El Consejero de Interior de la Comunidad Autónoma Vasca prohibió y mando reprimir una manifestación por la Amnistía y la Autodeterminación, manifestación que se viene repitiendo año tras año tras la segunda jornada de las regatas de la Concha y que nunca ha originado incidente alguno si no han sido provocados por la presencia de […]
El Consejero de Interior de la Comunidad Autónoma Vasca prohibió y mando reprimir una manifestación por la Amnistía y la Autodeterminación, manifestación que se viene repitiendo año tras año tras la segunda jornada de las regatas de la Concha y que nunca ha originado incidente alguno si no han sido provocados por la presencia de los llamados cuerpos de seguridad y sus razonables maneras de dispersar.
La proliferación de máquinas de fotografía, entre las que se incluyen miles de teléfonos móviles, han dejado constancia gráfica de estos métodos democráticos y sólo tenemos que pasearnos por aquellas webs que los medios oficiales no logran controlar para hacernos una idea mucho más real que la ofrecida por los comunicados oficiales y los acólitos del poder. Si una imagen vale por mil palabras está claro que mil imágenes desmontan todas las acusaciones y justificaciones vertidas por estos.
Para esta prohibición el llamado PNV de Josu Jon Imaz, mera figura retórica de un partido con demasiados pactos para ser transparente, no ha necesitado del concurso de los Garzones, Grandes, Zaplanas o Savateres… para esta vez, y otras muchas por cierto, se basta y se sobra él solito, con su cuerpo de policía por cierto, para reprimir todo grito de libertad que nace desde el pueblo, el mismo que dice ser suyo por cierto.
La ley, la misma que dicen defender, nos ampara y avala a la hora de pedir la Amnistía y lo hace también con la Autodeterminación, la ley legitima el derecho a la manifestación y sólo los poderes hacen y deshacen, en previsión de incidentes, según su prohibición, de este derecho una burla y un despropósito.
La presunción de inocencia, aquella que dicen nos protege a todos de una culpabilidad no demostrada, se ha convertido en Euskal Herria en un mito urbano del que todos hablan y ninguno lo ha vivido directamente… pues algo parecido pasa con el derecho a manifestarse, ese que reconocen las mismas leyes que aplican, dicen, para negarlo.
Existe un derecho a reunirse pacíficamente y sin armas que no necesita de autorización alguna, así lo dicen sus leyes, junto al derecho a manifestarse, previa comunicación a la autoridad, que sólo podrá prohibirla cuando existen razones fundadas de alteración del orden publico. Esto debería sonrojar a todos estos garantes de la libertad y la ley que dicen y hacen a su libre albedrío los despropósitos más flagrantes de la vulneración legal.
Esta claro que después de tantos años de aguantar métodos y modos no deberían extrañarnos prohibiciones y actuaciones como la vivida este domingo en Donostia y por ello invito a todos a ver a estos hijos de Balza golpeando y masacrando a quienes querían marchar detrás de una pancarta que ponía Askatasuna (libertad) o coreaban gritos de «Amnistía Osoa» (Amnistía) y eso para este PNV de ahora y siempre es «previsión de incidentes».
La famosa, tristemente, ley de partidos debería sancionar aquellos que hacen de la violencia su mejor arma y no aquellos que no condenan la violencia de ETA, solo ésta, pero ello -lo del ejercicio directo de la violencia- iba a dejar huérfano al poder, léase PP, PSOE, PNV, UPN… etc. Y es que el poder tiene que demostrarse a sí mismo que siempre es el más fuerte y para ello sus cuerpos más mimados reciben todo tipo de impunidades necesarias.
He leído que la carga en Donostia recordaba a la que protagonizó esta policía del PNV en Bilbo hace ahora cinco años, 14S del 2.002, y es que algunos no aprenden con el tiempo y simplemente no quieren aprender porque nadie les obliga -la ley está claro- a ello.
Pues eso, que seguiremos hoy como ayer hasta que estas pancartas que abrían las manifestaciones de Bilbo, «Euskal Herria Aurrera» entonces y la de Donostia «Askatasuna» ayer no sean tipificadas por ningún departamento de Interior como previsibles de constituir incidentes.