La plantilla de Ford en Almussafes (Valencia) ha rechazado en referéndum que UGT siga negociando a espaldas de los trabajadores. Pero el secretismo y los ases en la manga marcan el inicio de curso en la automoción. Este año debía marcar el inicio de la recuperación en uno de los primeros sectores industriales del Estado […]
La plantilla de Ford en Almussafes (Valencia) ha rechazado en referéndum que UGT siga negociando a espaldas de los trabajadores. Pero el secretismo y los ases en la manga marcan el inicio de curso en la automoción.
Este año debía marcar el inicio de la recuperación en uno de los primeros sectores industriales del Estado español. Con los últimos Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) en SEAT y Renault ya en marcha, con el modelo Mazda desaparecido y el Focus en las últimas en Ford y las amenazas de traslado en Opel Figueruelas (Zaragoza) y VW Landaben (Pamplona), tenía que llegar la hora de las buenas noticias. Pero estas noticias se hacen de rogar. Las distintas direcciones siguen suministrando con cuentagotas la información sobre el número y la cantidad de modelos que saldrán de los talleres en los próximos meses.
En la planta de Ford en Almussafes siguen sin conocer el contenido de los presuntos acuerdos de este verano entre la gerencia y el sindicato UGT, mayoritario en la empresa. Las promesas de que se garantizará la producción y el empleo para el año que viene no han sido suficientes para CC OO, CGT y PUT. Tampoco para la plantilla, que votó masivamente (70%) en el referéndum organizado a comienzos de septiembre por estos sindicatos para rechazar los acuerdos secretos. Han pesado más los rumores, nacidos por las declaraciones a la prensa de los responsables de UGT, de que la central ha pactado la congelación salarial y más medidas de flexibilidad para la plantilla.
Antonio Pérez, de CGT, teme peores consecuencias. «Con las cifras de producción que han adelantado para el año que viene no habría trabajo para todos», asegura. El hueco de 75.000 vehículos entre los declarados por Gonzalo Pino (UGT) y la producción necesaria para mantener a toda plantilla actual podría hacer posible un ERE para la segunda mitad de 2008.
Los sindicatos también piden más detalles en Renault. El último convenio se firmó con la amenaza de la desaparición del Modus por las bajas ventas y con la promesa de que la planta de Valladolid sería prioritaria para recibir nuevos modelos. A día de hoy la plantilla sigue sin saber qué modelo será asignado. Sí ha podido saber, por el contrario, que Renault abrirá una nueva fábrica en Tánger (Marruecos). Según la dirección, las gamas bajas que allí se producirán no competirán con los modelos más especializados de Valladolid.
En la última reunión con los sindicatos la empresa adelantó que la producción se mantendría estable en la planta de montaje durante todo el año que viene y que la de carrocerías subiría su actividad en un 20%. Renault insistió que el impacto del centro de Tánger en la producción sería «nulo». ¿Todo en orden? A mediados de octubre se negocia uno de los flecos del último convenio.
Según Miriam Largo, de CGT Renault, la empresa pondrá sobre la mesa un plan de movilidad que podría obligar a los trabajadores de los centros de Valladolid y Palencia a cambiar de planta en función de los planes de la empresa «sin ningún tipo de plus económico». La eliminación de los pluses de movilidad podría repercutir, según la sindicalista, en hasta 100 euros menos en la nómina a fin de mes.
Externalizaciones
El propio presidente de Renault España, Fernández de Sevilla, pronosticó en la feria de muestras de Valladolid que la nueva fábrica de Tánger «obligaría» a la industria auxiliar a trasladarse a Marruecos. El plan conjunto de Renault y Nissan prevé crear en la zona 6.000 empleos directos y 30.000 indirectos. Estos últimos serían los que afectarían a los talleres de componentes españoles, según las declaraciones de Sevilla. Largo no coincide con este pronóstico y asegura que serán las plantas francesas las afectadas, aunque el hecho de la deslocalización «sigue estando ahí».
El goteo de externalizaciones afecta también a Opel Figueruelas, donde la mayoría de sindicatos negocia ahora con la dirección un nuevo paso en la cadena. Esta vez las subcontrataciones afectan a 227 trabajadores de mantenimiento y energía, que se sumarán -si nada lo impide- a las plantillas de salpicaderos ya subcontratadas a empresas con sueldos hasta un 50% inferiores.