Me sorprendió mucho leyendo el diario Público encontrarme con un anuncio de un concurso organizado por el citado diario junto a la empresa Bacardí. Por ello, envíe al diario Público una carta al director. Dado que han pasado ya más de 10 días y ni he recibido contestación alguna ni la han publicado, la hago […]
Me sorprendió mucho leyendo el diario Público encontrarme con un anuncio de un concurso organizado por el citado diario junto a la empresa Bacardí. Por ello, envíe al diario Público una carta al director. Dado que han pasado ya más de 10 días y ni he recibido contestación alguna ni la han publicado, la hago pública en este espacio (la carta está escrita de una manera muy sintética para cumplir la limitación de 1000 carácteres que impone Público en la sección cartas al director).
Bacardí fue fundada en Cuba pero trasladó su marca a Bahamas poco antes del triunfo de la revolución. Sus propiedades en Cuba fueron nacionalizadas en 1962, pero al contrario que otras empresas extranjeras, Bacardí no aceptó la compensación ofrecida por el gobierno cubano a pesar de que ésta se adecuaba a las leyes internacionales.
Desde ese momento Bacardí ha justificado, apoyado o financiado acciones como un plan para asesinar a F. Castro, una bomba en la embajada de Cuba en Francia y atentados en hoteles cubanos en los que murió un turista italiano. Bacardí apoyó además a la CONTRA en Nicaragua. Véase «Ron Bacardi: la guerra oculta» de Hernando Calvo Ospina.
Bacardí jugó un papel destacado en la redacción de las leyes Torricelli y Helms-Burton, que endurecieron el bloqueo de EEUU a Cuba. El levantamiento de éste se vota anualmente en la ONU; a pesar de la mayoría de paises a favor -en 2007, 179 a favor y 4 en contra- EEUU lo mantiene.