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Por caminos del comercio… y los TLC

Fuentes: Me voy a volver…

Mercaderes del templo Posiblemente la acción de Jesús de expulsar a los mercaderes del Templo de Jerusalén, llevó a que estos incidieran sobre su prisión y posterior crucifixión. Para los mercaderes y algunos sectores altos de la sociedad de la época, Jesús causó una perturbación en el templo y fue visto como un revoltoso. Era […]

Mercaderes del templo

Posiblemente la acción de Jesús de expulsar a los mercaderes del Templo de Jerusalén, llevó a que estos incidieran sobre su prisión y posterior crucifixión. Para los mercaderes y algunos sectores altos de la sociedad de la época, Jesús causó una perturbación en el templo y fue visto como un revoltoso. Era el tiempo de la Pascua, en un momento histórico que las tensiones políticas, religiosas y económicas provocaban diversos disturbios. El poder de los mercaderes no se podía cuestionar. Jesús, con su cuestionamiento al poder religioso, político y económico fue creando fama negativa entre los poderes de Jerusalén. Pero su rebeldía de aquel momento contra los señores del comercio, le costó cara. Los guardias del Templo lo detuvieron y lo entregaron a Poncio Pilato para ser ejecutado. Los mercaderes querían regir el destino del comercio y de la moneda. Para eso escondían sus ambiciones en ciertos argumentos supuestamente religiosos. Ese hecho, que parece solo un instante en la historia de la humanidad, muestra el poder de aquellos mercaderes. Luego vendrán el poder de los mercados, los Tratados Bilaterales de Inversión, los Tratados de Libre Comercio, que favorecen a pocos, y más… «Doy mi vida al mejor postor», dice la canción «El Templo», también conocida como «Canción de los mercaderes» en la ópera rock Jesucristo Superstar. Los mercaderes nunca se fueron, siguen ahí…

Cusubamba

Desde mucho antes que Jesús expulsara a los mercaderes del templo, el comercio rige la vida del mundo. Quienes controlan el comercio manejan al mundo… Quienes controlan los mercados de las cosas, de la gente, de los animales, de la naturaleza, del dinero… son los que manejan la vida del mundo… Tal vez Jesús interpretó esa triste realidad cuando decidió botar a los mercaderes del templo de Jerusalén. El poder de los mercados y del comercio, manejado por los mercaderes de cualquier templo, de cualquier tiempo. oscurece la historia, pero el comercio con reglas de justicia aclara el camino. En Cusubamba, en la provincia de Cotopaxi, en Ecuador, la actividad comercial es parte de la construcción de una economía popular y solidaria. Cada miércoles, temprano en la mañanita se va montando el pequeño mercado. De a poco empiezan a relucir los puestos con papas, tomates, lechuga, maíz, cebollita, plátano, huevos, los granos el ajo, el pancito…
 
El kichwa y el castellano se confunden en las conversaciones. En la venta se utiliza el dólar, que es la moneda asumida por Ecuador desde el año 2000. Pero llega un momento que se instala el trueque y el grano de cebada pasa a ser la moneda corriente. En ese momento aparece la fuerza de la organización colectiva y se revive la solidaridad, como parte fundamental de la producción y comercialización.

«Yo he traído cebadita para a hacer cambio para los hijos y los nietos. La platita que no alcanza siempre y hay que salir con cebadita para cambiar, y llevar a la casa, a los nietos a los hijos cositas que hacen falta», comenta una señora que vende mote. El togro, la mapawira, el mote, son los platos tradicionales del Ecuador que todos buscan. El togro se cocina en familia, más o menos así: se cuecen en leña, a fuego lento, las patas y el cuero del chancho, condimentado previamente con sal, achiote, comino, cilantro.  Luego se coloca gelatina. Generalmente se come a otro día con mote, papitas cocinadas y ají. Y de postre una rica espumilla.

«Trabajo como 40 años cambiando a veces, vendiendo un poquito con platita a veces, y así… Vivo tranquila, tengo mi clientela, mi ambiente…», dice una señora. Otra comenta: «yo vengo con esto desde mis abuelitos, mi bisabuelita ya sabía venir, en burrito venia a vender…».

Cusubamba, es un ejemplo de una realidad que se vive en diversas zonas rurales de la Sierra ecuatoriana. Una realidad que ciertos técnicos de escritorio, en Quito y otras ciudades, no entienden. También están los mercaderes, aquellos a los cuales éstos sirven por opción u omisión. Los mercaderes de hoy prefieren que la gente de Cusubamba deje de plantar, deje de comercializar a su modo y se vaya a sobrevivir en la ciudad. Que los pequeños y medianos productores, que dan de comer a las ciudades, desaparezcan y entreguen sus pequeñas parcelas a la agroindustria. Que se produzca para la exportación y lo que no se pueda producir que se importe. Los mercaderes del Templo siguen ahí imponiendo su poder… Ahora, una de las mejores herramientas que utilizan, son los TLC… 

Burritos

La abuelita de la señora que daba su testimonio en Cusubamba llegaba al mercado en burrito para comercializar sus productos. Otros burritos han recorrido el mundo y la imaginación del mundo… Platero, aquel de Juan Ramón Jimenez. «Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro. Lo dejo suelto y se va al prado y acaricia tibiamente, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas… Lo llamo dulcemente: ¿Platero?, y viene a mí con un trotecillo alegre, que parece que se ríe, en no sé qué cascabeleo ideal… Come cuanto le doy. Le gustan naranjas, mandarinas, las uvas moscateles, todas de ámbar, los higos morados, con su cristalina gotita de miel… Es tierno y mimoso igual que un niño, que una niña…; pero fuerte y seco como de piedra. Cuando pasan sobre él, los domingos, por las últimas callejas del pueblo, los hombres del campo, vestidos de limpio y despaciosos, se quedan mirándolo: Tiene acero… Tiene acero. Acero y plata de luna, al mismo tiempo».

También hay que recordar al burrito cordobés, al que cantaron Los Fronterizos. Aquel que no tiene apuro. Y volviendo a Jesús, viene a la memoria aquel burrito sabanero que iba camino de Belén, una canción que tuvo muchas versiones, entre ellas, una muy bella de la cantante y poeta ecuatoriana Margarita Laso.
Que estos burritos no se crucen en el camino con los mercaderes porque los venden… Cuidado que los venden…

Vendedores de sueños

Pero en el camino, a pesar de los mercaderes y de los golpes de la realidad también se puede encontrar algún vendedor o vendedora de sueños, aunque los sueños, sueños sean, vale la pena comprarse algún sueño de vez en cuando. Este vendedor de sueños, está mucho más cerca de aquellas vendedoras de Cusubamba. Hay un cortometraje sobre El vendedor de sueños, con la actuación de la actriz uruguaya China Zorrilla, que es una enseñanza de vida, de alguna manera nos muestra que no todo está perdido y que es posible seguir soñando aunque la realidad a veces sea cuesta arriba. Entre los mercaderes del templo y este vendedor que invita a soñar y a creer que las cosas pueden cambiar, hay un abismo. A los mercaderes les duele el dinero, a los vendedores de sueños les duele la gente.

Tal vez la respuesta a los sueños esté flotando en el viento, como dice Bob Dylan en Blowing in the wind, aquella vieja canción que dice más o menos así: «¿Cuántos caminos debe recorrer un hombre antes de que le consideres un hombre? ¿Cuántos mares debe surcar una paloma blanca antes de que duerma sobre la arena? ¿Cuántas veces deben volar las balas del cañón antes de que sean prohibidas para siempre? ¿Cuántas veces debe un hombre alzar la vista antes de que pueda ver el cielo? ¿Cuántas oídos debe tener un hombre antes de que pueda oír gritar a la gente? ¿Cuántas muertes serán necesarias hasta que él comprenda que ya ha muerto demasiada gente? ¿Cuántos años puede una montaña existir antes de que sea arrastrada al mar? ¿Cuántos años pueden algunas personas existir antes de que se les permita ser libres? ¿Cuántas veces puede un hombre volver su cabeza, fingiendo simplemente que no ve nada? La respuesta, amigo mío, está flotando en el viento, la respuesta está flotando en el viento».

Los sueños valen la pena aunque sean sueños y aunque duren poco. Los sueños están ahí y hay que seguirlos. Pero la realidad avanza matando sueños, a veces sin que nos demos cuenta o le demos la importancia que tiene. La realidad salta sobre los sueños y se impone. Los Tratados de Libre Comercio no son un sueño, no tienen nada que ver con algún sueño, ni con el comercio justo, no tienen nada que ver con el bienestar. En realidad son parecidos a una pesadilla. La pesadilla en el campo de los países que han firmado esos tratados es buen ejemplo. México, es buen espejo para mirarse. Los mercaderes del templo están ahí, y están acá…

Pero en estos caminos del comercio también podemos encontrarnos con aquellos que, mientras venden sus productos en las estaciones de tren, van soñando que sus vidas un día mejoran, algún día mejoran. Alberto Caleris, cantautor argentino, radicado en Quito hace tantos años, narró esa historia en una linda canción titulada «El Expreso».

La guerra del opio

Venimos de la economía popular y de los sueños. De los sueños vamos a la realidad, y seguimos por los caminos del comercio. Ahora nos vamos al oriente lejano allá por China en 1838. La Guerra del Opio fue un ejemplo de cómo el Imperio Británico defendía sus intereses comerciales y económicos, de cómo quería apropiarse del comercio y la economía China. La película también titulada La Guerra del Opio, que narra esa historia, del director chino Jin Xie, empieza con una frase de dignidad: «Solo una nación que se defiende a si misma puede progresar y aprender de las opresiones sufridas en el pasado».

En realidad, el opio fue solo una punta de la madeja. La alta demanda de té, seda y porcelana en Gran Bretaña y la baja demanda de mercancías británicas en China, provocó un gran déficit comercial en Inglaterra que debía pagar los artículos con plata. Eso tuvo duras consecuencias sobre toda su economía. Entonces, para mejorar su balanza comercial, comenzó a exportar ilegalmente opio a China en el siglo XVII, desde su colonia en la India. El comercio del opio creció y llegó a las 1800 toneladas. Así, la salida de plata se redujo. Cuando China prohibió el ingreso de opio, Gran Bretaña vio peligrar su comercio y su economía nuevamente y amenazó a China, que reaccionó bloqueando las Cámaras de Comercio extranjeras establecidas en el país y encargadas de la introducción de opio. Los ingleses vieron en la guerra, no solo la posibilidad de volver a exportar opio a China, si no de apoderarse del comercio chino para gastar menos plata en los productos que importaban de ese país. Sabían que apoderarse del comercio de China, era apoderarse del comercio de Asia.

El 24 de marzo de 1839 Charles Elliot delegado de Comercio de Inglaterra llega a Canton. Fue claro con los mercaderes de opio que más allá de los cargamentos retenidos por China imponer el interés comercial del comercio inglés hacia el futuro . «El comercio aquí está en alza, y no queremos matar a la gallina de los huevos de oro. Estoy aquí para proteger el comercio de Gran Bretaña con China», les dijo.

Pero la única forma de imponer a China los intereses comerciales, era la guerra. Cuando los asesores de la reina Victoria le dijeron que se esperaba su apoyo para enviar el ejército a China y realizar las operaciones militares, ella no dudó. Su argumento fue mucho más allá del momento, fue un argumento estratégico. «Si estuviera en la situación de China también hubiera destruido el opio -explicó . El problema no es el opio, ni tampoco la vida y las propiedades de unos cuantos comerciantes británicos. Si todas las naciones siguieran el ejemplo de China y rechazaran el libre comercio, en menos de un año el imperio británico dejaría de existir. Esa es la razón por la que usaremos la fuerza. Debemos darles una lección de liberalismo. Caballeros, Gran Bretaña tiene la responsabilidad de abrir el último y mayor territorio de Oriente. Espero que ustedes nunca me digan que otro país se nos ha adelantado. La verdad es que quien se apodere de China, obtendrá todo Oriente a lo largo del  siglo 19».

Con las guerras se impusieron a China la firma de tratados que abrieron totalmente sus puertos al comercio con Occidente. Eso llevó a la caída de la economía china. Además, el entonces imperio británico se apoderó de Hong Kong. Las condiciones que impusieron Gran Bretaña, Francia y Portugal a China y a varios países del este asiático, llevó a que se denominaran Tratados Desiguales… Tratados impuestos, antecedente de los actuales Tratados de Libre Comercio…

El jardinero fiel

El hilo del tiempo une esos tratados de la guerra del opio con los tratados actuales. Une además a los mercaderes del templo de Jerusalén con los mercaderes ingleses y los de hoy. En esa historia de mercaderes y tratados, las trasnacionales farmacéuticas buscan imponer sus medicamentos. El escritor ecuatoriano Luis Zuñiga, cuenta un poco de esa historia en su ultima novela Karaoke. La excelente película El jardinero fiel muestra las complicidades de los gobiernos de Kenia y Gran Bretaña, en la imposición de medicinas prohibidas. Las trasnacionales farmacéuticas ganan con los Tratados de Libre Comercio, la población pierde la posibilidad de tener medicinas genéricas, los enfermos del mundo pierden… Pero bueno, cada cual sabe, o debería saber, de que lado está… Yo ahora me iría a volver, para escuchar Kothbiro, Lluvia venidera, tema de la película El jardinero fiel, interpretado por el cantautor keniata Ayub Ogada…

México

De Kenia podemos regresar a la América Latina. El Area de Libre Comercio de la Américas que finalmente no se concretó por la lucha de los pueblos primero y la postura digna de algunos gobiernos después, el Tratado de Libre Comercio de Estados Unidos, Canadá y México que liquidó a la producción agrícola mexicana, los diversos Tratados de Libre Comercio disfrazados de distintos nombres a los largo del mundo, los Tratados Bilaterales de Inversión que protegen a las empresas trasnacionales… Tratados y más tratados, la versión actual de aquellos que Inglaterra y las potencias europeas de la época impusieron a China. Hoy China, para no quedar atrás, hace lo mismo con otros países. Los Tratados de Libre Comercio, como los Tratados Bilaterales de Inversión son armas de las potencias en la Guerra del Libre Comercio Global. México es buen ejemplo de las consecuencias que pueden tener los Tratados de Libre Comercio sobre la economía de países dependientes, como decía Pepe Mujica en una entrevista hace unos días: «Ya ni maíz planta».

Uno de los países donde se originó el maíz ahora importa maíz transgénico de Estados Unidos. Un país que se fue al abismo. El amigo y periodista José Steinleguer explica: «desde que México entro al Tratado de Libre Comercio en 1994, se fue a la chingada. Es decir comenzó un proceso e involución económica, política, ideológica, cultural, inclusive conceptual en el sentido de que las cabezas mexicanas fueron obligadas voluntariamente, o no, a solo mirar hacia el norte. Su destino a partir del 1 de enero del 94, fue mirar hacia el norte. Ese es el día en que México entró al TLC por la puerta de la cocina. Es decir, no por la puerta grande, en los términos en que entró Canadá. En consecuencia, se asumió lo que ya era una tendencia muy acentuada desde los años 80, a partir de que la deuda se había tornado impagable e incobrable, y coincide con el periodo que inicia Miguel de la Madrid, se inicia ya el periodo de la más rancia tecnocracia neoliberal, y así se caminó hacia el México actual».

México de tantos muertos y desaparecidos. México de los Tratados de Libre Comercio. México de Ayotzinapa, México de Lila Downs cantando a la Patria Madrina. México triste… Agua sobre México, un poema que escribí dedicado a los 43 de Ayotzinapa, a sus familiares, compañeros y amigos que siguen luchando por la verdad: «hay un río de calabazas que corre sin agua por México / sin agua corre ese río, sin huesos, sin gritos, por México / sin gritos corre ese río, sin manos, sin ojos, por México / sin ojos se va quedando México, / sin ríos, sin agua, sin calabazas, / pero millones de ojos miran a México / millones de ríos desembocan en México / y el agua de los ojos, y el agua de los ríos, es un torrente / que ya nadie podrá parar, sobre México…»

Cara e’ pescado

Ahora por los caminos del comercio llego al Ecuador. El Ecuador de tantas luchas contra el Area de Libre Comercio de las Américas, contra el TLC con Estados Unidos, contra la oscuridad. El Ecuador… El Ecuador que hoy parece perdido en el camino de un Tratado de Libre Comercio con Europa, el mismo, el mismito que ya firmaron Colombia y Perú y que solo aceptó la imposición europea. Pero pensando en la firma de la adhesión de Ecuador a ese tratado se me ocurre que es bueno irse despidiendo de muchas los muchos que dejará de existir en el futuro. Adiós a los quesos y lácteos ecuatorianos, adiós a la naranja de Manabí tan jugosa ella, adiós a tantos y tantos productos de la tierra, y a la tierra también, adiós a los jeans de Pelileo y a los trabajadores que los hacen, adiós a tanto campesino de Costa y Sierra, a tantos pequeños agricultor que sueña, adiós a tanto pequeño fabricante, adiós a los medicamentos baratos, adiós al trabajo nacional de tantos y tantos… Adiós a la mayor parte de las compras públicas a productores nacionales… El futuro está ahí y dice adiós… que el futuro no sea México. Los mercaderes y los grandes medios de comunicación son parte del coro que dice bye bye

A mediados del año 2009, una cadena de la Secretaria de Comunicación del gobierno de Ecuador, decía que Colombia y Perú habían firmado un Tratado de Libre Comercio al que Ecuador no podía adherirse. Criticaba además la presión de mercaderes y medios. Ahora como por arte de magia Ecuador está a punto de firmar su adhesión a ese tratado que criticó. En fin… Adiós a la coherencia y a la soberanía también…

«Titulares, noticias y editoriales que satanizaron la decisión responsable del gobierno, de no sumarse al grupo de naciones que firmaron un Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea. Medios de comunicación que haciéndose eco de pseudoanalistas vaticinan la destrucción del sector exportador», afirmaba la cadena del gobierno ecuatoriano. Luego de mostrar el ejemplo de México argumentaba: «TLC entre una potencia económica y científica y un país dependiente de sus materias primas es cualquier cosa menos Tratado Libre. Será de comercio y útil para comerciantes pero nada más. Para el pequeño empresario agricultor o industrial es la ruina. Nadie le hace concepciones a nadie. Y si los Estados Unidos subsidian la agricultura para que sea competitiva, Europa igual, para que la suya no pierda la pelea en el primer asalto. Es decir: negocios con el rico de la cuadra, es como pelea de tigre hambriento con burro amarrado».

Al escuchar nuevamente esa cadena, recuerdo la ironía de Jaime Guevara en una canción que decía: «TLC, TLC, tu me tienes mala fe. Tu dices ser un tratado de libertad comercial, pero en realidad no hay tal, me hueles cara e’ pescado…».

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* Textos basados en el programa Me Voy A Volver… Con Kintto Lucas… que se transmite los domingos a las 8h00 con reprisse a las 19h00 por radio Pichincha Universal de Quito 95.3 FM. Noroccidente de la Provincia de Pichincha 94.5 FM. Web: www.pichinchauniversal.com.ec  Radio de la Casa de la Cultura Ecuatoriana 940 AM. Web: http://www.casadelacultura.gob.ec/  Provincia del Carchi- Ecuador: Radio Frontera 93.3 FM, sábados a las 9H00.  Web: http://www.radiofrontera.ec/  Uruguay radio La Zurda Online, sábados 18h00 Web: radiolazurda.tripod.com  Programas anteriores en: http://www.pichinchauniversal.com.ec/index.php/extras/especiales1/me-voy-a-volver

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.