, así como condiciones y plazos flexibles de pago en los principales hoteles de lujo.
4. Eliminación de la tasa adicional de 10% en el cambio de USD a CUC.
5. Infraestructura: Mejoramiento de la infraestructura en los aeropuertos de La Habana, para permitir a los viajeros, incluyendo a aquellos que no hablen español, recibir su equipaje más rápidamente, cambiar dinero , obtener tarjetas SIM para teléfonos y tomar taxis a La Habana. En la actualidad esto puede suponer un reto y desalienta los viajes independientes.
Con tanto por ganar de continuar desarrollándose los viajes de intercambio académico a Cuba, es importante que los Estados Unidos «mantengan el curso» iniciado bajo el gobierno de Obama. En esto, quizás la larga y tumultuosa historia entre nuestros dos países puede ser una fuente de esperanza: si las décadas de distensión no extinguieron el deseo de conexiones entre académicos, pensadores, artistas y ciudadanos comunes estadounidenses y cubanos, entonces esto es testimonio de nuestra mutua resistencia. Ahora más que nunca es importante que las compañías de viajes, instituciones educacionales, ONG y ciudadanos estadounidenses relacionados con Cuba exijan la plena normalización de los viajes, el comercio y las relaciones diplomáticas.
Traducción: Olimpia Sigarroa.