El miércoles 4 de julio se vota en el Congreso la composición del Consejo de Administración de RTVE, que supondrá la salida de la corporación de periodistas afines al Partido Popular.
Sesión plenaria extraordinaria en el Congreso para aclarar el futuro de Radio Televisión Española en la tarde de ayer. De un lado, PP y Ciudadanos (166 diputados en conjunto) defendiendo un concurso público para nombrar a la nueva dirección, del otro PSOE y Unidos Podemos (151 diputados) a favor de la conformación inmediata de un Consejo de Administración provisional en RTVE. En disputa, los votos del resto de grupos. Resultado, decisión postergada hasta el miércoles cuando el voto de Esquerra Republicana de Catalunya puede inclinar la balanza y sacar a la corporación del limbo en el que se encuentra desde la moción de censura a Rajoy.
Pasadas las 17:30h de la tarde del día 2 de julio, se constató que la situación de RTVE seguirá empantanada al menos hasta el miércoles 4, aunque se contempla que pueda durar aun dos semanas más. «En este local se juega», dijo el portavoz del PdeCat para defender que la táctica parlamentaria de unos y otros ha abocado a una negociación exprés en un clima de batalla cultural en los otros medios de comunicación. Desde la moción, el pulso por saber quién controla la radio y la tele durante el tiempo que gobierne Sánchez es el más importante en el que han chocado en el Congreso los dos vectores mayoritarios del hemiciclo.
Un juego retorcido
En esta ocasión, casi nadie parece completamente satisfecho con el juego: empezando por los sindicatos, que temen que la interinidad del decreto que se votará el miércoles puede ser menos interina de lo anunciado. Tampoco Unidos Podemos, que ha cargado con el peso mediático del relevo y ha cedido en sus candidaturas a la presidencia, ni el centro-derecha, que ve cómo pierde la mano en RTVE a menos de un año de la triple convocatoria electoral de mayo de 2019. Sólo el PSOE y el Gobierno de Sánchez comparecen como regeneradores de la TV y la radio pública, doce años después del shock generado durante la legislatura de Zapatero.
Sin embargo, el principal escollo para los socialistas es la acusación de ‘caciquismo’, habitual en los casos de recurso a la forma de Decreto. El 22 de junio, el Gobierno aprobaba la renovación «urgente y transitoria» de la dirección de RTVE que ha desembocado en este proceso. Un movimiento habitual en el PP que, no obstante, ha servido para la escenificación del partido naranja en medios y como una campaña que ayer fue tendencia en Twitter.
El decreto era el by-pass del Ejecutivo a l a convocatoria de concurso aprobada el pasado 19 de junio por la Mesa del Congreso -con la oposición del PSOE y Unidos Podemos-. Con el concurso, el espectro conservador buscaba atajar la entrada de una nueva dirección en RTVE. A cambio, los partidos del centroderecha acordaban el control de la futura composición -seis consejeros y uno de Ciudadanos por tres para el PSOE, dos para Unidos Podemos y otro para un grupo parlamentario por determinar- y dinamitaban el principio de acuerdo (anterior a la moción de censura) para un concurso público consensuado.
Tras el inicio el día 2 del proceso que abrió el Real Decreto Ley 4/2018, el día 3 de julio, se eligen los cuatro miembros del Consejo que corresponde decidir al Senado, donde el PP impondrá su mayoría. Aún se pueden producir otros bailes en la composición de la dirección de RTVE en función de los votos en el Congreso, donde se volverá a votar el miércoles.
La conspiración comunista
La siguiente fase era la del relato, poco útil en términos de aritmética parlamentaria, pero necesaria para unos y otros. Los medios afines al centroderecha rechazaron de plano las propuestas iniciales de PSOE y Unidos Podemos para el control de RTVE y dictaminaron que se trataba de una imposición de los de Pablo Iglesias para incluir nombres del comunismo internacional en la corporación.
No fueron los únicos. También grupos de trabajadores organizados en torno a los «viernes negros», de denuncia de la censura y la mala praxis en informativos, rechazaron los primeros nombres y reclamaron un concurso sin más dilación. Los sindicatos CGT y CC OO evitaron el rechazo taxativo a nombres que no procedieran de «la casa», si bien se sumaron a los consejos de informativos y a mujeres de RTVE para exigir la recuperación de la independencia de la empresa. UGT sí explicitó a través de Twitter que se pondrían «enfrente» de la presidencia transitoria si no la ocupaba una persona de dentro de la plantilla.
El día 1 de julio, la campaña «aún hay tiempo de hacerlo bien», en Twitter presionó a PSOE y Unidos Podemos y desencadenó la retirada del candidato inicial, Andrés Gil (ElDiario), a favor de un candidato menos polémico para el centro-derecha y que perteneciera ya a RTVE. Fuentes sindicales de RTVE valoran que entrar «en un nombre o en otro» perjudica la discusión sobre el concurso, «que debe ser limpio y plural» y bajo qué criterios debe llevarse a cabo.
Díselo con Flores
Pero la cosa ha ido de nombres, y el de Tomás Fernando Flores (Puertollano, 1961), locutor del programa Siglo XXI y director desde 2012 de la emisora Radio 3 se postuló como candidato para la dirección de Radio Televisión Española, con el apoyo del PSOE y la aquiescencia de Unidos Podemos, que se desmarcó de la elección por medio de Pablo Echenique, su secretario de organización. Con la propuesta, el Gobierno y el partido morado pretendían desbloquear el nombramiento de la persona que sustituirá al actual presidente de la corporación, José Antonio Sánchez, dado el perfil «interno» de Flores.
Las críticas llegaron en esta ocasión de fuera del Congreso y de RTVE. Las más ácidas, de periodistas afectados por el desembarco de Flores en Radio 3, nombrado por el PP: Javier Gallego ‘Crudo’, cabeza visible del programa Carne Cruda, que Flores retiró de la parrilla acusándolo se sensacionalista, y Diego Manrique, despedido antes de la llegada del actual candidato. Asimismo, durante la sesión de ayer, la diputada de En Comú, Marta Sibina evitó votarle por la retirada de Carne Cruda de la radio pública en 2012.
Pese a estas voces, y a que la diputada Noelia Vera reconoció ayer en tribuna que no era la candidatura que más satisfacía a Podemos, el nombramiento de Flores aunó las condiciones que dieron al traste con las opciones preferidas de socialistas y de Podemos, desde Arsenio Escolar (Exdirector de 20 Minutos) a Ana Pardo de Vera (Público) y Gil. Flores lleva en RTVE desde el 82 y ha trabajado con PSOE y PP -lo que no asegura el voto de los populares pero sí ha hecho que la campaña de los medios del centroderecha haya cambiado el tono- .
Nuevas listas
A la candidatura de Flores se suman las propuestas para el Consejo de Administración de RTVE, y que será el encargado de recuperar la «independencia» de las cadenas y emisoras públicas antes del futuro concurso público. Las periodistas de ElDiario, Rosa María Artal, y La Marea, Cristina Fallarás, así como el profesor de la Universidad Autónoma Víctor Sampedro, son algunas de las opciones que ha puesto encima de la mesa Podemos para configurar ese consejo.
El PP ha presentado una lista alternativa formada por informadores afines al partido, entre los que están el actual director de TVE, Eladio Jareño, y el director de Informe Semanal, Jenaro Castro, cuyo nombre será votado en el Senado.
Desde los sindicatos en RTVE se teme que la situación de interinidad devenga permanente y, sobre todo, que decaiga el interés que ha suscitado el relevo de José Antonio Sánchez, el actual (y en el limbo) presidente de RTVE, autor de una frase que ha definido el estado de la corporación en los últimos años: » No tomo ninguna medida para garantizar la independencia de RTVE porque no es necesario».