Durante las diferentes legislaturas habidas hasta ahora, el PSOE y el PP como perros amaestrados han seguido el dictado de los poderosos. Han gobernado uno u otro, pero en cuestiones «de estado» por el bien de España, se han dado la mano e incluso se han abrazado. Han desarrollado la misma política económica. En aras […]
Durante las diferentes legislaturas habidas hasta ahora, el PSOE y el PP como perros amaestrados han seguido el dictado de los poderosos. Han gobernado uno u otro, pero en cuestiones «de estado» por el bien de España, se han dado la mano e incluso se han abrazado. Han desarrollado la misma política económica. En aras de la austeridad, han recortado derechos sociales y laborales, han privatizado las empresas públicas, han permitido los desahucios, han modificado la Constitución -tan sagrada- con el artículo 135 y han ido poco a poco empobreciendo a millones de personas.
Después de las elecciones del 20D, los socialistas han dado un giro y han renegado de los populares. Han olvidado los muchos encuentros y abrazos concedidos y han preferido asociarse a una nueva derecha, Ciudadanos, que todavía no había enseñado claramente los colmillos neoliberales y clamaba por acabar con tanta podredumbre, tanta corrupción. El PP estaba solo. La arrogancia y prepotencia de sus años de Gobierno, sus imposiciones legislativas, su desastrosa política social y económica, su pésima gestión de las reivindicaciones nacionalistas y sus cientos de militantes, y el propio partido, imputados por corrupción rechinaban tanto que incluso sus otrora socios de Gobierno, los partidos nacionalistas vascos y catalanes, le dieron la espalda. El PSOE perdió una oportunidad histórica para apartar del Gobierno a Rajoy. Hubiera contado, si no se alía con esta nueva derecha, con los apoyos suficientes para, con un programa de cambio real, ser Sánchez elegido Presidente del Gobierno.
Las elecciones de del 26J -a pesar de toda la corrupción que impregna a los populares- han supuesto un afianzamiento del PP a costa del partido naranja, a pesar de la abundante subvención recibida del Ibex35, ha perdido vuelo e influencia y se ha quedado de comparsa.
En estos cuatro últimos meses hemos asistido-viene de largo- a una opereta bufa, cuyos protagonistas intentan ocultar sus vergüenzas, sus mentiras, sus engaños, bajo el concepto «por el bien de España», pero la suya, la de los poderosos. Así tanto el PP como Ciudadanos han intentado arreglar sus escasas diferencias con sillones -ya habían conseguido copar la mesa del Congreso- y una palabrería de cambios que supondrían un lavado de cara de este sistema corruptos para seguir hundiendo en el hambre, la miseria, la exclusión y la desesperanza a millones de ciudadanos. Si miramos las hemerotecas y repasamos lo que C´s decía estos meses atrás sobre el PP – con el que va a pactar la presidencia del Gobierno- pensaríamos que no es posible tanta hipocresía, tanta desvergüenza, tanto cinismo en afirmaciones tan categóricas como «hablaré con el PP pero no con quien cobró de Bárcenas», «nunca apoyaré al PP a la hora de formar Gobierno si Mariano Rajoy sigue como líder». C’s, estos mariachis del Ibex35, no tiene ningún empacho en tragarse sus palabras, siempre y cuando, al engullirlas, vengan repletas de lo que querían, cargos y nombramientos que no le corresponden. Por eso, cual criado fiel de su poderoso amo pepero, a su vez lacayo fiel de las políticas neoliberales de la Troyka, se puso a sus órdenes para convencer al PSOE y que salga de su cerrazón para aceptar que el PPodrido forme Gobierno. Pero, este inútil, tramposo de Rivera, no sabe que él nunca lo conseguiría, que Pedro Sánchez se jugaba mucho en esta ruleta gubernamental y con su «no es no» se impuso a esos varones gerifaltes socialistas que siempre han realizado las mismas tropelías que la derecha franquista que nos gobierna.
Terminada la comedieta (salvadora de España) de esta rancia derecha con un fracaso rotundo, a pesar de todo el apoyo económico y mediático, con un despliegue verbal engañoso, planteándose como única posibilidad de gobierno, utilizando el discurso del miedo que tanto resultado le ha dado en estas pasadas elecciones y como garante de una «recuperación» y «salida de la crisis» que sólo ha engordado los bolsillos de los poderosos. La vergüenza de este país es que todavía haya millones de ciudadanos a los que la crisis ha hundido en la miseria, el hambre y la exclusión que sigan apostando por un partido corrupto hasta la médula, imputado por los muchos desmanes que ha cometido y que si sigue gobernando de forma interina con un alarde de prepotencia autoritaria y antidemocrática que le lleva a ignorar los acuerdos de los diputados y ningunear a los representantes del pueblo español. Como afirma Alberto Garzón «En cualquier país más democrático se estaría debatiendo sobre la ilegalización del PP».
Pedro Sánchez no ha jugado esta última partida, no ha querido ser arbitro-comparsa que posibilite tanta podredumbre y tanto daño a la ciudadanía. Él sabía que la ecuación de la mayoría para formar un gobierno alternativo con Unidos-Podemos y C´s era inviable y la opción con los nacionalistas estaba vedada por los puritanos españolistas del PSOE. No quedaba otra opción que terceras elecciones. Pero entonces llegó el Comité Federal, dominado por los varones, y obligó al Secretario General a una renuncia no programada. Sin plan B, el PP se flotaba las manos porque sabía que los tenía de rodillas. La Comisión Gestora estaba acorralada. Como no quiere terceras elecciones (se podría quedar como el Pasok griego), la única opción que les queda es «entregar al PP el Gobierno de la nación». La abstención de los diputados socialistas (ya veremos cuántos) que se aprobará en el próximo Comité Federal, supondrá otorgar a los populares un gobierno que no les corresponde y que actuará utilizando los decretos leyes e ignorando todos los acuerdos que el Congreso vote en su contra. Lo que nos viene encima es catastrófico. El PP, obediente subalterno, va a imponer las exigencias de la Troyka en cuanto a recortes en pensiones, privatizaciones y nueva pérdida de derechos laborales y sociales (lo poco que queda). El PSOE con su decisión de favorecer que gobierne un partido corrupto, será corresponsable de todo este desastre. Los datos que ayer publicó AROPE (medidor armonizado de pobreza y exclusión a nivel europeo) sobre España son dramáticos (Enlace: http://kaosenlared.net/el-milagro-del-ppsoe-pobreza-en-el-estado-espanol-15-datos-para-la-verguenza/). El impresentable Rajoy y su partido corrupto han cosechado tal cúmulo de récor negativos (pobreza, paro, exclusión, emigración, bajada de pensiones,…) para la inmensa mayoría de los españoles que no se puede comparar con ninguna etapa anterior.
Después de entregar el PSOE el Gobierno al PP, Unidos-Podemos queda como única fuerza política de oposición capaz de plantarle cara al futuro Gobierno no sólo con propuestas de cambio real en el Congreso para mejorar de las condiciones de vida (laborales y sociales) de la ciudadanía, sino implicándose con más amplitud y fuerza en la sociedad, involucrando a los colectivos sociales, plataformas, mareas y sindicatos en una movilización y concienciación social que origine un «contrapoder» capaz de transformar desde abajo las duras estructuras que nos ha legado este estado de la transición decadente y caduco.
Juan García Ballesteros. Presidente del Colectivo Prometeo y miembro del FCSM
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