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Por la ILP «Pan y Toros»

Fuentes: Rebelión

Se ha creado recientemente la Web de la Iniciativa Legislativa Popular Antitaurina denominada «Pan y Toros», a la cual remito a los lectores para obtener una información más amplia y detallada, y cuyos argumentos vamos a tratar de resumir aquí. Se pretende desde el Gobierno en primer lugar hacer volver los toros a Cataluña, y […]

Se ha creado recientemente la Web de la Iniciativa Legislativa Popular Antitaurina denominada «Pan y Toros», a la cual remito a los lectores para obtener una información más amplia y detallada, y cuyos argumentos vamos a tratar de resumir aquí. Se pretende desde el Gobierno en primer lugar hacer volver los toros a Cataluña, y esto es la primera falacia que debe denunciarse, pues las competencias en materia de espectáculos públicos no les corresponden al Estado, pues han sido asumidas estatutariamente con carácter exclusivo por las Comunidades Autónomas. Esto imposibilita de facto la declaración de la fiesta de los toros como «Bien de Interés Cultural» (BIC), lo cual ha sido además rechazado por el Senado. El grueso de la iniciativa se basa en solicitar la retirada de las subvenciones públicas al mundo de la Tauromaquia. Recomiendo a los lectores la serie de artículos titulada «Por una Ley Integral de Protección del Mundo Animal«, donde desarrollamos más a fondo éste y otros temas relacionados.

Y en primer lugar, hay que afirmar que la opinión pública se muestra claramente en contra de sostener o aumentar las ayudas públicas al mundo del toreo. El Diario El Mundo hizo una encuesta al respecto en mayo de 2012, bajo la siguiente pregunta: ¿Cree que hay que destinar dinero público para mantener las corridas de toros? Los resultados no dejaron lugar a dudas, ya que la ciudadanía contestó un rotundo NO en un 90%. Y evidentemente, los espectáculos taurinos no se sostienen sin dichas ayudas públicas, lo cual ha provocado toda la oleada de ataques y manipulaciones por parte de dicho sector. Por otra parte, también está fracasando su intento de introducir los toros de forma oficial en el mundo educativo, y la propuesta para su declaración como PIH (Patrimonio Inmaterial de la Humanidad) por la UNESCO. Y esto porque evidentemente, las corridas de toros son una fuente de educación en la violencia y no transmiten valores de respeto hacia los seres vivos, lo que choca frontalmente con la definición de PIH. El propósito de nuestra sociedad debe ser erradicar la crueldad y minimizar el sufrimiento, y no excusar el apoyo a este tipo de espectáculos bajo cualquier pretexto cultural, tradicional, o económico.

Por otra parte, la decadencia de los espectáculos taurinos es más que evidente. La actividad de la tauromaquia ha dejado de ser rentable hace muchos años, y se constata desde 2007 la tendencia negativa en cuanto al número de espectadores en cada festejo taurino. Por ello el lobby taurino pretende que esta actividad se considere como un producto cultural oficialmente reconocido, para poder beneficiarse de las cuantiosas subvenciones públicas y privilegios fiscales, y lo reclaman asegurando que las corridas de toros son el segundo espectáculo de masas en España, aunque según datos del propio Ministerio de Cultura, dista muchísimo de ser considerado como tal. Detrás de estos intentos, se encuentran poderosos empresarios, muchos de ellos ligados a familiares o amigos de dirigentes del PP. Y para convencernos, nos aportan una serie de argumentos totalmente falaces para justificar sus intenciones.

Por ejemplo, que el toro bravo no sufre durante la lidia. Pero la realidad es que los «estudios» que intentan demostrar esto no resisten el menor diagnóstico científico. Por otra parte, tenemos las declaraciones del veterinario José Enrique Zaldívar, Presidente y Fundador de la AVAT (Asociación de Veterinarios por la Abolición de la Tauromaquia), quien sí ha demostrado con estudios y documentación publicada en revistas científicas, el funcionamiento de los mecanismos del dolor en los bóvidos, que sí les provocan un gran sufrimiento. Otra falacia vertida a tal fin es el hecho de que atraen turismo. Pero lo cierto es que los turistas, en su gran mayoría, no asisten a las corridas en las plazas de toros, o cuando lo hacen, no soportan la crueldad del espectáculo y se marchan de la plaza tras pasar apenas los primeros minutos del mismo. Pueden consultarse las estadísticas oficiales de FRONTUR, entre algunas otras fuentes y medios de comunicación, para comprobar que efectivamente, las corridas de toros no son ningún motor para el turismo en nuestro país.

Otro falaz argumento vertido al respecto es que si desaparecen las corridas, desaparecerá también el toro bravo. Los que sostienen dicha tesis hacen gala igualmente de una ignorancia supina. La biología y la ciencia determinan que los toros llamados bravos pertenecen a la especie Bos Taurus, la misma especie a la que pertenecen todos los toros y vacas que también se destinan al consumo humano de leche y carne. Por lo tanto, no desaparecería ninguna especie si dejan de destinarse toros para la lidia. De hecho, en los países donde nunca se han celebrado corridas de toros o donde ya se han prohibido, esta especie sigue existiendo. Un caso muy ilustrativo es el de Argentina, famosa por sus carnes, y que sin embargo tiene las corridas de toros prohibidas por ley desde el año 1954. También la cuestión laboral se aduce como inconveniente, en el sentido de afirmar que si desaparecen las corridas, se perderían cientos de miles de puestos de trabajo. Nada más lejos de la realidad. Existen estudios que publican cuántos son esos puestos y qué tipo de ingresos económicos anuales generan, así como estudios minuciosos sobre el nivel de regularidad de los mismos. La realidad es concluyente: los únicos ingresos que van a decrementarse son los de los empresarios taurinos.

También se argumenta que si desaparecen las corridas, también desaparecerán las dehesas. Las dehesas son sistemas naturales creados por la mano del hombre, y que en España están vinculadas a la producción de alcornoques, agricultura y ganadería extensiva. Se trata de las principales actividades ganaderas llevadas a cabo en dehesas: ganado bovino para la producción de leche y carne, porcinos y caprinos. Por tanto, la desaparición de las corridas de toros no afectaría a estas actividades, que seguirían desarrollándose en las dehesas. Se puede consultar más a fondo en el estudio publicado en la web del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Por otra parte, las dehesas están subvencionadas para garantizar su permanencia y mantenimiento, que en la mayor parte de las veces se ve afectado por una sobrecarga de ganado, que afecta de forma negativa a este ecosistema. Por ello, existen ayudas públicas para la plantación y protección de árboles, para llevar a cabo podas y desbroces, para mejorar caminos y vallados, etc. En conclusión, ninguno de los argumentos expuestos para continuar el apoyo oficial a la Tauromaquia es considerado cierto, y por tanto, instamos desde aquí a la que la recogida de firmas de la ILP Antitaurina «Pan y Toros» tenga el éxito que se merece, y que podamos conseguir la retirada oficial de todo tipo de subvenciones y ayudas para el mundo taurino.

Blog del autor: http://rafaelsilva.over-blog.es/

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