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Propuesta de una solución democrática y territorial al conflicto catalán

Fuentes: Rebelión

Este artículo propone una vía de solución al conflicto desencadenado en torno al proceso independentista catalán, cuyo punto más álgido ocurrió el 1 de octubre pasado, hace justo un año. Esta solución parte de la premisa de que es cada uno de los municipios catalanes quien debe decidir si quiere independizarse o no, y de […]

Este artículo propone una vía de solución al conflicto desencadenado en torno al proceso independentista catalán, cuyo punto más álgido ocurrió el 1 de octubre pasado, hace justo un año. Esta solución parte de la premisa de que es cada uno de los municipios catalanes quien debe decidir si quiere independizarse o no, y de que se deben brindar las garantías para hacer efectivas sus decisiones. Esto es algo que hoy no están proponiendo ni los dirigentes políticos independentistas catalanes ni los líderes unionistas españoles, porque ambos pasan por alto la diversidad de aspiraciones políticas que existe en Cataluña.
MODELO DE MUNICIPIOS AISLADOS
MODELO DE MUNICIPIOS INTEGRADOS

I- CATALUÑA: UNA SOCIEDAD DIVERSA

1- Paseamos unos días por Barcelona, una ciudad que nos encanta y que sentimos como nuestra, aunque hay que reconocer que zonas como el Born están convertidas en un festival del consumo con una tienda al lado de la otra, dirigidas a los guiris y a los catalanes de pasta, y que esto es parte del mismo problema que los pisos de alquiler, que son copados en forma masiva para los turistas, mientras que para el resto, catalanes e inmigrantes, son cada vez más caros y difíciles de acceder.

2- Mientras tanto aquí, en el Montseny, un pájaro negro y blanco se posa sobre la parte más alta de la casa de enfrente. Debajo, una inscripción en rojo sobre fondo color arena dice «1896», seguramente el año de construcción de la vivienda o de constitución del ayuntamiento, pues el edificio pertenece a este consistorio. Al lado, en un patio, ondea una sola bandera: la senyera.

3- En relación al procés, al menos al escuchar la opinión de la gente que conozco o que voy conociendo, hay dos posturas principales. En Barcelona, ciudad cosmopolita en la que vivimos durante años, percibo que muchos están hartos del procés y de todos sus protagonistas, tanto unionistas como independentistas. Veremos qué pasa en las elecciones municipales de 2019, donde la ciudad condal es una pieza clave de cara a los próximos acontecimientos.

4- Aquí en el Montseny, donde también vivimos durante años, en la Cataluña profunda, muchos están hartos de España. Quieren irse de un país del que se sienten ajenos, o por lo menos muy distanciados. Hay banderas esteladas colgadas en todas las puertas y ventanas de las casas, lazos amarillos por la libertad de los presos políticos, locales partidarios sólo de las CUP y Esquerra, anuncios de xerradas y pintadas independentistas.

5- Así como sucede en Barcelona y en el Montseny, seguramente se vivirán otras realidades también en el tradicional cinturón obrero a orillas del Llobregat, o en los grandes edificios de Sarrià, o las antiguas masías de la Cerdanya, por dar sólo algunos ejemplos. En cada sitio hay diversos marcos culturales de referencia y se profesa una opinión mayoritaria muy distinta acerca de los últimos acontecimientos políticos.

6- Antes que nada, hay que diferenciar a Cataluña, en tanto comunidad autónoma, de los llamados Países Catalanes, que abarcan zonas de Cataluña, Baleares, Aragón, Comunidad Valenciana y la Cataluña francesa. La solución que aquí planteo se propone, en primer lugar, dentro de los límites actuales y las circunscripciones vigentes en la comunidad autónoma catalana, pero da por sentado que la solución al conflicto se daría por finalizada recién cuando hayan ejercido su derecho democrático los municipios de todas las comunidades autónomas.

7- La autonomía catalana hoy posee 4 provincias, 41 comarcas y 947 municipios. Se puede apreciar su diversidad de aspiraciones simplemente con analizar los resultados electorales. Por dar un ejemplo: hay comarcas donde los partidos independentistas consiguen el 82% de los votos, como el Pla de l’Estany, en Girona. Si hilamos más fino, vemos por caso que el municipio Esterri de Cardós, en Pallars Sobirá, Lleida, tiene un 90% de habitantes que el 21-D votaron independentistas. Por el otro lado, en la comarca del Baix Llobregat, el 66% de sus electores vota a PP, PSOE, C’s o CeC.

8- Ignorando esta realidad diversa, todas las soluciones esgrimidas hasta la fecha por los distintos actores políticos fueron de «todo o nada», es decir, o toda Cataluña debería independizarse, o bien toda Cataluña debería quedar dentro de España. En síntesis: café con leche para todo el mundo.

9- Estas ideas están fundamentadas, en general, en la idea de que son la nación catalana, en un caso, o bien la nación española, en el otro, las únicas con capacidad de ejercer el derecho a decidir. Sin embargo la misma idea de «nación» es un concepto moderno, una construcción muy reciente en la historia de la humanidad, mientras que la búsqueda de cada territorio por librarse de los designios ajenos y decidir su propio destino según sus aspiraciones es un derecho por el que se lucha desde los orígenes de nuestra especie. Jaime Pastor dice: «el momento al que hemos llegado en la actualidad ya no debería plantearse en términos de confrontación entre nacionalismos -español y catalán-, o de legalidad e ilegalidad, sino de voluntad o no de profundización democrática».

10- La adscripción al concepto de «nación», además, suele despertar una serie de sentimientos que empañan todas las posibilidades de encontrar una solución real y equitativa al conflicto, que a esta altura se podría definir más como emocional que como económico o político.

11- Hay numerosos relatos que construyen todo tipo de interpretaciones acerca de cómo se llegó a la situación crítica actual en Cataluña. Los responsables nombrados más a menudo son la derecha española, que gobernó en La Moncloa desde diciembre del 2011 hasta junio de 2018, y la derecha catalana, que lo hace en la Generalitat desde diciembre de 2010 hasta el día de hoy. En este artículo no analizaré estos relatos ni intentaré construir tampoco uno nuevo. Sólo reconoceré la existencia de un problema real y plantearé una posible solución. Obviamente, para que esto ocurra, todas las partes tendrían que ceder en algo.

12- El primer punto para buscar una solución es reconocer la existencia del conflicto. El Partido Popular en el gobierno hizo una bandera de esta negación y el conflicto fue en aumento, de modo que está comprobado que esa fórmula no es viable. Hay un grave conflicto en Cataluña, lo que es evidente para cualquiera que hoy se ponga a hablar aquí del tema con diez o quince personas de diferentes ideas y territorialidades. Sin embargo, España también tiene un conflicto mayúsculo, pues la mitad de los habitantes de una de sus comunidades autónomas más importantes en PBI; superficie y población quiere constituirse en una nación independiente. Es demasiada gente como para mirar para el otro lado y pretender que aquí no pasa nada.

13- Evidentemente, el hecho de que Cataluña se independice o no de España, no es, en lo más mínimo, uno de los asuntos más importantes que debe afrontar hoy la humanidad en este planeta. Al final, un estado más o un estado menos en la Europa actual es apenas una anécdota más dentro de la gran crisis civilizatoria que atravesamos. Sin embargo, uno de los grandes tópicos a resolver desde hace más de tres mil años es el quién y el cómo en la toma de decisiones y los diferentes niveles de la democracia, desde la más radical a la menos representativa, a lo que podemos agregar hoy los modos de desmontar los shows mediáticos en los que la democracia devino y las posibilidades democráticas utópicas que las nuevas tecnologías invitan a explorar.

II- LA DECISIÓN DE LOS MUNICIPIOS

14- El análisis de una posible solución para el conflicto catalán nos permite la opción de acercarnos a una forma de ejercer la democracia directa, anclada en las propias territorialidades de Cataluña. Si se me consultara cómo organizar un referéndum propondría tomar como única circunscripción al municipio, unidad mínima en la forma administrativa actual; es decir que en aquellos ayuntamientos en los que ganase la opción española, el municipio quedase para España, y que en donde triunfase la opción independentista, que el territorio que administra ese ayuntamiento pase a integrar una república catalana con los otros municipios que eligiesen la misma opción. En Barcelona, puesto que es un municipio tan poblado y mucho más grande que sus vecinos, se podría realizar la elección tomando como unidad de decisión a cada uno de sus 10 distritos.

15- ¿Por qué tomar como unidad de medida al municipio en lugar de hacerlo con la comarca, las antiguas veguerías, la provincia o bien con toda la comunidad autónoma?

16- En relación a la comarca, unidad inmediatamente superior al municipio, este tipo de jurisdicción ya traería bastantes complicaciones, pues casi todas ellas presentan multitud de casos de municipios con aspiraciones políticas muy distintas a las de las mayorías electorales de su comarca. Por ejemplo, en el Vallès Oriental la opción unionista se impondría por una diferencia mínima, pero en las dos terceras partes de sus municipios, casi todos ellos en el norte y el este, el independentismo obtendría más del 55% de los votos, en algunos casos superando el 80%.

17- Estos mismos problemas, que surgen de poner como jurisdicción a las comarcas, se acrecientan y multiplican si tomamos como unidad de decisión a las cuatro provincias, o bien a Cataluña como un todo. Imaginemos por ejemplo la provincia de Lleida, donde el independentismo es mayoritario en un 64%, pero que contiene en su interior a municipios como el de Bossòst, en Aran, donde el 21 de diciembre de 2017 los partidos no independentistas rozaron el 75% de los votos.

18- No debería haber ningún inconveniente en que algunos municipios quedasen aislados, es decir zonas españolas rodeadas de territorio catalán o viceversa. En todo caso, a aquellos que quedaran en tal situación, se tratase de un municipio o un conjunto de ellos, podrían contar con la posibilidad de realizar una segunda elección para decidir si les parece bien ese nuevo encaje o si prefieren unirse al país que los rodea. Incluso podrían optar por independizarse tanto de España como de Cataluña.

19- Nadie debería hacerse tanto problema porque el país al que pertenece o al que pertenecerá vaya a perder parte de su pretendido territorio, ni España a buena parte de la superficie de la Cataluña actual ni los catalanes a Arán o a una proyección realista de aquello que se dio en llamar Tabarnia.

20- Si aplicamos este modelo habrían casi mil unidades autónomas de decisión: 946 municipios y 10 distritos. Así, cada unidad viviría a partir de entonces lo que quiere su propia mayoría y no lo que le imponen desde afuera. El tipo de solución que aquí planteamos considerando en primer lugar los anhelos políticos de cada municipio y distrito, podría servir para sorprendernos ante la diversidad catalana, aceptando con naturalidad que sean los propios vecinos de cada sitio quienes decidan las cuestiones vinculadas a su propio destino.

21- Uno de los grandes errores del plebiscito del 1 de octubre, desde mi punto de vista, fue haber preguntado: «¿quiere que Cataluña sea un estado independiente en forma de república?», cuando en realidad se debería haber interrogado: «¿quiere que su municipio forme parte de un estado independiente en forma de república?». Esta pregunta, de hecho, se podría extender también a los municipios de Aragón, Euskadi, Navarra, Islas Baleares, País Valenciano, Galicia, o incluso a todo el territorio del actual estado español, lo que ha sido un reclamo constante de los unionistas.

III- TABARNIA COMO ARGUMENTO POR EL ABSURDO

22- Me tomé el trabajo de ver cuál de las dos opciones mayoritarias ganaría un referéndum en cada comarca y municipio catalán, sumando hacia un lado a JxC, ERC y CUP, mientras que para el otro a C’s, PSC, PP y los Comunes; aunque a decir verdad, no todos los votos de esta última plataforma se pueden igualar al españolismo. Gerardo Pisarello, número dos en el ayuntamiento de Barcelona, dijo acerca de Podem, partido clave al interior de la alianza de los Comunes: «somos un espacio político con una base social mayoritaria que no es independentista, y una minoría que sí lo es. Por eso respetamos ese pluralismo y defendemos la salida democrática». No obstante, hasta que no se hagan efectivos los resultados de un referéndum con garantías, poner a CeC en este bloque es la única forma de aproximarse a unos posibles resultados.

23- Yendo al grano: en 33 comarcas de las 41 existentes en Cataluña obtendría la mayoría de votos el independentismo y en las otras 8 el unionismo: Aran, El Vallès Oriental, El Vallès Occidental, El Barcelonés, El Baix Llobregat, El Garraf, El Alt Penedés y El Baix Camp.

24- Este mapa de base comarcal coincide casi con el que sus ideólogos le atribuyen a Tabarnia en Wikipedia, si excluimos por razones geográficas a Aran. Digo «casi» porque curiosamente esta pretendida nueva comunidad autónoma de España cuenta para sí también a comarcas en las que el unionismo es minoritario: El Alt Penedès (62% de independentistas) y El Maresme (53%).

25- Los planteamientos acerca de la creación de un nuevo país o comunidad autónoma llamado Tabarnia, en realidad no fueron realizados por sus creadores con el fin de explorar una posible solución de base territorial, sino para exponer una argumentación que llevase al separatismo catalán a la vía del absurdo: mostrar una imagen de que a partir de una Cataluña independiente se podrían separar de ella las provincias de Tarragona y Barcelona, donde el constitucionalismo es mayoritario; y que luego, de la provincia de Tarragona quisiera independizarse, por ejemplo, la comarca de Terra Alta (68% de independentistas); y que de esta comarca se separaría el municipio de Caseres, en la frontera aragonesa, donde los unionistas superan el 53%. Y así, ad infinitum.

26- Muchos políticos unionistas, como por ejemplo Inés Arrimadas, cabeza de lista de Ciutadans, hicieron referencia a Tabarnia justamente como espejo de las contradicciones del independentismo catalán, sin valorarlo seriamente como un método para solucionar el conflicto.

27- Incluso, al observar los mapas de Tabarnia incluidos en las páginas más visitadas sobre el tema en Internet, lo primero que se percibe es que figuran como unidades de decisión las comarcas, pero que éstas aparecen divididas arbitrariamente en algunos casos, con una parte catalana y otra española, por ejemplo en Osona, donde el independentismo ganó en todos los municipios, o que sin seguir el mismo patrón le atribuye a Tabarnia todo El Baix Camp, donde los partidos secesionistas fueron mayoritarios en 24 de sus 28 ayuntamientos.

28- Carles Castro hizo alusión en un artículo al gerrymandering, es decir la manipulación de las circunscripciones electorales para lograr un efecto deseado para su parcialidad: «la propuesta de partición de Cataluña promovida por un grupo anticatalanista se sustenta sobre realidades territoriales falseadas o sobre un rediseño arbitrario de las históricas unidades comarcales. (…). Finalmente, para darle dimensión al engendro geopolítico, sus promotores trocean comarcas donde el independentismo fue globalmente mayoritario (…) e inventan un estrambótico Bages Español o una no menos estrafalaria Selva Española, en contraposición a un Bages Catalán o a una Selva Catalana. El sueño de la razón inventa mapas».

29- El mapa de Tabarnia es un sátira, no una contrapropuesta para abrir una negociación con el independentismo desde una perspectiva democrática, porque además de las inconsistencias a la hora de proponer una jurisdicción con capacidad de decisión, se incluyen datos falsos que le atribuyen a la nueva comunidad autónoma algunas comarcas donde es mayoritario el independentismo.

30- Los impulsores de Tabarnia además, para redondear el despropósito, proponen una extensión máxima para su territorio donde, a las comarcas ya nombradas como su mínimo, sumarían El Alt Camp (62% de independentistas), El Bages (62%), La Selva (57%) y La Anoia (51%), sin dar explicaciones de ningún tipo acerca de los criterios en los que se basan para hacerlo.

31- Pese a todas sus inexactitudes, incoherencias y tendencias a favor de conservar el orden territorial vigente, la propuesta de Tabarnia tuvo el gran acierto, hasta ahora único, de reconocer la diversidad de los diferentes territorios de Cataluña.

32- Para que deje de ser una operación mediática y se convierta en un paso hacia una solución posible, habría que definir, antes que nada, qué unidad territorial se utilizará para tomar las decisiones en un llamado electoral único, y no de una elección detrás de otra en unidades cada vez menores hasta llegar al absurdo, o bien al hastío.

IV- DOS MODELOS: «MUNICIPIOS AISLADOS» O «MUNICIPIOS INTEGRADOS»

33- Si España y Cataluña fuesen dos formaciones sociales verdaderamente democráticas ya estarían poniéndose de acuerdo en cuanto a los tres o cuatro puntos claves que hay que decidir entre todos antes de un gran llamado electoral: la fecha del referéndum, el porcentaje necesario de votos para independizarse, el plazo mínimo para una nueva elección similar y la cuestión de los municipios o conjuntos de municipios que quedarían rodeados por municipios del otro estado.

34- Para analizar estos temas, como ya fue dicho, en este artículo tomo como referencia los resultados a nivel municipal del 21-D, atribuyendo a la suma de los votos de JxC, ERC y CUP el número de votantes a favor de la independencia de Cataluña, y a la suma de C’s, PSOE, PP y los Comunes el número de unionistas en un hipotético referéndum.

35- Obviamente lo que se está planteando es que el referéndum se realice en forma efectiva, en fecha acordada por las partes, con largas rondas de debate previos, garantías de todo tipo, cierre de los padrones electorales, presencia de veedores internacionales, etcétera. Se toman estos datos simplemente porque hasta la fecha no tenemos otra opción mejor en la que basarnos para saber cómo podrían ser los resultados.

36- Aquí se plantea que el porcentaje de votos necesario para que un municipio se independice debería rondar el 55% de los votos válidos, sin contar los blancos ni anulados. El porcentaje del 50,1% representa una mayoría muy volátil que podría cambiar fácilmente de una legislatura a la otra, mientras que un mínimo de diez puntos de diferencia significa una mayoría clara. No obstante, tanto en los referéndum de Escocia como de Quebec sólo se exigió un porcentaje superior al 50%, tanto a los que quería mantener su adscripción estatal como a los que querían modificarla.

37- Como fue mencionado, la pregunta debería ser muy clara, del tipo: «¿quiere que su municipio forme parte de un estado independiente en forma de república? Si o No». De este modo, nadie decidiría por los habitantes de los demás lugares. Este argumento coincide con quienes sostienen que el referéndum debería incluir a todo el estado español, aunque modifica el sujeto de la pregunta. Aquí describiré sólo los posibles resultados en municipios catalanes, aunque es posible que en otros de Navarra, el País Vasco o Aragón los votos por la independencia también superen el 55%.

38- El plazo mínimo para un nuevo llamado electoral que permita una próxima modificación de la adscripción nacional de cada municipio debería rondar los 25 años, que es el tiempo aproximado en el que surge una nueva generación. Evidentemente, si un municipio necesita el 55% de los votos para modificar su afiliación, necesitaría luego la misma cifra en sentido contrario para revertir esta situación y volver a integrarse al país anterior. Si el referéndum se hace en el año 2025, por ejemplo, no podría realizarse otro hasta el año 2050.

39- El tema de los municipios que quedarían aislados es uno de los más importantes a resolver. Para entender de qué estoy hablando incluyo aquí dos mapas y, a partir del próximo apartado, hago un recorrido por las diferentes comarcas catalanas, haciendo un breve análisis en la mitad de ellas, ya que a su interior no habría uniformidad en los resultados.

40- Como fue dicho con respecto a las islas que quedarían rodeadas por el territorio del otro, por ejemplo Salt alrededor de municipios catalanes o Ullastrell entre españoles, lo más democrático sería que los mismos habitantes de los municipios, en una segunda vuelta, decidieran si quieren formar parte de la monarquía española, la república catalana, un ducado independiente de todos, un matriarcado, una comuna libertaria o si prefieren ser gobernados por un consejo de ancianos y ancianas. Nadie mejor que ellos para determinar en qué marcos estatales van a desarrollar sus vidas. La otra opción sería que algunos impusieran su aspiración a otros que viven a cientos de kilómetros de distancia, en ciudades, pueblos, caseríos y masías de los que desconocen hasta su existencia.

41- El enclave de Treviño actualmente está formado por dos municipios pertenecientes a la comunidad de Castilla y León, más específicamente a la provincia de Burgos. No obstante, todo su territorio está rodeado por la provincia de Araba, perteneciente al País Vasco. En este enclave las fuerzas políticas partidarias de la incorporación de Treviño al País Vasco son mayoritarias, y en 1998 hubo un referéndum no oficial donde el 67% votó integrarse a Araba y el 31% permanecer en Burgos, lo que aún no se respetó. El punto importante aquí es que en España ya hay al menos una unidad administrativa perteneciente a un estado al que no se puede unir territorialmente por estar rodeado por otro, y que esto tampoco significa la muerte de nadie.

42- Sin embargo, exploraré aquí también otra posibilidad intermedia que facilitaría las cosas desde el punto de vista territorial, ya que podría ocurrir que la ciudadanía de Cataluña decidiera también mayoritariamente, antes del gran llamado electoral, que no deberían quedar territorios aislados y que todos los municipios o conjuntos de municipios, por ejemplo catalanes, que no tuvieran una unión territorial directa con el resto de Cataluña, quedasen para España. De más está decir que lo mismo ocurriría en el caso inverso, que aquellos municipios españolistas que no tuviesen unión territorial directa con Tabarnia, Aragón o el País Valenciano, pasarían a formar parte de Cataluña.

43- Esta alternativa, que podemos llamar modelo de «municipios integrados», tendría la ventaja, respecto del modelo planteado hasta ahora de «municipios aislados», de que se se evitaría la balcanización, puesto que quedarían dos territorios totamente unificados, geográficamente hablando: una Cataluña que se podría recorrer de punta a punta sin pasar por España y una comunidad autónoma española factible de ser recorrida de punta a punta sin atravesar Cataluña.

44- Ahora hay más de 2 millones de votantes catalanes disconformes con el anclaje estatal al que pertenecen. Con esta segunda opción aquí planteada como alternativa, la de los «municipios integrados», es decir que quedasen para España cada uno de los territorios donde ganase el independentismo pero rodeados de municipios españoles (y viceversa, que quedaran para Cataluña los municipios unionistas rodeados de independentistas), el número de disconformes disminuiría considerablemente, lo que se reduce aún más si se opta por el modelo de «municipios aislados».

45- Se estima en dos millones y medio los habitantes independentistas hoy disconformes. Con estos modelos, el número de los discrepantes se reduciría a bastante menos de la mitad y continuarían siendo en su mayoría independentistas, pues el porcentaje de unionistas en las zonas rurales del interior catalán, donde suele ganar el independentismo, ronda el 30%, mientras que el porcentaje de independentistas en las zonas más urbanas de la costa sube al 40%, todo ello aproximadamente.

46- El número de disconformes totales descendería al mínimo posible si hubiera una segunda vuelta en los municipios o conjuntos de municipios aislados, en lugar de aplicar automáticamente el modelo de «municipios integrados» o el «modelo de municipios aislados». En caso de una segunda vuelta, el mapa final sería una mezcla entre los otros dos mapas pero imposible de prever.

V- ANÁLISIS COMARCA POR COMARCA

47- Si tomamos como base el 55,1% de los votos independentistas el 21-D para que un municipio pasase a formar parte de una república independiente, y el 45,1% del voto unionista para que éste permaneciera dentro de España, nos encontramos con una primera realidad territorial: de las 41 comarcas que conforman actualmente Cataluña, en 22 de ellas habría resultados uniformes, es decir que todos sus municipios serían parte de una república catalana o bien de una monarquía española.

48- Al interior de esos 22 casos hay 2 comarcas que pertenecerían íntegramente a España: Aran y El Garraf. Las otras 20 formarían parte por entero de Cataluña: El Pla de l’Estany, La Garrotxa, Osona, El Moianès, El Ripollès, La Berguedà, La Cerdanya, El Alt Urgell, Pallars Sobirà, Pallars Jussà, Nogueras, El Solsonés, La Segarra, El Urgell, El Pla d’Urgell, La Conca del Barberà, Les Garrigues, El Priorat, La Ribera de l’Ebre y El Baix Ebre. Las otras 19 comarcas merecen cada una de ellas una mención especial, pues todas contendrían en su interior a municipios de distinto signo.

Provincia de Lérida

49- ALTA RIBAGORÇA: el más austral de los municipios de esta comarca pirenaica, a diferencia del resto que tiene mayoría independentista, no obtendría el 55% de los votos a favor de la secesión. Se trata de Pont de Suert, que podría integrarse a Aragón, con quien limita.

50- SEGRIÀ: con una mayoría claramente independentista en casi todos los municipios, hay sin embargo 3 de ellos en que no alcanzarían la cota del 55%: Alfarrás, Gimenelles y Lleida, actual capital de su provincia homónima. Estos municipios podrían integrarse también a Aragón mientras que los restantes 35 formarían parte de una Cataluña independiente.

Provincia de Tarragona

51-TERRA ALTA: en esta comarca, con 10 municipios mayoritariamente independentistas, hay uno que se podría unir también a Aragón: Caseres.

52- Vinculado a estas comarcas fronterizas, sería interesante que la elección en Aragón, en la Comunidad Valenciana y en Islas Baleares se realizase en la misma fecha que la catalana, así quedaría configurada desde el principio la línea divisoria entre ambos estados, porque podría haber municipios de otras comunidades autónomas que también quisieran formar parte de la nueva república. Vale decir: el mapa de los países catalanes recién se podría trazar adecuadamente cuando se recuenten los votos de todos los municipios de las cuatro comunidades autónomas actuales. Aran, con mayoría unionista en todos sus ayuntamientos, también podría incorporarse a Aragón, si es que ese fuese su deseo mayoritario.

53- MONTSIÀ: en la comarca más austral de Cataluña hay 9 municipios que se independizarían y 2 más que quedarían en condiciones de elegir, al menos, entre dos opciones: incorporarse a Aragón o bien a la Comunidad Valenciana, puesto que este conjunto formado por La Sènia y Más de Barberans limita con ambas comunidades.

54- Un último municipio de Montsià, Godall, inaugura el caso de los territorios aislados dentro de municipios del otro estado. En este ejemplo quedaría dentro de España rodeado de municipios catalanes, a menos que antes o después de la convocatoria al referéndum se hubiera decidido que, en tal caso, pasase a integrarse a la república. Si consideramos la opción de los «municipios integrados», Godall se integraría a Cataluña. Si tomanos el de los «municipios aislados», continuaría perteneciendo a la monarquía, a escasos kilómetros del territorio español mayor.

55- En el BAIX CAMP casi todos los municipios quedarían bajo administración catalana, excepto 5 donde los independentistas no llegarían al 55%. Uno de ellos, L’ Abiol, quedaría aislado o integrado en quien lo rodea, a muy pocos kilómetros de la frontera española. Los otros 4 quedarían unidos territorialmente a España a través del Tarragonés. Se trata de Reus, Cambrils, Mont Roig y Vendellol i Hospitalet de l’Infant, municipio este último a partir del que comenzaría a extenderse, al norte y al oeste, la zona costera española que algunos han llamado Tabarnia.

56- La obtención de al menos el 45% de los votos para los unionistas se extiende desde Hospitalet de l’Infant hasta Montgat, en El Maresme, atravesando sin ningún resultado adverso todos los municipios y distritos barceloneses costeros de El Baix Camp, El Tarragonès, El Baix Penedès, El Garraf, El Baix Llobregat y El Barcelonès.

57- En la comarca del TARRAGONÉS ganaría en casi todos los municipios el unionismo, con la excepción de 5 ayuntamientos donde el independentismo lograría un mínimo del 55%. 3 de ellos, Secuita, Renau y Salomó, quedarían unidos al resto de Cataluña por los municipios mayoritariamente independentistas del Alt Camp. Otros 2 quedarían aislados por España o bien integrados a ella, a poquísimos kilómetros de la frontera catalana: La Riera de Gaiá y La Nou de Gaiá, este último con un 75% independentista. La capital de la provincia, Tarragona, como casi todas las ciudades más pobladas de la comunidad autónoma, quedaría para España.

58- En el ALT CAMP ganaría el independentismo en todos los municipios excepto en 3 de ellos: Valmoll quedaría unido a España a través del Tarragonés mientras que Montferri y Querol quedarían aislados, rodeados por Cataluña o integrados a ella.

59- El BAIX PENEDÉS: en todos los municipios ganaría la postura de España excepto en 3: Bomaste y Masl lorenç quedarían unidos al resto de Cataluña a través de municipios de mayoría independentistas de El Alt Camp y El Tarragonés; mientras que Llorenç del Penedés quedaría rodeado por España o bien integrado a ella, cerca de la frontera catalana.

Provincia de Barcelona

60- En la comarca vitivinícola del ALT PENEDÉS el independentismo triunfaría en todos los municipios excepto en 5 de ellos: Gelida, Torroelles de Foix, Castellet i Gormal, Santa Margarida i Els Monjos y Olesa Bonesvalls. Todos ellos quedaría unidos a España a través de diferentes municipios de mayoría unionista con los que limitan, situados en las comarcas del Baix Penedés, El Garraf y El Baix Llobregat.

61- El BAIX LLOBREGAT es la comarca con el mayor porcentaje de voto unionista de Cataluña, con el 66% de electores. En todos sus municipios el españolismo obtendría más del 45% de los votos excepto 4: Collbató -que quedaría unido a Cataluña a través de El Bages y La Anoia-, y otros 3 que quedarían aislados o integrados en España: Begues, Torrelles y La Palma de Cervelló.

62- En la ANOIA el independentismo es mayoritario por muy poca diferencia, pero superaría el 55% en todos los municipios menos en 7. De ellos, 4 quedarían unidos a España a través del Baix Llobregat: Masquefa, Piera, Cabrera d’Anoia y La Torre de Claramunt. Los otros 3 quedarían aislados o integrados a Cataluña, a muy poca distancia de la parte española mayor: Odena, Vilanova del Camí y Santa Margarida de Montbui, estos dos últimos con un voto unionista que roza el 70%.

63- En el BAGES el independentismo superaría el 55% en todos los municipios, a excepción de 6. De ellos, los 4 primeros quedarían unidos a España a través del Vallès Occidental: Castellbel i El Vilar, Castellgalí, El Pont de Vilamara y Sant Viçens Castellet. Los otros 2 quedarían aislados o integrados a Cataluña: Sant Joan de Vilatorrada y Súria. Tanto la ciudad de Manresa como la abadía de Montserrat, corazón espiritual de Cataluña, quedarían del lado de la nueva república.

64- El VALLÈS OCCIDENTAL es un territorio donde se impondría el unionismo en todos los municipios menos en 7, quedando para España las importantes ciudades de Terrassa y Sabadell. El independentismo triunfaría en Gallifá, Sant Llorenç Savall, Rellinars y Matadepera, que quedarían unidos al resto de Cataluña a través de comarcas secesionistas de El Bages y El Moianès. Ullastrell quedaría aislado o bien integrado en España, igual que el conjunto formado por los municipios de Sant Quirze del Vallès y Sant Cugat del Vallès, al sur de la comarca, que sería el primer grupo de municipios aislados cuyos votantes sumarían más de veinte mil. En este caso se trata de 65.000 electores, casi duplicando a los de Liechtenstein, principado soberano del centro de Europa.

65- En el BARCELONÈS ganaría el unionismo en todos los municipios. Ahora bien, como se consideró la posibilidad de que en la ciudad de Barcelona se realizara el referéndum por distritos, de tomarse esta unidad de decisión mínima el independentismo obtendría muy probablemente más del 55% sólo en Gracia, que en el modelo de «municipios aislados» quedaría como una suerte de Mónaco o San Marino, con más población que ambos países juntos. En caso de aplicarse el modelo de «municipios integrados», Gracia quedaría unida a España igual que el resto de los municipios de la ciudad condal. De hecho, con este último modelo, la comarca de El Barcelonès en su conjunto pertenecería a la comunidad autónoma de Tabarnia.

66- En el VALLÈS ORIENTAL el independentismo obtendría más del 55% en 24 municipios y en los otros 16 no lo haría. Hay 3 casos especiales a tener en cuenta: Bigues i Riells, que no llegaría a este porcentaje por unas décimas y que quedaría aislado con Cataluña alrededor, o bien integrado a ella, por un lado: y por el otro los municipios de Santa Maria de Martorelles y Vallromanes, que obtendrían más del 55% del voto independentista y que formarían parte de un caso con una cierta complejidad que se incluye en el análisis del Maresme.

67- La comarca costera del MARESME es la madre de todas las batallas políticas, con el 53% de votos independentistas. Aquí quedarían 10 municipios para España y otros 22 para Cataluña. Sin embargo, el dibujo de su mapa presenta una complejidad doble. Por un lado, habría 5 municipios españolistas que formarían un conjunto de 9 con otros 4 municipios de La Selva, tema que abordaré en el análisis de esta comarca. Por otro lado, se daría el caso único de un grupo de municipios dentro de otro grupo de municipios rodeados por un tercer estado, que en este caso sería el mismo que el primero: España.

68- El conjunto de 2 municipios con más del 45% de los votos españolistas estaría formado por Premiá d’Alt y Premiá de Mar, quedando ambos dentro del conjunto de 12 municipios independentistas aislados. 2 de estos están en El Vallès Oriental, como ya fue dicho: Santa Maria de Martorelles y Valloromanes, mientras que los otros 10 pertenecen a El Maresme: Tiana, Alella, El Masnou, Teià, Vilassar d’Alt, Vilassar de Mar, Cabrils, Cabrera de Mar, Argentona y Orrius, en este último caso con más del 80% de los votos independentistas.

69- Estos 14 municipios costeros quedarían en su conjunto rodeados por el mar y por municipios españolistas del Barcelonés, El Vallès Oriental y El Maresme, con una distancia mínima que lo separaría del resto de Cataluña: los pocos metros que distan entre los territorios municipales de Argentona y Llinars del Vallés.

70- En el caso de que se decidiese que tomaran la decisión final en una segunda vuelta los habitantes de cada municipio o conjunto de municipios, cosa que también habría que aclarar puntillosamente en forma previa, el futuro de estos 10 municipios independentistas estaría sólo en sus propias manos, al igual que el de los 2 municipios españolistas que quedarían en su seno. Si, por el contrario, se acordase antes del llamado electoral la incorporación automática de los municipios aislados a aquel estado que los rodease, entonces estos 12 ayuntamientos pasarían a formar parte de España, incluyendo en ellos a más de 90.000 habitantes, que superan en número a los de Andorra.

Provincia de Girona

71- En el caso de la SELVA, el independentismo obtendría más del 55% de los votos en todos los municipios excepto un conjunto formado por 4 de ellos: Blanes, Lloret de Mar, Maçanet de la Selva y Fogars de la Selva, que podrían unirse a 5 municipios de igual signo que quedan al noreste del Maresme: Tordera, Palafolls, Malgrat de Mar, Santa Susana y Pineda de Mar. Este conjunto costero de 9 municipios aislados donde el unionismo obtendría más del 45% de los votos en cada uno de ellos contaría con una población total de más de 80.000 habitantes, similar a la cantidad de pobladores de Ceuta o Melilla.

72- En el GIRONÉS ganaría el independentismo en todas las circunscripciones mínimas a no ser por el municipio de Salt, donde el soberanismo no llegaría al 55% por unos pocos puntos. La ciudad de Girona sería la única de las cuatro capitales provinciales actuales que quedaría del lado catalán, firme candidata a convertirse en la capital de la nueva república.

73- El Gironès es una de las únicas tres únicas comarcas, junto a las del Alt Empordá y El Baix Empordá, en donde los municipios aislados o integrados quedarían a bastante distancia de la frontera de su propio país, en este caso España, lo que podría complicar hasta un cierto punto su incorporación a ella a nivel territorial de optarse por el modelo de «municipios aislados».

74- En el ALT EMPORDÁ el independentismo obtendría más del 55% de votos en 15 municipios y el unionismo lograría más del 45% en los otros 8: Vilamalla, Vilafant, Sant Llorenç de Alguema, Sant Miquel Fluvià, Roses, Figueres, Portbou y La Jonquera. Estos ocho municipios, que en algunos casos forman conjuntos y en otros no, quedarían aislados y rodeados de territorio catalán, o bien integrados en Cataluña.

75- En la comarca del BAIX EMPORDÁ el independentismo se impondría con más del 55% de los votos en todos los municipios, excepto en el conjunto costero formado por dos de ellos: Sant Feliú Guixols y Castell-Platja de Aro, que quedarían aislados entre la Cataluña independiente y el mar Mediterráneo, o bien integrados a la nueva república. Al igual que en las dos comarcas anteriores, quedarían muy lejos de la frontera española.

VI- A UN AÑO DEL 1 DE OCTUBRE DE 2017

76- Aquí se propuso debatir sobre cómo se debería hacer en un referéndum vinculante de base municipal, en los pocos casos en los que algunos municipios quedasen rodeados de otros con diferente aspiración política, presentando para resolver este dilema los modelos alternativos de «municipios aislados», por un lado, y de «municipios integrados», por el otro, adjuntando los mapas que resultarían de aplicar una u otra opción en forma automática, con una tercera opción de llamar a una segunda vuelta para los municipios o conjuntos de municipios que quedasen en esta situación.

77- Mientras tanto, los representantes de los gobiernos catalán y español ─este último aupado, entre otros, por el independentismo catalán─, no consiguen ponerse de acuerdo en lo más mínimo, en un diálogo de sordos donde unos quieren hablar de autonomía y los otros de independencia y presos políticos. Tras más de dos semanas de una reunión preparatoria fracasada en la que los consellers y ministros de ambas delegaciones no se pusieron de acuerdo siquiera en los puntos a conversar, el presidente español Pedro Sánchez habló de votar, pero por el autogobierno. Elsa Artadi, portavoz del Govern, le respondió que esa propuesta retrocedía varias pantallas, que ya hubo hace tiempo un referéndum por el Estatut y que su resultado no fue respetado por España.

78- Evidentemente los políticos encargados de llegar a los acuerdos están varios pasos por detrás de las decisiones que pueda tomar una ciudadanía catalana madura, que en el fondo comprende que ninguna solución habrá si cada una de las partes no asume que todos tendrán que ceder en algo y llegar a un acuerdo intermedio. Decidir en qué sitios y momentos debería ceder cada uno, con qué mecanismos y a partir de qué porcentajes, es parte de un debate sano que esta sociedad no puede seguir soslayando, aunque sus dirigentes sigan movilizando emociones a través del llamado a la integridad territorial de sus respectivas naciones.

79- La presentación de este escrito, justo a un año del 1 de octubre de 2017, tiene como finalidad que cada una de las aspiraciones políticas considere la posibilidad de renunciar a los máximos posibles, superpuestos en todo con los máximos pretendidos por el otro; dejando de exigir que todo el actual territorio catalán quede para Cataluña o bien todo para España, Está claro que, con esos parámetros, no habrá nunca una solución que deje satisfecha a una amplia mayoría.

80- Joan Tardá, portavoz de ERC en el congreso español, afirmó que «no hay solución al conflicto sin tener en cuenta al 50% de los catalanes que son independentistas y no hay solución al problema sin tener en cuenta al cuenta 50% de catalanes que no lo son», declaración que es tanto una rareza entre parlamentarios como un gran paso adelante. Faltaría que algún portavoz del gobierno español haga declaraciones del mismo talante para empezar entre todos a explorar las soluciones posibles.

81- También estaría muy bien que quienes hoy pretenden que no se llegue a ninguna solución de compromiso pudieran tomarse en serio la propuesta unionista de Tabarnia, pero la de una Tabarnia real, donde queden fijadas claramente de antemano las circunscripciones con capacidad de decisión y que, una vez realizado el referéndum, se atribuya cada uno de los territorios según el deseo de adscripción que en verdad resulte mayoritario en cada uno de ellos.

82- Entonces, se podrá por fin comenzar a dialogar acerca de formas de resolver las cosas que no pasen por la judicialización de la política. Y si, como es de esperarse, la mayoría de los políticos que representan a ambas aspiraciones continúan brindando discursos orientados a la confrontación, sin más objetivos que el de mantener cautivos los votos de sus electores más convencidos, debería ser pues la ciudadanía catalana quiene explore en profundidad, y en forma pública, de qué maneras se podría materializar algún tipo de solución concreta.

VII- EPÍLOGO

83- La propuesta de solución aquí planteada, como cualquier otra, interpela a cada ciudadano catalán en cuanto a cómo esta nueva configuración afectaría a su propia vida cotidiana, teniendo en cuenta que muchos podríamos residir en un sitio de Cataluña, trabajar en otro y tener a nuestra familia o amigos en terceros lugares. Obviamente aquí se parte de la idea de que todos deberíamos poder vivir y trabajar a cualquier lado de la frontera, igual que lo hace mucha gente en zonas limítrofes entre dos países cualquiera de la Unión Europea.

84- Es evidente que esta solución sólo se podría materializar si la nueva frontera de España con Cataluña fuera similar a la de Francia o Portugal, sin controles ni muros, organizando en forma coordinada multitud de temas que le facilitan la vida a la gente, como por ejemplo los horarios de los trenes.

85- Propuestas como ésta también nos confrontan con lo que experimentamos a nivel emocional o sentimental con respecto a la idea de una Cataluña dividida en dos estados, así como también a nuestra incapacidad como sociedad para habernos puesto de acuerdo antes sobre cómo crear unos marcos de convivencia y formas de decidir que resultasen satisfactorios para las grandes mayorías.

86- Este tipo de soluciones territoriales y democráticas en la práctica tiene la ventaja, sin embargo, de que le permite a cada estado administrar la parte donde las aspiraciones de sus habitantes son mayoritarias, cediendo en las partes donde no lo son y habilitando el nacimiento de una Cataluña independiente, como es el deseo de tanta gente, sin avasallar por eso los derechos de los habitantes de otros sitios donde sus mayorías no desean formar parte de él.

87- Recuerdo haber estado en Checoslovaquia en noviembre de 1992 y dos meses después esta nación ya no existía como tal, sino que estaba formada por dos países diferentes, cada uno con su administración propia, y todo esto fue hecho sin tensiones, sangre, lágrimas ni sudor, al menos que contemos la transpiración de algunos vecinos que decidieron trasladarse a otro pueblo, al no quedar conformes con el nuevo marco estatal en el que habían quedado. Nada demasiado grave.

88- Otro tipo de solución no parece viable, porque si algunos piensan que ésta pasa porque el independentismo llegue algún día no muy lejano al 55% de los votos para luego declarar la independencia en todo el territorio, lo cierto es que, incluso superados todos los problemas esperables de bloqueo por parte del estado español (que de hecho los tendría cualquier propuesta que se hiciera), tampoco parece haber garantías de un futuro muy provisorio con el 45% de la población en contra del proyecto. Hay que buscar formas de minimizar la disconformidad.

89- Y el viejo sueño del PSC e Izquierda Unida de una España federal o confederal también parece que quedó truncado por los últimos acontecimientos, donde ya se cruzaron demasiadas líneas rojas: la actuación del Tribunal Constitucional frente al Estatut de Autonomía en junio de 2010, los sucesos en el Palament en septiembre de 2017, la represión del 1 de octubre, la declaración de la independencia y la detención de dirigentes políticos ilustran esta imposibilidad, por mucha tristeza que nos cause reconocerlo. Muchas parejas también se separan por cuestiones principalmente emocionales y económicas. ¿Qué se la va hacer? La vida sigue.

90- El Circle d’Economia, en su «Propuesta para mejorar el autogobierno de Cataluña y el funcionamiento del modelo territorial de Estado», del 28 de mayo de 2018, asume que el principal obstáculo para un nuevo camino estatutario como el que ellos proponen sería el bloqueo de oficio del Tribunal Constitucional. El Circle sugiere, para superarlo, la redacción de un nuevo Estatut que provenga del pacto realizado por, al menos, los dos tercios del Parlament, y que luego debería aprobarse en referéndum sólo por los catalanes, elevándolo entonces a rango constitucional, para que el Tribunal no lo bloquee en España. Sin embargo hay un talón de Aquiles.

91- Supongamos una situación donde los diputados de JxC, ERC, CeC y las CUP en un futuro cercano pasen de los 78 diputados actuales a 90, representando así los dos tercios del Parlament y poniéndose a tono con los dos tercios de la población catalana que ya está a favor hace tiempo del derecho a decidir, como el mismo Circle advierte. Supongamos también que está mayoría clara en Cataluña aprobase un nuevo Estatut a la medida de sus acuerdos alcanzados. ¿Qué impediría que los diputados del PP, PSOE y C’s, mayoritarios en las Cortes españolas, se unieran para modificar ese Estatut de rango constitucional, como hicieron en 2011 con el artículo 135 de estabilidad presupuestaria?

92- ¿Cómo resolvería el Circle d’Economia en una situación semejante su propuesta de conjugación entre legalidad vigente en España y ejercicio del principio democrático en Cataluña? Aunque a lo largo de sus páginas propone modificar la Constitución Española para poder encajar en ella el nuevo Estatut, su respuesta en última instancia también es clara: «la Constitución sigue siendo el texto de referencia que hay que respetar, so pena de nulidad de la norma subordinada». En resumen, damos muchas vueltas pero siempre nos encontrarnos en el mismo sitio donde chocan los trenes.

93- Sería muy interesante que surgieran muchas nuevas propuestas planteando otras soluciones concretas y posibles, pues hay muy poco de todo esto en boca de la gente y portadas de los medios. De hecho, hasta donde sé, excepto los casos de Tabarnia y el Circle, nadie planteó al día de hoy una idea diferente de por donde podría ir otro tipo de solución. Todos los debates están centrados en la responsabilidad en los últimos sucesos y en pasarse factura por la situación actual.

94- Este artículo, con su análisis a nivel territorial, al proponer una posibilidad concreta entre muchas otras, y al dar a conocer una serie de resultados probables comarca por comarca y municipio por municipio, no busca ser más que una contribución a una democratización del conflicto catalán, cuya resolución, en caso de prevalecer el seny, podría resultar incluso ejemplar para el resto del planeta.

ANEXOS:

– Mapa con la nueva configuración de Cataluña y España, según el «modelo de municipios integrados», es decir incluyendo a los territorios aislados en aquel estado que los rodea por completo. Base: obtención del 55,1% de votos para los partidos independentistas, en un caso, o bien del 45,1% de electores para los partidos unionistas, en el otro. Referencia: elecciones autonómicas del 21 de diciembre de 2017.

– Mapa con la nueva configuración de Cataluña y España según el «modelo de los municipios aislados», sin integrar los municipios o conjunto de municipios rodeados por otro estado. Misma base y referencia.

CITAS

Pastor, Jaime. «La cuestión catalana y la disputa por la soberanía». Le Monde Diplomatique. Mayo de 2018.

Castro, Carles. «Tabarnia no existe». La Vanguardia. 7 de febrero de 2018.

Pisarello, Gerardo. «La vía judicial para eliminar adversarios es la peor solución». Página/12. 30 de agosto de 201 8.

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