Para la militancia no servil de EUiA Empiezo por lo esencial que no tiene nada que ver con el asunto que quiero comentar brevemente. ¡Viva la marcha del 7 de noviembre en Madrid! El capitalismo no es un humanismo, por supuesto, y los asesinatos de centenares y centenares de compañeras (¡más de mil en […]
Empiezo por lo esencial que no tiene nada que ver con el asunto que quiero comentar brevemente. ¡Viva la marcha del 7 de noviembre en Madrid! El capitalismo no es un humanismo, por supuesto, y los asesinatos de centenares y centenares de compañeras (¡más de mil en estos últimos años!) son un inmenso e insoportable crimen que, además, queda impune en muchas ocasiones. ¿Vamos a ubicar esta criminal agresión dónde debió ser ubicada desde hace tiempo, como uno de los asuntos que más terror causa entre las compañeras más vulnerables al igual que entre mujeres de otros sectores sociales? ¿Es o no es uno de los principales temas al que debemos enfrentarnos con coraje, feminismo y unidad ciudadana?
El asunto de esta nota y una declaración previa respecto a mi misma: no me entero de nada. Sigo confiando en gentes que no merecen confianza alguna. La última vez.
Salvo error por mi parte, se afirma en la prensa de estos días que sólo en Galicia y en Cataluña se ha dado una confluencia de todas las izquierdas en una candidatura unitaria. Pero no es el caso, desde luego que no es el caso. No sé si son realmente todas las izquierdas que han confluido en Galicia (perfecto, aplausos, celebremos si así ha sido), pero en Cataluña nada de lo que ha sucedido tiene que ver con la unión de las izquierdas y menos con las nuevas formas de hacer política. Aristas de las viejísimas formas que enlazan con aquella reflexión g-marxiana que tanto recordamos: «Esto son mis principios y mis ideas políticas; si no le gustan, tengo otras, las que sirvan para el caso».
Aparte de la imposición a dedo (o voluntad de Ada Colau y su entorno político más próximo, muy vinculado a Procés Constituent [1]) del primer candidato de «En comú Podem» por Barcelona -ignoro si es también el caso de Tarragona, Lleida y Girona-, ¡nada de primarias o procedimientos afines!, del desconocimiento a día de hoy del programa que se va a defender en el Congreso y no sé si en el Senado, de la situación por la que se optará (tal vez formando parte de Podemos) en caso de no alcanzar los apoyos necesarios para formar «grupo propio» (que parece ser el principal objetivo como si fuera un bien en sí mismo), de la no defensa del federalismo y defensa, en cambio, de lo siguen llamando dret a decidir en lugar de derecho a la autodeterminación (que no encaja ni con pegamento e imaginación borgiana con la situación actual de Cataluña, no hablo de la de hace 45 años), además de todo ello decía, lo ocurrido en las negociaciones entre En comú Podem con Esquerra Unida i Alternativa [2], que no es parte propiamente de Izquierda Unida (llevamos ya años con esta historia de organizaciones separadas y vinculadas en función… las necesidades del momento, como en su momento pasó con IC), debe ubicarse con letras destacadas en la historia universal de la infamia política. Con la mayor cortesía, sin ánimo de faltar a nadie: ¡qué asquillo… o, directamente, qué asco!
En el mismo momento en que EUiA iba a firmar un acuerdo con la candidatura que tiene a Alberto Garzón como representante destacado, EUiA seguía negociando puestos en las listas con En comú Podem (que tiene, como es sabido, distintas finalidades). Conseguido el 7º u 8º puesto por Barcelona, no recuerdo bien, y el 1º por Tarragona, firmo y a otra cosa. De traca, de verdadera traca.
Voy con estos si me dan un puesto; si no, que les den y me voy con otros que, en principio, de puertas hacia fuera, son los míos. Me lo dan finamente (antes no estaban nada dispuestos a ceder, pero les he presionado señalando otras vías), y dejo entonces empantanada la firma a la que me había comprometido a pesar de que es un clamor a voces que una gran parte de los militantes de mi organización están exigiendo y deseando mi vinculación con Izquierda Unida y Ahora en común, deseo probado y demostrado en un referéndum interno, preparado, eso sí, con doble pregunta para ser usado a mi antojo, voluntad y conveniencia. Es decir, de acuerdo político, hablando propiamente, nada de nada; negociaciones, negociaciones mercantiles, como si se estuviera «dialogando» con los patrones de una gran corporación.
Lo sucedido tiene tres nudos: Ahora en común, EUiA y En comú Podem. No ha falta decir que el lodazal también afecta a estos últimos. Por supuesto: han sido parte más que activa en todo el proceso. Si todo esto es la nueva política, si el ejemplo dado por EUiA y Barcelona en comú, y los restantes grupos (IC, Podemos), representa la nueva política, por favor, que regresen aristas, caras y poliedros de la vieja política. Aunque parezca imposible, en esa vieja política, no digo siempre, no soy tan olvidadiza, algunas defendíamos programas, ideas, y llegábamos a acuerdos o desacuerdos en función de ellos. Los principios eran los principios; no chatarra de usar y turar.
En resumen muy apretado: un asquillo. ¿Para cuándo la explosión definitiva de una EUiA que es un auténtico tapón para la irrupción de una fuerza de izquierdas y no nacionalista ni soberanista ni independentista? ¿Cómo podemos seguir soportando a dirigentes-acumuladores de cargos y prebendas como Nuet? ¿Nos ponemos? ¿Intentamos dar calor a la llama emancipadora y federal de siempre con los pueblos ibéricos hermanos?
Por cierto, ¿de verdad que las ciudadanas (y ciudadanos por supuesto) no podremos votar, aunque lo deseemos, la candidatura de Garzón Ahora en común? ¿A eso nos quieren condenar?
Notas:
[1] Se sobreentiende que el procesos constituyente refiere a Cataluña. El resto de territorios, el resto de ciudadanas no importa un higo (se diga lo que se diga cuando la pantalla televisiva es la invitada). Las compañeras andaluzas o extremeñas, la ciudadanía no catalana que se lo monte por su cuente. Nosotros somos «un sol poble» separado y diferenciado. Som catalans!
[2] Suena al túnel del tiempo pero la bronca que montaron algunos o muchos militantes del PCC (y de grupos afines) el día en que Anguita vino a La Farga, al congreso inaugural pasará también a la historia universal del estalinismo más intransigente. Anguita no era de aquí, venía a meter sus narices donde no debía. De aquellas actuaciones, este inmenso lodazal de miseria.
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