¿Se puede llamar rey a Juan Carlos I? ¿Es Cuba el país más democrático del mundo? ¿El PSOE era insignificante y fue aupado por el capital? Todas las respuestas a éstas y a otras muchas preguntas las encontrarán en el libro Educación para la Ciudadanía , editado por Akal y cuya compra y lectura les […]
¿Se puede llamar rey a Juan Carlos I? ¿Es Cuba el país más democrático del mundo? ¿El PSOE era insignificante y fue aupado por el capital? Todas las respuestas a éstas y a otras muchas preguntas las encontrarán en el libro Educación para la Ciudadanía , editado por Akal y cuya compra y lectura les recomendamos encarecidamente. Sus autores son Carlos Fernández Liria, Pedro Fernández Liria y Luis Alegre Zahonero y está ilustrado por Miguel Brieva.
El caso Gal . «El gobierno de Felipe González decidió en secreto emprender la guerra sucia contra ETA. Desde altas instancias policiales, y sin duda que por iniciativa de altas instancias políticas, se organizó el GAL (…) sus víctimas, la mayor parte de las veces, no tenían nada que ver con ETA; fueron equivocaciones o víctimas elegidas al azar para amedrentar. 104 ciudadanos pusimos entonces una denuncia y el poder judicial tuvo que tomar cartas en el asunto»
Vera y Barrionuevo . «A veces, por ejemplo, el poder ejecutivo encuentra argucias legales para intervenir en las decisiones judiciales. Vera y Barrionuevo fueron condenados a 10 años deprisión y en dos meses y medio estaban ya en la calle. Más adelante tendremos la ocasión de comprobar que el problema es mucho más hondo y mucho más grave de lo que se puede apreciar en este tipo de ejemplos.»
El rey . «En España, por ejemplo, hemos inventado algunos procedimientos bastante pintorescos para poder tener un rey y un ordenamiento constitucional al mismo tiempo. […] Es cuestión de gustos decidir luego si al resultado de esta operación se le puede seguir llamando rey con propiedad pero, en cualquier caso, es suficiente para dar mucho que hablar a las revistas del corazón».
El capitalismo es insaciable… «Los capitalistas son como ratones en una rueda, que corren más deprisa con el fin de correr aún más deprisa».
…y un tren sin frenos. «El capitalismo es como un tren sin frenos que se acelera cada vez más. Camina, sin duda, hacia el abismo. Pero este abismo no es, como muchos marxistas imaginaron, su fin inevitable que dará paso al socialismo. […] Lo que está fuera de control es, precisamente, el capitalismo y el socialismo no es otra cosa que el freno de emergencia. Es la única esperanza que le queda a la humanidad para pararle los pies al capitalismo».
España. 1936. «En España, el golpe de Estado contra el orden republicano fue pagado a tocateja por los poderosos capitalistas como, por ejemplo, Juan March. Aquí no hay ningún reverso tenebroso de algo así como la razón occidental o la ciudadanía de la Ilustración. Lo único que hay es mucho dinero para matar comunistas y anarquistas».
La traición de los sindicatos obreros. «La absoluta traición de los sindicatos obreros a partir de los años 80 se justificó siempre con este tipo de chantaje. Si se obliga a una empresa a pagar salarios más altos a sus empleados, la empresa se hunde y aumenta el paro».
El derecho como instrumento de la clase dominante. «… en esa realidad el derecho es imposible y aquello a lo que se llama derecho no es el derecho sino una mera apariencia de derecho. Lo que se impone no es denunciar el derecho sino denunciar al capitalismo porque, entre otras cosas, hace imposible que el derecho funcione bien».
La revolución bolivariana. «Ante los ojos atónitos del planeta y la rabia sin límites de los dueños del mundo, en Venezuela (y también en Bolivia y otros lugares de América Latina) se está emprendiendo una verdadera revolución. Lo que pasa es que los medios de comunicación han mentido tanto y de forma tan descarnada sobre Hugo Chávez y la historia reciente de Venezuela, que la mayor parte de la gente no tiene ni idea de lo que está pasando ahí».
El comunismo como condición de la democracia . «Bien pudiera ocurrir que el comunismo no sólo fuera compatible con la democracia sino que, además, al menos bajo las condiciones modernas de producción, fuera la única posibilidad democrática que el queda a la humanidad».
Una enfermedad moral. «Desde que Oriana Fallaci, tras el 11-S, dio el pistoletazo de salida para dejar de morderse la lengua y ser racista sin remordimientos, la filosofía de los Halcones del Pentágono ha ido siendo cada vez más aplaudida por personajes como -por citar casos españoles- César Vidal, Jiménez Losantos o Gabriel Albiac, quienes, por ejemplo, han argumentado contra el presidente venezolano Hugo Chávez llamándole «negro», «gorila» y «chimpancé», y contra el presidente bolivariano Evo Morales llamándole «caracastaña».
El mito de la libertad de expresión . «¿Por qué no decretar la libertad de expresión más absoluta para todos los que no tengan un millón de euros? ¿Cuántos Polancos en paro hay en España esperando a que la libertad de expresión les monte un periódico o una cadena de televisión?».
El mito de la falta de censura . «En realidad, resulta escandaloso que durante décadas tantos intelectuales e historiadores se tragaran el mito de la ausencia de censura en el llamado mundo libre, sin que, por un momento, se llegara a reparar en el hecho tan obvio de que todos aquellos periodistas a los que habría que censurar estaban, al igual que lo están ahora, en el paro».
El mito de las libertades políticas . «El mérito sería también que no hubiera presos políticos en una sociedad que dependiera realmente de sus decisiones políticas, como ocurre,por ejemplo, en Cuba. Y en esta comparación Cuba saldría, en realidad, bastante bien parada, sobre todo si se la compara con EEUU».
La pedagogía del millón de muertos. «La pedagogía del millón de muertos ha sido la verdadera educación sobre la ciudadanía que hemos tenido hasta ahora. Básicamente la cosa consiste en que cada 30 ó 40 años se mata a casi todo el mundo y después seconvocan elecciones. Esta forma de educar a la ciudadanía ha sido, hasta el momento, suficientemente eficaz para que los votantes eligieran como dios manda. Y así es como el capitalismo ha logrado ser compatible con la democracia durante periodos relativamente largos.»
¿Derecha o izquierda? «Que ya sabemos bien que somos enteramente libres para votar a las derechas si queremos o, si lo preferimos, a las izquierdas que están dispuestas a gobernar como las derechas. Que ya sabemos lo que significa salirse de ese marco y que ese marco es lo único que tenemos derecho a llamar democracia. Algunos, sin embargo, todavía pensamos que la democracia comenzará un día ahí donde se ponga fin al chantaje con que el capitalismo educa para la ciudadanía».