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Jorge Moruno es uno de los promotores de la iniciativa "Podemos", Sociólogo y autor del blog la revuelta de las neuronas.

«Podemos es una iniciativa abierta a todo el mundo que se enfrente a los recortes y busque más democracia»

Fuentes: Voces de Pradillo

La izquierda no puede mirarse el ombligo y alejarse de la rabia plebeya presentándose tímidamente como una oferta con un limitado campo de acción. Es hora de apostar por dinámicas más amplias que nos desborden social e ideológicamente. Hay que salir a gana  ¿En qué consiste la iniciativa PODEMOS? La iniciativa Podemos se lanza con […]

La izquierda no puede mirarse el ombligo y alejarse de la rabia plebeya presentándose tímidamente como una oferta con un limitado campo de acción. Es hora de apostar por dinámicas más amplias que nos desborden social e ideológicamente. Hay que salir a gana 

¿En qué consiste la iniciativa PODEMOS?

La iniciativa Podemos se lanza con la intención de ofrecer una herramienta a la ciudadanía para buscar reubicar la democracia ahí donde debe estar: en el pueblo. Podemos, no es un partido, ni una coalición de partidos y aunque puede llegar a presentarse a elecciones, su razón de ser es servir como un catalizador, como un gesto que abra la posibilidad a un escenario distinto donde tome cuerpo político la indignación popular. Podemos se plantea como un método participativo útil para generar democracia y poder para los que no lo tienen y que entre todos y todas podamos cambiar el guión que estamos acostumbrados a leer. Partiendo de la constatación de la crisis de régimen que se vive, entendemos que los consensos que dieron lugar al pacto del 78 se han ido resquebrajando tanto por arriba como por abajo. Por arriba las élites están ya desplegando un nuevo escenario que busca lapidar cualquier posibilidad de integración de la mayoría, como también atacar las fortalezas que se lo pueden poner difícil. El escenario al que nos conducen es el de una nueva servidumbre dentro de un desierto social que puede llegar a estabilizarse políticamente, una vez que estén asumidas y normalizadas el conjunto de «reformas estructurales». Desde abajo, las fracturas territoriales nunca resueltas por un lado y las movilizaciones del 15-M con las consecuentes réplicas en forma de luchas contra los desahucios y mareas, han abierto un ciclo de movilizaciones que cuestiona ese mismo régimen del 78 como incapaz de asegurar ya, cualquier forma de vida digna para la mayoría de la población. Estas brechas abiertas por la movilización popular con sus nuevos repertorios de acción colectiva y el tipo de demandas, nos han enseñado que no sólo se debe cambiar el estilo de comunicar la política, sino también la manera de pensarla y hacerla. Son las movilizaciones las que han modificado la agenda política y han disparado a la moral dominante, ayudando a repolitizar un sentido común, hasta ahora patrimonio de las élites. En cambio, siendo fundamental la movilización social, el tiempo para poder detener la contrarevolución oligárquica es escaso y resulta urgente alterar el tablero político para que no pueda consumarse. Sin ningún afán de querer representar una serie de luchas sociales que son siempre imposibles de representar, Podemos quiere facilitar la traducción de la indignación en poder político.

¿Qué diferencia este intento de unidad popular con otros intentos previos de unidad de la izquierda?

Puede ser el punto de partida del análisis sobre la situación. La unidad de la izquierda, de lo que ya existe con lo que ahora sale no es sinónimo de unidad popular. Estamos en un momento histórico donde la unidad de la izquierda no supone el verdadero reto ideológico y político. Es el sentido común dominante, la ideología por la que hay que luchar, cuando califican de radicales argumentos que describen los rasgos comunes que sufre la población. Hoy ser demócrata te convierte en un radical a ojos de las élites que están secuestrando la democracia. No pensamos que se trate de unir opciones, ni de juntar lo que hay desperdigado bajo un mismo paraguas, entendemos que la vía para aumentar en número pasa por cambiar el tipo de apuesta política. Es necesario modificar de perspectiva en lugar de engrosar la misma. La unidad de la izquierda es deseable, pero la atención debe estar puesta en una ruptura fundamental, la que se da entre el pueblo y el gobierno de los ladrones. Juntar siglas no es tan importante, lo necesario es el desborde popular a favor de la democracia. Necesitamos construir una narrativa, un relato que no sólo explique quienes son ellos, también lo que podemos llegar a ser nosotros y nosotras. La izquierda no puede mirarse el ombligo y alejarse de la rabia plebeya presentándose tímidamente como una oferta con un limitado campo de acción. Es hora de apostar por dinámicas más amplias que nos desborden social e ideológicamente. Hay que salir a ganar.

¿En qué medida esta iniciativa está abierta a las diferentes personas y colectivos que deseen hacerla suya?

Es una iniciativa abierta a toda la población, a toda la gente que lucha contra los recortes, a todas las personas que quieran hacer de ella un martillo con el que golpear a la casta corrupta de dirigentes que trabaja para una minoría de privilegiados. Las elecciones no pueden ser un fin en sí mismo, lo más importante debe ser un movimiento popular que se organice para recuperar su soberanía. Podemos no es una respuesta cerrada sino una pregunta abierta, en construcción y cuyo cemento no puede ser otro que la gente organizada. Sin eso se cae como un castillo de naipes. Esta apertura es la principal fortaleza, la condición de partida de una iniciativa que busca el mestizaje y el encuentro donde no es necesario que todos y todas coincidamos en todo, sino en elementos fundamentales para llevar una vida decente.

¿Cómo se van a vehicular las aportaciones y la participación popular?

Podemos se ha presentado desde el primer momento como una llamada a la participación popular cuyo requisito para empezar a caminar ha sido recabar un mínimo de 50.000 apoyos. Una vez conseguidos empiezan a surgir los Círculos Podemos (en adelante CP) para que la gente tome como propia la iniciativa, no para que la apoye como un espectador, sino que la construya como algo suyo. Los CP no le piden el carnet a nadie, ni rivaliza con otras militancias en otras organizaciones, colectivos y partidos, eso supondría caer en la misma lógica que prioriza una filiación concreta ante la unidad popular. Los CP gozan de plena autonomía para organizarse en torno a los problemas que le afectan en su sector o en su territorio, buscando ensanchar los márgenes de inclusión en la defensa de la democracia y la soberanía popular. Son nodos que deben compartir el dolor de la crisis y las ganas de mejorar su vida. En el caso de que finalmente se acuda a las elecciones, tanto las listas como el programa se elaborarán colectivamente priorizando las aportaciones, argumentos y decisiones de la ciudadanía. Pero esto está en construcción, habrá que ir innovando.

Algunas de las críticas que ha recibido la iniciativa tienen que ver con la velocidad del proceso, su construcción de arriba a abajo o su presentación a las elecciones Europeas ¿Que puedes contarnos al respecto?

Existen momentos llamados «ventanas de oportunidad política», como pueden ser unas elecciones o una crisis que enfrentan a las propias élites, que abren el espacio político a propuestas que antes tenían el camino cerrado. En una sociedad consumista mediatizada por la mercancía, a veces son las elecciones los únicos acontecimientos donde la población discute más sobre los asuntos públicos entre zapping y centro comercial. Dicho esto, las elecciones europeas son importantes pero más lo es todavía que la gente se organice y su poder se enfrente al dictado de la Troika. Los procesos que acumulan fuerza desde abajo para después, llegado un punto saltar a las elecciones con todas las garantías, pueden quedarse toda la vida en un mismo estado de acumulación que no siempre se traduce en votos, o simplemente pueden necesitar muchas décadas para tomar cuerpo. No es nuestro caso. Quienes hemos formulado la pregunta Podemos pensamos que en la urgencia de nuestro tiempo, irrumpir desde otro punto puede igualmente ayudar a generar una respuesta colectiva y conectar con amplios sectores de la población, desbloqueando nuestra dificultad para llegar a ellos. Es fundamental contar con toda esa fuerza ya organizada, pero es igualmente crucial hablarle a aquella población que no lo está, pero que sí está harta.

¿Cuáles son las principales líneas de contenido de la candidatura?

Como decíamos antes, el contenido no está construido y habrá mucho que hablar y plantear, en un debate con la ciudadanía, pero claramente hay unos márgenes que sirven de esqueleto para el resto: democracia y soberanía popular, defensa y actualización de los derechos sociales y servicios públicos, método participativo, nuevo modelo productivo, reparto del empleo y de la riqueza socialmente producida.

¿Habéis tenido como referente a otros procesos similares de articulación social? En el estado español hay territorios donde ya se han producido procesos de unidad popular que han desembocado en herramientas políticas concretas que son capaces de ilusionar y generar mayorías sociales o al menos la aceptación de amplias capas de la población, hablo de las CUP en Cataluña y sobretodo de la izquierda vasca, pero también de movimientos recientes en Galicia o Andalucía, ¿Os planteáis posibles procesos de confluencia con la izquierda de los pueblos?

Claramente uno de los resortes sobre los que han crecido y aglutinado estas izquierdas ha girado en torno a la cuestión nacional, que es una de las dos principales fracturas del régimen del 78, junto con la social. En nuestro caso es necesario rebatir esa idea capaz de combinar patriotismo con ser un evasor fiscal o privatizar los derechos colectivos. Las CUP sin duda, aunque se conocen ahora, pero su trayectoria viene de lejos, han sido quienes han irrumpido en el mapa electoral como una fuerza que pone el énfasis en la democracia junto con la cuestión nacional y la social y claramente se han visto empapados por la tónica abierta por las movilizaciones que abrió el 15-M. El Procés Constituient es igualmente un actor que ha sabido interpretar y confluir con las demandas insatisfechas de la población. Respondiendo a la segunda pregunta, Podemos es una iniciativa abierta a todo el mundo que se enfrente a los recortes y busque más democracia. En este sentido, es para las izquierdas de los pueblos como para otros actores, una iniciativa que le tiende la mano invitándoles a hacerla suya.

Tras la presentación se han producido reacciones encadenadas en todo el mapa político, especialmente en el madrileño, ¿Que valoración hacéis de la respuesta popular tras el acto del teatro del barrio de Lavapiés?

La respuesta de la gente claramente nos ha desbordado y eso era algo deseable, porque antes de lanzarla nadie estaba seguro de cómo iba a reaccionar la gente. Los Círculos Podemos no dejan de brotar, la respuesta en los actos y la ilusión que está despertando entre la gente es el mejor aliciente para trabajar duro y ser constantes. Sin duda, es un escenario idóneo para comprobar si Podemos puede ayudar a quebrar los límites que nos impiden extender e interpretar el sentir popular de hastío contra la casta de golfos y la dictadura de la deuda.

¿Tenéis armas de destrucción masiva?

Como decía el Evaristo de la Polla Records, tenemos un arma secreta: el cerebro, que es siempre más fuerte e inteligente cuantas más personas lo forman.

Fuente: http://www.vocesdepradillo.org/content/entrevista-de-voces-de-pradillo-jorge-moruno-sobre-podemos