Con sobrado derecho el pueblo debe sentir el temor que genera la derecha. Cuando Sebastián Piñera sea ungido por segunda y vergonzosa vez por la primera mujer presidenta, luego de su segundo, innecesario y lamentable periodo presidencial, se oficializará una mala noticia para la gente abusada, señala el analista Ricardo Candia. Es cierto que la […]
Con sobrado derecho el pueblo debe sentir el temor que genera la derecha. Cuando Sebastián Piñera sea ungido por segunda y vergonzosa vez por la primera mujer presidenta, luego de su segundo, innecesario y lamentable periodo presidencial, se oficializará una mala noticia para la gente abusada, señala el analista Ricardo Candia.
Es cierto que la derecha chilena no es una sola. En ella hay quienes encuentran un sector seudodemocrático y cuasi republicano, pero también existe otro más fuerte y de temer: sedicioso, discípulo del fascismo y de los gobiernos totalitarios.
Mientras millones (el 99% de la población) ve el futuro con temor por lo que vendrá, el FMI y el Banco Mundial exultan, porque saben que con Piñera se anuncian buenos tiempos para el gran capital. La lista de ministros del gabinete de Piñera da la medida de lo que viene: un mercader en Educación, un empresario en Desarrollo Social, una Madre Superiora en el ministerio de la Mujer, señala Politika.
Los resultados de las elecciones pasadas demuestran que la derecha tuvo la sabiduría de dejar que otros hicieran por ella -la Concertación, la Nueva Mayoría- lo que era necesario para sostener el legado de la dictadura de Augusto Pinochet, sin que pareciera así. En Chile ha quedado claro que una cosa es el gobierno y otra muy diferente es el poder.
Hace años que la Nueva Mayoría (o Concertación recauchada) perdió la brújula política y se fue alejando del pueblo. Allí están sus derrotas en las elecciones presidenciales de 2009 y 2017, ambas bajo gobiernos de la presidenta ¿socialista? Michelle Bachelet. Sobre todo en esa última elección -por lo estruendoso de la derrota- quedó en evidencia que la NM camina por un lado y el pueblo lo hace por otro.
Como estigma vergonzoso de aquello está la investigación que establece que Piñera ganó en 17 de las 20 comunas más pobres de Santiago. La NM no sólo consiguió desteñir el significado de la democracia al profundizar las desigualdades que produce el neoliberalismo que prometió combatir. También amenaza -por sus torcidas interpretaciones de la derrota de diciembre- empujar al pueblo a una sumisión prolongada a las políticas de la derecha, señala Manuel Cabieses
Cabieses sostiene que el propósito estratégico de esta avalancha ultraderechista será cortar las alas a los movimientos sociales utilizando todas las formas de lucha, en especial su arma favorita: las leyes. La derecha siempre ha sido capaz de poner sobre la mesa sus intereses, relegando a un segundo plano las diferencias que puedan tener entre ellos. Y por sobre todo, sabe quién es el enemigo.
El nuevo gabinete, con escasa presencia femenina, está dominado por hombres de 60 años de edad, de clara tendencia proempresarial, contraria a las políticas de bienestar, y decididos a retomar leyes decimonónicas («draconianas, según el diario inglés The Guardian) en asuntos relevantes como el aborto, la identidad de género y otros derechos defendidos a brazo partido por la sociedad chilena, recuerda rturo Muñoz.
Esa derecha conservadora y beata ha regresado por sus fueros, los que la hicieron temible y repudiada, sediciosa y golpista, clasista y totalitaria en los años 70. Es la que ahora se apronta a ser parte del próximo gobierno, recuerda Politika.
La tienda que mejor caracteriza a ese sector es la UDI (con importantes ministerios: Interior, Justicia, Salud, Economía, Sernam, etc.), que cuenta entre sus cuadros a viejos especímenes del pinochetismo, como el nuevo ministro de Justicia Hernán Larraín, decidido defensor de la Colonia Dignidad y ferviente admirador del pedófilo nazi Paul Schaefer.
Para los trabajadores y el pueblo, la derecha desde siempre es un riesgo: los poderosos son enemigos de todo lo que huela a pobre y, curiosamente, eso se tiende a olvidar o tiende a ser relativizada por algunos que apuestan a la amistad cívica que lo resuelve todo. Y por sobre todo, se tiende a olvidar al pobre. ¡Pobre del pobre!
*Periodista chilena, analista del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la )