La Comisión Permanente del Consejo General del Poder Judicial difundió el jueves una nota en la que expresaba su «preocupación y tristeza» por las críticas al Supremo.»El descrédito hacia el propio Estado de Derecho que producen manifestaciones como las anteriormente referidas, no resulta tolerable», decía la misma. Preocupación y tristeza. Preocupación y tristeza es la […]
La Comisión Permanente del Consejo General del Poder Judicial difundió el jueves una nota en la que expresaba su «preocupación y tristeza» por las críticas al Supremo.»El descrédito hacia el propio Estado de Derecho que producen manifestaciones como las anteriormente referidas, no resulta tolerable», decía la misma.
Preocupación y tristeza.
Preocupación y tristeza es la de las familias de los 143.353 desaparecidos del franquismo que llevan treinta años esperando a que los tribunales de nuestro Estado cumplan con el Convenio Europeo de Derechos Humanos ratificado por España y les devuelvan dignamente los pobres restos mortales de los suyos.
Preocupación y tristeza es la de las familias de los miles de niños y niñas víctimas de desaparición forzada infantil durante el franquismo. En el año 39 pero también en el 69. La de todas las madres que fallecieron con el anhelo de que la justicia les devolviese a sus pequeños.
Preocupación y tristeza es la de los familiares de los 190.000 asesinados en farsas judiciales a las que Franco llamó «sentencias» y que nuestro Tribunal Supremo continúa llamando todavía de la misma manera, negándose a anularlas cuando se trató de personas inocentes que no cometieron crimen capital alguno.
En dicha nota del órgano de gobierno de los jueces no se hace la más mínima mención hacia la situación de todas esas familias desconcertadas en su dolor, pendientes de las idas y venidas de nuestra justicia y de las actuaciones de este Tribunal Supremo ante tan terribles situaciones. Dudo mucho de que al redactarla se detuviesen a pensar un solo minuto en ellas.
En España hay incontables jueces y fiscales honrados que creen y defienden la justicia cada día. Seguro que su preocupación y tristeza está con la situación de todas esas víctimas a las que nuestro propio sistema de justicia está regateando sus derechos fundamentales y no con los egos erizados de los mismos que han generado toda esta tremenda situación de venganzas personales y juegos de poder que tan poco tiene que ver con el derecho. Rompe el alma ver el completo desamparo de estas personas, el deshonor…no es posible guardar silencio.
Que los responsables del poder judicial de nuestro país continúen con el espectáculo de notas de prensa de urgencia sin consensuar siquiera, insólitas convocatorias de ruedas de prensa encubiertas y todos sus vaivenes (ahora sí pero solo los medios internacionales estilo Aznar, ahora que vengan también los nacionales, para al final, mejor cancelarlo…). Que sigan con todos esos nervios e improvisación, que hagan lo que quieran, que este «Estado de Derecho» se continúa desacreditando así mismo sólo y sin necesitar de las declaraciones de nadie.