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Consideraciones sobre los movimientos populares

Podemos y las «castas»: ¿Dónde están las «clases sociales»? (I)

Fuentes: Rebelión

Algunas aclaraciones preliminares La del título es la pregunta fundamental que sobre Podemos formula día a día toda la «izquierda» (excluyendo la parte burocratizada que controla el bipartito, la que comparte la corrupción nada excepcional en ayuntamientos, provincias, comunidades autónomas y el propio estado central; sin excluir, desde luego, las burocracias sindicales). Claro que cuando […]

Algunas aclaraciones preliminares

La del título es la pregunta fundamental que sobre Podemos formula día a día toda la «izquierda» (excluyendo la parte burocratizada que controla el bipartito, la que comparte la corrupción nada excepcional en ayuntamientos, provincias, comunidades autónomas y el propio estado central; sin excluir, desde luego, las burocracias sindicales).

Claro que cuando hablo de poderes locales, provinciales, y estatales; lo estoy haciendo de poderes ejecutivos, legislativos y -en su caso-, judiciales. De gobiernos y grupos parlamentarios, sin excluir las oposiciones de dos o más grupos políticos: «A nadie le amarga un dulce» decía hace unos días Joaquín Leguina -ex presidente de la Comunidad de Madrid-; uno de los políticos de apariencia más honorable de un país corrupto hasta los cimientos.

Todos los que, para entendernos en lenguaje del pueblo: «han comido, a grandes bocados o mojado el pan«, y siguen haciéndolo, en «la gran olla constitucional«. La corrupción es la savia que circula por el Régimen político, «nacido» en 1978i.

A nadie puede parecerle una pregunta retórica. Es muy común en los «medios alternativos» referirse al cambio de clase a la de «trabajadores asalariados«, de buena parte de sectores que antes se consideraban como componentes de las «clases medias«.

También está generalizada la consideración de los jóvenes sin empleoii como parte del «ejército de reserva industrial» y, por lo tanto, miembros de la nueva «clase obrera» sea cuál sea su grado de instrucción. Para la oligarquía capitalistaiii que realmente nos gobierna el nivel e incluso la naturaleza de los conocimientos es un factor secundario en la determinación del puesto de trabajo e incluso del salario. La plusvalía viejo pero muy presente concepto marxista se ejerce, en la etapa imperialista, a nivel internacional.

De la retórica a la realidad

Tanta pregunta, con frecuencia expresada de manera brutal, algunas veces persuasivo, siempre disuasorio, tiene tres finalidades políticas muy precisas.

La primera es introducir a Podemos en el proceso electoral representativo, en decir en el marco constitucional, Monarquía incluida, república burguesa incluida. A vista de satélite, de pájaro y de topo parece muy contradictorio.

La segunda es evitar el marco de la ruptura constitucional que es como en España se han realizado las revoluciones; y entrar en el de las Cartas otorgadas o las Restauraciones que es el de las concesiones reales o las restauraciones borbónicas.

La tercera es posponer las decisiones básicas a las calendas griegas. Con los medios de comunicación que tenemosiv y las negociaciones, concesiones, limitaciones y plazos previstos por Podemos y expresados por su dirigente y máximo portavoz en el programa de Jordi Évole no es difícil imaginar el resultado.

¿Quién se hace la pregunta?

La pregunta la hacen, más bien la hacíanv, algunos grupos procedentes del 15-M que se han ido organizando lentamente aprendiendo discreción de la selectividad y extrema crueldad de la represión -laboral, económica, psicológica, física y carcelaria-; gubernativa y policial; que se ejerció y se ejerce progresivamente sobre ellos.

Las peticiones de documentación ilegales, los registros arbitrarios, los controles y detenciones previos a las grandes manifestaciones o pequeñas concentraciones, los filtros policiales ilegales, las cargas brutales, las prohibiciones injustificadas y, por fin, las detenciones y malos tratos han determinado la respuesta de los trabajadores y trabajadoras que luchan por sus derechos y que, en una sociedad obligatoriamente indiferente, tienen la «osadía criminal» de luchar con firmeza por los derechos vitales de los de los sectores empobrecidos y hambreados.

La respuesta

La respuesta tiene obviamente una importancia excepcional.

La respuesta la tienen todos. Ellos -los reprimidos a los que me refería en el apartado anterior-, sí se saben trabajadores asalariados. Han sido despedidos del sector privado primero, bajo el lema de la competitividad y tras la pérdida de todos los derechos laborales y sociales conquistados durante cientos de años con luchas sociales «a vida o muerte».

Recordemos sin más el derecho de huelga en el terreno económico; y el derecho «no censitario«vi al voto en el político.

Las mujeres, dicho sea de paso -pero colocadas necesariamente en el lugar central-, han sido trabajadoras ilegales con precios de miseria, en el terreno económico, muchas veces con sus hijos a cuestas o trabajando por nada; y en el político solo alcanzaron el derecho al voto (es decir, la ciudadanía) durante la II República.

Después le ha tocado al sector público bajo la «necesidad» de reducir la «deuda pública», «ajustar el presupuesto» para reducir la «prima de riesgo». Estos trabajadores asalariados han visto la absorción por el estado de la deuda privada. Tal operación se ha hecho bajo el lema de «reducir la prima de riesgo» (privatizado después a precios de verdadera vergüenza con trasvases billonarios del patrimonio público al privado), desposeídos de todos sus derechos laborales y empobrecidos hasta el hambre: la suya, la de sus hijos y de sus nietos.

Son el «ejército laboral de reserva en la etapa depresiva de una crisis catastrófica del capitalismo global«, como deberían saber los economistas de Podemos. Son, como se dice hoy, parafraseando a Marx, el «ejército de excluidos».

Todas las fuerzas políticas efectivas, incluida, por supuesto la propia Podemos, las Fuerzas Armadas y las FOP. Más adelante volveré sobre estos últimos factores sobre los que, ha intentado influir Anemoi.

La crisis no es una construcción teórica

La crisis no solo se teoriza, no es una construcción económica; se vive en la propia carne y en el entorno. En los barrios y entre la gente. Tiene consecuencias brutales y es propia del sistema no de sus imperfecciones.

Esos grupos: los excluidos, los «jóvenes de 18 a 50 años» en paro o que buscan desesperadamente salir de la precariedad más absoluta (especialmente las mujeres a las que siempre se suma una precariedad adicional); están ya muy estructurados. El trabajo de organización que ha exigido un esfuerzo supremo, ha cristalizado en la poderosísima marcha en Madrid del 22M que se ha ramificado en otras marchas proporcionalmente poderosas en grandes, medianas, pequeñas ciudades y pueblos.

Las Marchas de la Dignidad (en adelante M22M para la historia grande de nuestro país) han sembrado la dignidad que prometían y han recogido la solidaridad espontánea, básica y generosa, en asambleas y refugios de todos los rincones de la geografía estatal.

Repito, pues, para que quede claro: los organizadores y participantes en el M22M sí tienen una poderosísima estructura organizativa capaz ya de dar el soplido final al Régimen antidemocrático y corrupto en el que vivimos.

¿Por qué Podemos solo habla de «castas» y no de «clases sociales»

Podemos jamás habla de «clases sociales«, siempre de «castas». No obstante la realidad insiste en señalarnos que los seres humanos están distribuidos en clases sociales.

Es, naturalmente, Marx que revive en conflicto con un Milton Friedman absolutamente muerto. De nuevo se trata de excluir la dialéctica de la historia. Volver a Fukuyama (cuya mención avergüenza) sin mencionarlo.

Retocar la Constitución no es lo mismo que derribarla; restaurar la forma de estado republicana no es lo mismo que restablecer la Unidad Popular en un escenario de lucha social abierta como la que estamos viviendo.

Las terribles condiciones de vida de las primeras manufacturas inglesas y las matanzas coloniales de aquellos tiempos, no tendrían nada que ver con los terribles imperios coloniales anteriores; ni con sus «encomiendas», la «mitra» o el trabajo esclavo en las plantaciones de azúcar.

La crisis que empieza su «hundimiento hipotecario» en 1929 con «el crack» de la bolsa de Nueva York, y termina su gigantesca matanza en 1945 con el final de la II Guerra Mundial; sería también otra cosa que la crisis actual y sus acompañantes en las matanzas coloniales de Corea, Vietnam, Irán, Irak, Afganistán, Palestina, Líbano, Libia y tantas otras más en América Latina.

Tal parece como si Podemos quisiese borrar la historia de nuestra realidad y, en consecuencia, el presente con sus cambios acelerados y dramáticos.

Su programa más general -el de las elecciones a la UE- que es realmente su programa internacional; margina todos los problemas fundamentales: poniendo en cuestión el carácter revolucionario, no reformista, de la nueva organización.

Volveré sobre este crucial asunto en la segunda parte de este artículo

Notas:

i En nuestro Manifiesto, principal documento fundacional que con los Comunicados (ya vamos por el número 11), constituyen nuestro bagaje teórico y la fuente de nuestra actividad política; esta relación entre el Régimen de la Transición, la corrupción y la pérdida progresiva de derechos ciudadanos es continua. De la misma manera utilizamos la palabra «franquismo» como la expresión española del «fascismo» italiano y el «nazismo» alemán. Fascismo es la denominación genérica de los tres regímenes políticos, sin duda por ser el primero en el proceso de aparición histórica. Las innumerables referencias a la lucha «contra el «franquismo» tienen, obviamente, ese sentido particularizado de la expresión genérica; es decir «franquismo=fascismo» español.

ii Esta sociedad está denominando «jóvenes sin empleo» o «trabajadores y trabajadoras a la búsqueda de su primer empleo» a trabajadores de 18 a 40 años. El trabajo no es un derecho sino, tan solo, la necesidad de mantener una fuerza laboral «suficiente» para obtener los máximos beneficios. Hoy en día, miles de millones de trabajadoras y trabajadores; decenas de millones en el estado español son «materia viva desechable».

iii Capitalista es la palabra clave. Nuestro sistema económico parece diseñado por un Adam Smith y llevado al fanatismo extremo por los economistas de la Escuela de Chicago, Milton Friedman; y por los políticos del Imperio. Como doctrina imperial constituye el concepto básico del documento estratégico fundamental publicado en todos los medios de comunicación por Bush: La estrategia de seguridad nacional de los Estados Unidos. Tenía precedentes muy claros durante la larga presidencia Clinton (Madeleine Albright, Secretaria de Estado), y ha sido reafirmada por el presidente Obama, con retoques en las formas.

La «libertad de empresa» o la «libertad de comercio» a las «necesidades irrenunciables» de EE.UU y éstas a la «guerra como necesidad irrenunciable de los EE.UU«. Todo esto es excluido por Podemos de su discurso político.

iv Televisiones, publicidad, editoriales, cadenas radiales, etc.; no es difícil imaginar quién ganará el Referéndum entre un Borbón «limpio», Felipe; capaz de asumir un moderno y muy europeo sistema parlamentario, y una «nostálgica» República causa de «guerras fratricidas«. Otras cuestiones fundamentales ni siquiera serán planteadas como nos ha explicado ayer mismo el ciudadano Pablo Iglesias. Sobre las características del conjunto mediático al que denomino Falsimedia publicaré un artículo explicatorio fuera de la Sección Rebelión en los Cuarteles.

v Tanta pregunta y la necesidad de reajustar las respuestas, en personajes, lugares, tiempo y, sobre todo, asuntos a responder; ha convertido Podemos en una especie de casa de contradicciones en la que las respuestas a cuestiones de fondo está pasando de ser casi opuesta según el personaje que la emite, el lugar y el escenario en dónde o desde dónde se hace. En los últimos días Podemos está pasando al pragmatismo puro y duro. Según mi experiencia personal lo peor de todo son los «espacios políticos» en los que se mueve Podemos y los caladeros, publicados y no desmentidas, de dónde recibe sus votos. Podemos se ha congratulado públicamente de recibir votos de votantes de todos los partidos. El interclasismo global parece la respuesta de Podemos a la pregunta sobre las «clases sociales«.

vi «Voto censitario» era aquél en el que solo se permitía votar cuando se poseía determinada propiedad en bienes raíces y rentas documentalmente demostrables. Solo podían votar los propietarios. Era el voto burgués por excelencia, Todos los trabajadores estaban excluidos. En la actualidad hay muchos procedimientos para asegurar el «voto censitario» encubierto. La distancia de los domicilios a las mesas electorales, en las grandes ciudades y en el campo, unidas a la inexistencia o el precio excesivo del transporte público tiene efectos idénticos.

Tal ocurría en las repúblicas en el momento en el que se producen los procesos revolucionarios.: Venezuela una de ellas; Cuba otra. De eso y de sus sistemas políticos actuales hablaré largamente.

Para hablar de los procesos revolucionarios que se consolidaron en los últimos años evitando este tipo de «voto censitario» hay que mencionar a Ecuador y, sobre todo, Bolivia.

Yo sí hablaré y debatiré -también políticamente- de revolucionarios y de Revoluciones.

Hablaré largamente de Hugo Chávez, un rebelde con el pueblo, no un «golpista» como afirma una y otra vez la totalidad de Falsimedia.

Chávez se sublevó después y como consecuencia del «caracazo» (una masacre neoliberal) en la que la policía y las Fuerzas Armadas de la República del Pacto del Punto Fijo masacró literalmente al pueblo de los barrios altos de Caracas. La masacre, que maneja varias cifras, entre 800 y varios miles de asesinados y «asesinados-desaparecidos» le correspondió al presidente Carlos Andrés Pérez.

El Pacto del Punto Fijo estableció una alternancia perpetua entre la socialdemocracia de Adeco, dirigida por Carlos Andrés Pérez («el CAP»), amigo político, económico y «financista» de Felipe González; y el Copei, socialcristiano.

Ambos han estado capitaneando los repetidos golpes de estado contra el presidente Hugo Chávez apoyados por el PSOE y el PP y los medios de comunicación afines.

Antonio Maira es Capitán de Fragata de la Armada. Fue miembro de la Unión Militar Democrática y es cofundador y miembro de Anemoi

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.