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Ante la espiral de confrontación que sufrimos

Por el cambio político y social que reconstruya la convivencia y la solidaridad

Fuentes: Rebelión

La elección de Quim Torra como 131 Presidente de la Generalitat es una fuga adelante del nacionalismo independentista en Cataluña, en su versión más etnicista, insolidaria y reaccionaria. En aras de la continuidad del llamado «Procés» no solo se sacrifica el programa social, también los valores republicanos de igualdad, justicia, solidaridad y derechos de ciudadanía. […]

La elección de Quim Torra como 131 Presidente de la Generalitat es una fuga adelante del nacionalismo independentista en Cataluña, en su versión más etnicista, insolidaria y reaccionaria. En aras de la continuidad del llamado «Procés» no solo se sacrifica el programa social, también los valores republicanos de igualdad, justicia, solidaridad y derechos de ciudadanía.

En efecto, la ideología, la mentalidad, del nuevo Presidente QT están inspirados (y editados) en valores ajenos a la ilustración democrática y republicana, se basa en prejuicios contra quienes no son ni piensan como él, por razones de cultura, lengua, conciencia, extracción de clase, o compromiso político o social. Sus insultos a la ciudadanía, lengua y culturas españolas van de la mano de sus odios contra el movimiento de los indignados del 15M, contra las izquierdas, y se complementan con su entusiasmo por siniestros personajes del movimiento nacionalista xenófobo de Cataluña, como los hermanos Badía y el supremacista Heribert Barrera.

Su elección augura un periodo turbulento, de confrontación civil, de incremento de los odios que profundizará la ruptura social en Cataluña, y provocará la reacción y radicalización del provocador nacionalismo español. En este conflicto de banderas, hegemonizado por las derechas neoliberales respectivas, los grandes perdedores son las clases populares. Habrá que impedirlo, movilizando la ciudadanía en Cataluña y España por una alternativa de cambio social y con una propuesta clara de modelo de estado de carácter federal, solidario, de libre adhesión.

Encontrar las alternativas yendo a las causas de la crisis 

¿Qué ha pasado en Cataluña, de tradiciones republicanas y federalistas, vanguardia en el nacimiento de las ideas socialistas y libertarias, combatiente primero y resistente después contra el fascismo, «Rosa de foc» de las luchas contra la explotación capitalista, espacio del pensamiento crítico, calles y plazas de innumerables manifestaciones en defensa de las causas solidarias, contra las guerras, por los derechos humanos, la igualdad de género, para que, el rancio y reaccionario nacionalismo del siglo pasado haya seducido a una parte importante de la sociedad?

El independentismo tradicional de carácter identitario, marginal durante mucho tiempo, se extiende a partir del estallido de la crisis económica internacional en 2008 y los efectos de las políticas de ajuste y austeridad de la Unión Europea, consiguiendo sumar nuevos sectores sociales al llamado independentismo instrumental.

La campaña demagógica del nacionalismo catalán con el lema «España nos roba» tapó las responsabilidades de las instituciones de la UE y, particularmente, del capitalismo alemán y centro europeo que impuso una brutal política de recortes para asegurar la devolución de la deuda de los países del Sur, entre ellos España y Cataluña, e hizo creer a una parte de la población catalana que la solución mágica al retroceso social era abrazar la causa de la independencia.

El recorte de 14 artículos del Nou Estatut 2006 por sentencia del Tribunal Constitucional en 2010, como consecuencia de una demanda del PP, significó la frustración de muchas esperanzas y sembró el terreno a las aspiraciones independentistas, que podían comprobar un trato desigual cuando estatutos de otras comunidades mantenían similares artículos.

El oportunismo político del Presidente Artur Mas, que en 2012, encontró en la bandera del «derecho a decidir» el instrumento para tapar y desviar el desgaste social y político provocado por sus políticas neoliberales de recortes y privatizaciones, y que tuvo como respuesta social las acampadas del 15M y la acción de rodear el Parlament.

El fatal inmovilismo de Mariano Rajoy, que siendo el pirómano del recorte del Nou Estatut, sigue echando gasolina al conflicto en Cataluña, al negarse a abrir una reforma del modelo de estado que permita el encaje de las legítimas aspiraciones de una gran parte de la población de Cataluña a mayor autogobierno, que se opone a buscar una salida democrática al conflicto, y que en su lugar, frente a decisiones y actos censurables de los responsables del bloque independentista, solo responde con la represión y la judicialización de la política.

La combinación de estos factores explica la espiral del conflicto actual en Cataluña, la formación de dos bloques confrontados, la división de la sociedad catalana, el riesgo de enquistamiento, la involución provocada por la aplicación del 155 y, en caso de proseguir la confrontación, un escenario tenebroso de intervención contundente del estado y derrota de las aspiraciones independentistas y múltiples efectos colaterales negativos.

Cambio social y politico + federalismo: la alternativa para reconstruir la convivencia en la ciudadanía y pueblos de España

Las personas que viven y trabajan en la Cataluña mestiza, plurinacional, pacífica y solidaria, crisol de una diversidad de culturas, lenguas, ideas y proyectos, merecen un futuro de esperanza y convivencia, superar el pozo sin fondo de la presente crisis, y recuperar las instituciones, Parlament, Gobierno y Presidencia de la Generalitat, para todo el pueblo de Cataluña, recogiendo y respetando los diversos sentimientos de catalanidad y españolidad.

Reconstruir la convivencia en Cataluña es inseparable de un proyecto común con el resto de la ciudadanía y pueblos de España donde se garantice el bienestar social, los derechos sociales fundamentales, el pleno empleo con trabajo digno, las pensiones públicas dignas y una protección social de calidad, la igualdad social y de género, la distribución de la riqueza, el equilibrio ecológico con un desarrollo sostenible. La finalidad de cualquier proyecto de país, de nación, de estado es servir y garantizar los derechos fundamentales de la ciudadanía, de las clases populares, de la clase trabajadora. Sin cumplir con tales derechos cualquier proyecto común entra en crisis irreversible y sus instituciones pierden su legitimidad.

La salida a la crisis actual en Cataluña y España pasa indefectiblemente por recuperar los instrumentos de la soberanía económica que permita romper con las políticas de ajuste y austeridad impuestas por Bruselas y Berlín, derogando el artº 135 de la Constitución española y la ley orgánica de estabilidad presupuestaria y desvinculándose de los Tratados austericidas de la UE. La mayoría social de Cataluña y España no pueden seguir prisioneras de una deuda tan injusta, ilegítima y odiosa como tolerada por los gobiernos, resultado de la ausencia de una redistribución fiscal solidaria, desde las ricas potencias centrales de Europa beneficiarias de amplios superávits comerciales, hacia los países del Sur empobrecidos por la deuda, el déficit comercial y un trato desigual.

La esperanza de cambio para las ciudadanías de Cataluña y España, no pasa por proyectos retrógrados, reaccionarios, insolidarios, divisionistas y destructivos, que lideran las derechas nacionalistas catalanas y españolas.

El necesario cambio social y político, será el resultado de la movilización del conjunto de la ciudadanía, en Cataluña y España, de la acción de la clase trabajadora y la alianza de pueblos, que expulse de los instrumentos de poder a los gobiernos de Mariano Rajoy y de Quim Torra.

Frente a la España y Cataluña neoliberales que defienden Mariano Rajoy y Quim Torras, se levantan los pensionistas, las mujeres, gentes de todo el país, que han demostrado en sus movilizaciones el 8 de marzo, en las grandes manifestaciones en defensa de las pensiones públicas, que federan su voluntad por la lucha común superando las divisiones nacionalistas. Lo que une prevalece sobre lo que separa.

Es vital mostrar, con un lenguaje riguroso y claro que hay esperanza para revertir este marasmo. Que luchando hay luz al final del túnel, hay soluciones y habrá cambio de verdad. Que somos capaces de formular, explicar y definir la hoja de ruta de la emancipación desgranando objetivos, escenarios y métodos. El clarificador ¿Qué?, ¿Cuando? y ¿Como?

Más que nunca, las fuerzas y organizaciones, como Cataluña en Comú-Podem y Unidos Podemos, que defienden el cambio político y social, deben dar un paso adelante y levantar con claridad, resueltamente, la alternativa de un modelo de estado federal, solidario y de libre adhesión, descentralizado y respetuoso del principio de subsidiariedad eficiente, que permita la convivencia y el encaje de las aspiraciones de todos los pueblos de España. Otras fórmulas, que no tienen precedentes en otros países del mundo, y que pueden ser utilizadas como plan B por el independentismo, solo añaden confusión.

Construyamos las alianzas, para hacer realidad el cambio social y político, y el proyecto federal, que necesitamos urgentemente.

Firman:

Rosa Cañadell (*)

Toni Barbarà (*)

Ramón Franquesa

Pere Mariné (*)

Diosdado Toledano (*)

(*) Son miembros de la Coordinadora de Catalunya en Comú

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.