Tanto la compañía petrolera Repsol como el Ministerio de Industria han desarrollado una potente campaña con la finalidad de ocultar la magnitud de los impactos ambientales. El pasado 18 de noviembre el buque plataforma Rowan Renaissance, contratado por la compañía Repsol, inició las prospecciones petrolíferas para buscar hidrocarburos frente a las costas de Lanzarote y […]
Tanto la compañía petrolera Repsol como el Ministerio de Industria han desarrollado una potente campaña con la finalidad de ocultar la magnitud de los impactos ambientales.
El pasado 18 de noviembre el buque plataforma Rowan Renaissance, contratado por la compañía Repsol, inició las prospecciones petrolíferas para buscar hidrocarburos frente a las costas de Lanzarote y Fuerteventura siguiendo la hoja de ruta marcada por la transnacional a partir de haber obtenido la autorización necesaria del Ministerio de Industria para realizar dichos sondeos.
Desde que en 2012 el Ministerio de Industria otorgó a Repsol los permisos de investigación en aguas cercanas a Canarias no han dejado de producirse reiteradas movilizaciones de la población rechazando que se realicen perforaciones en aguas próximas a las Islas Canarias. Paralelamente, tanto la compañía petrolera como el Ministerio han desarrollado una potente campaña con la finalidad de ocultar la magnitud de los impactos ambientales y minimizar los índices de riesgo socioeconómico.
Recientemente, tuvo lugar en Bruselas una nutrida reunión en la Comisión Europea donde altos funcionarios de esta Institución conocieron de primera mano los resultados de las investigaciones realizadas por expertos independientes de reconocido prestigio internacional analizando los riesgos de un accidente catastrófico y las medidas de seguridad previstas, y de otro lado, la contaminación acústica subacuática y las medidas preventivas propuestas.
Algunos investigadores de reconocido prestigio internacional en biología marina y contaminación acústica analizaron el estudio realizado por Repsol, alertando de que un cálculo incorrecto del ruido producido y de las distancias de exclusión puede dar lugar a varamientos de cetáceos masivos. Según Natacha Aguilar de Soto (Universidad de La Laguna) con la colaboración de Manuel Castellote, (National Marine Mammal Laboratory, Alaska Fisheries Science Center – NOAA), «Repsol ha minusvalorado y ocultado fuentes de ruido que comportan graves riesgos para las veintiocho especies de cetáceos que se encuentran en el lugar de las prospecciones petrolíferas de Canarias».
Richard Steiner (Universidad de Alaska), científico de reconocido prestigio internacional en materia de prospecciones petrolíferas, conservación marina y energía, sostiene que las prospecciones en aguas profundas son «muy peligrosas», no deberían autorizarse en ningún lugar del mundo y, menos aún, en lugares de alto valor ambiental como Canarias. «Seré muy claro: el proyecto de Repsol es extremadamente peligroso. No tiene las medidas de seguridad que debería tener. No alcanza lo que exige la legislación europea, ni siquiera lo que demanda la legislación española», ha denunciado este científico.
En este sentido, el pasado día 3 de noviembre, la Dirección General de Medio Ambiente de la Comisión Europea inició una investigación para determinar la legalidad de los permisos en relación a la normativa europea. A raíz de esta investigación, la formación política Izquierda Unida solicitó suspender cautelarmente el inicio de las prospecciones hasta que concluyan las investigaciones abiertas en el ámbito europeo y resuelvan los tribunales de justicia españoles.
El movimiento ciudadano en Canarias ha denunciado que la decisión de iniciar los sondeos, además de poder arruinar el patrimonio natural y la economía del archipiélago, supone un gravísimo menosprecio a la opinión de la mayor parte de la población de las Islas, que junto con el Parlamento, el Gobierno de Canarias, seis cabildos insulares, diversas patronales turísticas y la comunidad científica internacional, han rechazado de forma contundente la exploración y explotación de hidrocarburos en Canarias.
En este contexto de cuestionamiento democrático, el Tribunal Constitucional admite a trámite los recursos que interpuso el Ejecutivo central y suspende provisionalmente la consulta convocada por el Gobierno de Canarias con el fin de recoger la posición de la población sobre las prospecciones petrolíferas.
Según la federación ecologista Ben Magec – Ecologistas en Acción de Canarias,»se pone de relieve una vez más el papel que ha jugado el Gobierno central, que ha obrado en todo momento eliminando cualquier obstáculo legal, ambiental y democrático con el fin de aprobar un proyecto que, a todas luces, ya estaba adjudicado desde el principio sin ningún tipo de respeto por los derechos de la ciudadanía a expresarse y decidir sobre los asuntos que le conciernen». «Seré muy claro: el proyecto de Repsol es extremadamente peligroso», dice Richard Steiner. La imagen de esta connivencia entre el gobierno central y los intereses de la compañía Repsol quedó claramente reflejada cuando el inicio de las prospecciones significó inmediatamente la militarización del conflicto con una salvaje y desproporcionada intervención de la Armada española contra activistas de la organización Greenpeace en el momento en el que se disponían a realizar una acción pacífica de protesta contra el inicio de las prospecciones petrolíferas. Según un portavoz de la propia organización ecologista «nunca habíamos tenido una acción con una persona herida grave, es la primera vez. Ha sido una reacción agresiva, muy violenta».
El hecho de que el gobierno de un país y todos los aparatos del Estado se pongan al servicio y se plieguen a los intereses económicos privados de una transnacional como Repsol, bajo la falsa apariencia de defender el interés general, ponen en cuestión el espíritu democrático de este Gobierno del Partido Popular.
Si además, esto se produce ignorando las masivas y continuas movilizaciones que durante los últimos dos años y medio han constatado inequívocamente el absoluto rechazo social a estas prospecciones, debería provocar una profunda reflexión dentro del movimiento ciudadano en torno a si las estrategias de lucha social, utilizadas una y otra vez, son efectivas frente a los poderosos intereses económicos de las grandes corporaciones defendidos en la mayoría de las ocasiones por los poderosos instrumentos del Estado.
Finalmente, deberíamos también pararnos a pensar hacia qué abismo nos dirigimos si, a pesar de las alertas que cada día nos transmiten desde el ámbito científico sobre la urgencia de tomar todas las medidas necesarias para frenar el cambio climático, seguimos perpetuando un modelo energético basado en la utilización de combustibles fósiles responsables de la mayor parte de las emisiones de gases efecto invernadero.