Hasta ahora en Colombia todas las luchas han sido sectoriales, o sea, cada sector lucha por aparte, por lo suyo y con reivindicaciones propias. Trabajadores, campesinos, indígenas, estudiantes, transportadores, camioneros, moto-taxistas, vendedores ambulantes, etc., etc. Cada uno por aparte. A veces nos juntamos pero no tenemos una propuesta común. Es por ello que el Comité […]
Hasta ahora en Colombia todas las luchas han sido sectoriales, o sea, cada sector lucha por aparte, por lo suyo y con reivindicaciones propias. Trabajadores, campesinos, indígenas, estudiantes, transportadores, camioneros, moto-taxistas, vendedores ambulantes, etc., etc. Cada uno por aparte. A veces nos juntamos pero no tenemos una propuesta común. Es por ello que el Comité de Paro tiene un pliego de 104 puntos. Esa es nuestra mayor debilidad.
Ahora apareció un sector social que no está exigiendo ninguna reivindicación en particular. Son los profesionales precariados («clases medias») que hoy en Colombia están siendo liderados por artistas, y le dieron al Paro Nacional un carácter efectivamente político. Sus propuestas están relacionadas con la consolidación de la paz, la lucha contra la desigualdad e injusticia, la protección del medio ambiente y la construcción de verdadera democracia.
Su condición de precariedad laboral (sean asalariados o «emprendedores») les impide que puedan organizarse por aparte en sindicatos u otras formas de organización, o sea, no tienen posibilidad de «negociar» colectivamente con sus empleadores o sus clientes, y, por ello, tienen que enfrentar directamente a los gobiernos y regímenes políticos, y poco a poco, empiezan a entender que el problema es todo el sistema (capitalista).
Pareciera que para retomar y reactivar el Paro Nacional en las primeras semanas del año entrante (2020), es necesario que los otros sectores sociales que han luchado a lo largo de 100 años en forma sectorial, aprendan de la práctica de los jóvenes precariados, se unifiquen de una nueva manera y transformen la dinámica actual que adelanta el Comité de Paro.
El objetivo es darle continuidad del proceso de paz, enfrentar con seriedad e integralidad el problema del narcotráfico, lo que implica abordar el tema del modelo productivo dependiente de la producción y exportación de materias primas (incluida la cocaína y marihuana), la protección y explotación racional de nuestros recursos naturales renovables y no-renovables, y el fortalecimiento de la participación ciudadana en la resolución de los problemas, lo que implica transformar el sistema político.
Y para hacerlo, el Paro y la movilización debe mantenerse pero tiene que inventar y generar -sobre la marcha- nuevas formas de organización popular y ciudadana, que promueva en medio de la lucha el diálogo entre nosotros mismos, ampliar y fortalecer la participación de otros sectores sociales que hasta ahora no se han movilizado, y mantener la presión no solo sobre el gobierno sino sobre toda la sociedad, el Estado en su conjunto, la academia, los medios de comunicación, los partidos políticos, la iglesia, etc.
Creo que no debe haber afán de negociar con el gobierno. Duque no tiene nada que ofrecer, es un simple mandadero sin capacidad de negociación. Y además, el movimiento de protesta todavía tiene que explorar nuevas y creativas formas de ampliarse y de fortalecerse. Hay que superar la visión reivindicativa y sectorial. El ejemplo de Chile nos muestra el camino. Si nos lo proponemos lo lograremos.
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