No recuerdo cuantos años hace que los gobiernos de turno en España han mantenido dormido el viejo diferendo de esa nación ibérica con Gran Bretaña por la soberanía sobre el disputado Peñón de Gibraltar, bajo dominio de Londres. La interrogante entonces es por qué lo despiertan ahora. La respuesta es bien sencilla, el régimen del […]
No recuerdo cuantos años hace que los gobiernos de turno en España han mantenido dormido el viejo diferendo de esa nación ibérica con Gran Bretaña por la soberanía sobre el disputado Peñón de Gibraltar, bajo dominio de Londres. La interrogante entonces es por qué lo despiertan ahora.
La respuesta es bien sencilla, el régimen del derechista Partido Popular (PP) del presidente Mariano Rajoy necesita desviar la atención de los graves problemas que viven los españoles, como consecuencia de la profunda crisis económica que enfrenta ese estado europeo.
El ejecutivo conservador de Rajoy está obligado a «entretener» a sus compatriotas en un diferendo que poca importancia le ha dado siempre, aunque la merece, por sus estrechos vínculos con Gran Bretaña, y además su subordinación a Londres, como lo hace de igual manera con Washington.
Asesores mediáticos del PP encontraron aparentemente la formula en reavivar el desacuerdo por Gibraltar para pretender conseguir que los españoles olviden las privatizaciones, los recortes sociales, la represión, el desempleo y los desahucios a que están sometidos por el actual régimen de Madrid.
Una avalancha de declaraciones sobre Gibraltar han hecho en las últimas horas los representantes de Rajoy, mientras buques de guerra británicos, incluido un portaaviones insignia, arribaron a las aguas del peñón en jaleo.
Por supuesto que pescadores españoles que faenan en la zona consideran una provocación el despliegue castrense de Gran Bretaña, mientras habitantes del peñasco se cuestionan el algarabío orquestado por el ejecutivo del PP.
Es difícil imaginarse que entre Madrid y Londres la sangre llegue al rio, pero sí es muy creíble que los actuales gobernantes españoles, envueltos además en escandalosos hechos de corrupción, estén simulando un falso enfrentamiento con el «poderoso imperio británico».
De otro lado, a nadie se le ocurriría pensar en un eventual conflicto militar entre esos dos estados europeos, conocidos miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), y obedientes aliados de sucesivas administraciones norteamericanas.
También sería ingenuo profesar que Madrid desate un enfrentamiento armado con Londres porque su derrota estaría cantada de antemano.
España ha logrado ganar alguna guerra en toda su historia, para no decir ninguna, como la de Perejil, donde unos pocos soldados marroquíes defendían esa roca inhabitada, y el entonces presidente, también del PP, José María Aznar, envió a casi todo un ejército.
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