Para Juan Navarro (1929-2021), una vida de lucha obrera, dignidad y fraternidad. In memoriam et ad honorem.
Para Iñaki Williams y Sitapha Savané, por su coraje, por su sentir, por la veracidad de sus palabras del pasado domingo en Salvados.
Para Pedro Fernández y Vicente Serrano, pilares de ACP y de muchas otras causas nobles.
Para Alberto Corazón (1942-2021), que ayudó a formar la editorial Ciencia Nueva. In memoriam.
Desaparecen historias como éstas [Boston Globe, «Miles de casas embargadas en Massachussets en 2007. Requisadas 7.563 casas, casi el triple que en 2006». Poco antes, según la CBS, 750.000 personas con discapacidad esperan desde hace años sus ingresos asistenciales]. Lo que no desaparece, lo que ocupa a la prensa día tras día, imposible de ignorar, es el frenesí electoral. Éste apasiona al país cada cuatro años, porque todos hemos sido educados en la creencia de que votar es fundamental para determinar nuestro destino, que el acto más importante que un ciudadano puede realizar es acercarse a las urnas cada cuatro años para elegir a una de las dos mediocridades que nos han sido ya escogidas por otros. Es un test con preguntas de múltiples respuestas tan limitado, tan tramposo, que ningún profesor que se respetara lo daría como examen a sus alumnos. Y es triste decirlo, pero la contienda presidencial ha hipnotizado por igual a la izquierda liberal y a los radicales. Todos somos vulnerables. ¿Acaso es posible encontrarse estos días con amigos y evitar el tema de conversación de las elecciones presidenciales?
Howard Zinn (2008)
Suerte el 14F, toda la que sea posible (y algo de la imposible a poder ser).
Y que esa suerte favorable nos siga acompañando en la formación del nuevo gobierno, un gobierno de otro signo, con otro talante, con otras finalidades, conscientes, eso sí, que, según todos lo indicios y encuestas, ninguno de los gobiernos que están en el candelero será totalmente satisfactorio para nosotros. Conscientes también de que es altamente probable que la abstención sea la gran protagonista de la jornada, afectando especialmente a ciudades y barrios trabajadores no nacionalistas (no a los potenciales votantes de Junts y otras fuerzas nacionalistas), y de que no hay que descartar la (nada deseable) repetición de elecciones.
Zinn proseguía el artículo de 2008 que he usado en la cita inicial afirmando no estaba adoptando ninguna posición de ultraizquierda, “según la cual las elecciones serían totalmente irrelevantes, por lo que deberíamos negarnos a votar a fin de preservar la pureza de nuestra moralidad”. No, no era eso. De lo que estaba hablando era de un sentido de la proporción que se desvanecía con la locura electoral. “¿Sostendrás a un candidato contra otro? Sí, por dos minutos; el tiempo que basta para depositar la papeleta en la urna”. Antes y después de esos dos minutos, “nuestro tiempo, nuestra energía, tenemos que emplearlos en instruir, movilizar, organizar a nuestros conciudadanos en el puesto de trabajo, en nuestro barrios, en las escuelas”. El objetivo debía ser “construir, fatigosa, paciente pero enérgicamente, un movimiento que, llegado a cierta masa crítica, pudiera incidir en quienquiera esté en la Casa Blanca o en el Congreso, a fin de imponer un cambio en la política nacional en las cuestiones de la guerra y de la justicia social”.
Sin olvidar las diferencias de tiempo, situación y comunidad, esa debería ser también nuestra actitud. También nuestro objetivo es crear un movimiento ciudadano amplio que en Cataluña (y en el conjunto de España) luche, siga luchando, por cosas básicas, elementales, como la igualdad (real), la solidaridad, la libertad, la justicia social, la unidad ciudadana y la fraternidad y se enfrente a los nacionalismos excluyentes y a los fanatismos irracionalistas. Michael Krätke, en su documentada vindicación de Engels como algo más, mucho más, que un segundo violín de la orquesta [1], ha recordado que sin utopías (en el buen sentido de la palabra, que lo tiene) ningún gran movimiento social puede salir adelante y que “tan necesarias como las imágenes del futuro” son los valores y las convicciones. Nada que objetar, acuerdo pleno. Por ello:
Desde el 15 debemos seguir oponiéndonos a una Cataluña unidimensional y nacionalista, ‘la auténtica’ dicen, ‘la verdadera’ añaden, que siga marginando a más de la mitad de la ciudadanía.
Desde el mismo lunes seguiremos denunciando, como ya hemos hecho, las inconsistencias de los que abogan por una España diversa (que llaman plurinacional o expresiones erróneas afines) y apuestan o permanecen silenciosos ante una (inexistente) Cataluña homogénea.
No aceptaremos, nunca lo hemos hecho, que los nacionalismos, los excluyentes o los aparentemente menos excluyentes, sean emanaciones ‘naturales’ de la sociedad (como tampoco lo son, propiamente hablando, las naciones).
No olvidaremos una virtud república-democrática tan esencial como es el internacionalismo. ¿Nada tenemos que decir ante la desigual, inadmisible e injusta distribución mundial de las vacunas? ¿Cuántas voces sobre ello durante la campaña electoral? ¿Muertes que no cuentan?
Discutiremos la pátina de ‘izquierda consecuente y radical’ o de ‘derecho democrático incuestionable’ que para algunos tiene la exigencia interesada del (inexistente) ‘derecho a decidir’.
No olvidaremos que la ultraderecha en .Cat lleva el nombre de VOX pero también el de FNC y otras fuerzas nacional-secesionistas, y recordaremos que parte del alimento social del VOX toma pie en las prácticas hispanofóbicas de los nacionalismos .Cat.
Insistiremos en que más allá de desacuerdos y disputas puntuales (a cara de perro en ocasiones), todas las fuerzas nacional-secesionistas, sin excepción (acaban de firmar un documento conjunto para no pactar el Gobierno con el PSC), están de acuerdo en lo esencial (para ellos): Catalunya first, Catalunya über alles! Tot per la (seva) Pàtria!
Denunciaremos insistentemente la estulticia del “España nos roba” o del “España contra Cataluña (1714-2021)”, y no olvidaremos el “De Madrid al cielo” (Posantí) o el “España es muerte y atraso; Cataluña vida y futuro” (Joan Canadell, tercero de la lista de Junts por Barcelona)
Seguiremos reivindicando que en Cataluña rija el sufragio universal igualitario, que sea una circunscripción única en términos electorales, y que el voto de un ciudadano o ciudadana de Barcelona valga lo mismo que el de ciudadano de Lérida o Gerona, y no (aproximadamente) la mitad.
No perderemos de vista los intereses, crematísticos, muy crematísticos (puestos de ‘responsabilidad’, altas remuneraciones, clientelismo, ayudas familiares, favores a los suyos, trabajos de ordeno y mando sin manos nunca ensuciadas durante generaciones,…), que se están detrás de las palabras y proclamas muchos líderes de formaciones nacionalistas.
Insistiremos que la gestión privatizada (beneficios, sueldos de miseria, malas condiciones laborales, desatención, sin apenas protección médica) de las residencias públicas para mayores (que viene de lejos, de muy lejos) ha sido un desastre para todos, pero, sobre todo, para las familias trabajadoras con menos recursos.
No dejaremos de decir que Cataluña es una de las zonas más nuclearizadas del país y advertiremos de los peligros que los desechos radiactivos significan para las futuras generaciones (“Para manipular los residuos nucleares hemos construido un palacio para el olvido. Lo que quedará después de nuestra civilización será, pues, olvido y silencio. Y un veneno escondido en las profundidades de una catedral excavada donde nunca podrá entrar la luz.” Henning Mankell, 2015).
No nos cansaremos de repetir que el pujolismo (cuyo reconocimiento y sombra político-cultural sigue siendo muy alargado) no fue ningún acto de servicio, ningún humanismo, sino una auténtica y prolongada tomadura de pelo cubierta con ropajes de país, construcción nacional, servicio a la Patria… y con holgadas cuentas de acumulación de capital con la corrupción, el silencio servil cómplice y los beneficiarios anexos cogidos de la mano.
Diremos bien alto que es un deshonor que alguien afirme ser el hijo político del Gran Manipulador corrupto o que la candidata del PDCat Àngels Chacón se reconozca en su figura.
Denunciaremos la fuerte privatización de la sanidad en .Cat y de la enorme presencia de la escuela privada y concertada en la educación catalana, al mismo tiempo que no olvidaremos que Cataluña, la Dinamarca del Sur, es una de las comunidades españolas que menos porcentaje del PIB dedica a lo público-social, además de ser campeona en listas de espera y en los tiempos de esas esperas.
Defenderemos la sanidad presencial, la educación presencial, y estaremos alertas a los peligros asociados a lo que algunos llaman ya ‘distopía de la alta tecnología”.
Recordaremos que los gobiernos de los mejores de Mas, Mas Colell, Boi Ruiz, Rigau y ‘otros grandes hombres del país’ fueron, realmente, los gobiernos de los mejores privatizadores.
Criticaremos con todas nuestras fuerzas que gentes como Josep Costa, vicepresidente primero del Parlament de Cataluña, miembro destacado de JuntsxPuig, jurista y profesor de teoría política, haya escrito: «El Mal -¡el Mal, casi en términos teológico-místicos!- es Illa y el PSC, cuando dicen que debemos pasar página de los últimos diez años».
Lucharemos, desde el sentido común crítico, por el reconocimiento de la diversidad interna de Cataluña, por la neutralidad de las instituciones y por el respeto a los derechos lingüísticos de todos y todas.
Seguiremos considerando imprescindibles y muy saludables los artículos y la ironía atrevida y sin complejos de Albert Soler: “El país lliure de refeixistes” (https://www.diaridegirona.cat/opinio/2021/02/09/pais-lliure-dels-refeixistes/1088024.html).
Afirmaremos con claridad que los cortes, con complicidades institucionales, de la avenida Meridiana durante más de un año nada tienen que ver con libertades ni con el derecho de manifestación, sino con la creencia -de origen fraguista- de que la calle no es de todos sino de ellos, de los nacional-secesionistas, y que, por consiguiente, pueden hacer lo que les dé la gana. ¡El Estado (en .Cat) son ellos!
Denunciaremos la desconsideración sistemática de las resoluciones judiciales cuando no son de su conveniencia, al igual que su interesado y sesgado relato, asumido por sectores de la izquierda que se dice ‘transformadora’, sobre la politización de la justicia.
Denunciaremos el adoctrinamiento de muchos manuales de Historia, tanto en secundaria como en la Universidad, sin olvidar la ininterrumpida inculcación ideológica nacionalista de sectores del profesorado.
Afirmaremos que es escandaloso que el vicepresidente segundo del Gobierno español, en campaña electoral o en cualquier otra circunstancia, pueda afirmar que “no hay una situación de plena normalidad política y democrática en España cuando los líderes de los dos partidos que gobiernan Cataluña, uno está en prisión y el otro en Bruselas”, sabiendo, como sabe, que se mueven a sus anchas en la campaña electoral, que no son presos de conciencia y que su (suavísima) prisión nada tiene que ver con que sean líderes de dos formaciones secesionistas.
Afirmaremos también bien alto, para que se nos entienda bien, que no hemos sido ni seremos partidarios de una confederación de repúblicas nacionalistas identitarias, un proyecto siglos-luz alejado de cualquier perspectiva de izquierda, una distopía antiobrera que jamás ha formado parte de las tradiciones emancipatorias.
Seguiremos pensando que Carles Puigdemont, el Vivales (gràcies senyor Soler!), es un huido, un prófugo, no un exiliado, y que comparar su situación con la tragedia vivida por los exiliados republicanos de 1939 es un insulto a la verdad y a nuestra memoria.
Denunciaremos que Cataluña es una de las comunidades con mayores desigualdades de la UE (Vicenç Navarro (UE-15): la rentas del trabajo en .Cat representan solo el 45% de todas las rentas del país, mientras que las rentas del capital son las más altas, el 44%; en el conjunto de España la distribución es del 47% vs 42%, y en la UE-15 del 48% vs 40%).
No permitiremos -¡nunca más!- que nos llamen ñordos, murcianos, charnegos, castellanufos, incultos, colonos franquistas, mano de obra, violadores, botiflers o españoles de m.
Haremos todo lo posible por seguir cultivando la memoria antifascista y socialista, que nunca fue nacionalista, del movimiento obrero catalán y español, al tiempo que denunciaremos el revisionismo histórico de Òmnium Cultural y sus intelectuales orgánicos.
Recordemos que los trabajos más duros, penosos, peor considerados y más mal pegados en estos últimos 70 años han sido realizados por trabajadores (especialmente trabajadoras), llamados colonos lingüísticos, que han llegado a Cataluña desde otras comunidades españolas (y desde otros países).
Usaremos España, sin miedo y sin reservas, cuando tengamos hablar de España (como usamos Cataluña para hablar de Cataluña), y no repetiremos como loros o con algún incorporado complejo de culpa el lenguaje de la cultura nacionalista: Estado español, Madrid, Península ibérica, Reino de España, Monarquía borbónica…
Seguiremos siendo republicanos y criticaremos falsos republicanismos .Cat que son, de hecho, distopías opresivas (hacia dentro y hacia fuera) antiespañolas.
Seguiremos afirmando que un sistema educativo monolingüe (que no rige en las escuelas privadas de élite ni en muchas escuelas concertadas) responde al marco cultural excluyente del nacional-secesionista y que es incomprensible el silencio, cuando no apoyo sumada a la confusión, de fuerzas que dicen ser ilustradas, no nacionalistas y defensoras de la educación pública de calidad.
Seguiremos sintiendo y afirmando que Miguel Hernández, Salvador Espriu, Joan Margarit, Jaime Gil de Biedma, José Agustín Goytisolo, Josep Carner, Antonio Machado y tantos otros son poetas nuestros, de todos, sin apropiaciones, sin exclusiones.
No nos tragaremos el falsario cuento de una España siempre dictatorial y antidemocrática frente a una inmaculada historia democrática de Cataluña, ni eslóganes tipo: “España araña y “Cataluña acuna”.
Combatiremos todo tipo de supremacismo y xenofobia -¡Ni catalanofobia ni hispanofobia!- y toda (inadmisible y falsamente científica) referencia a ADN singulares y especiales.
Revisaremos todos las historias y narraciones que muchos ciudadanos/as de izquierda, confiados, sin información suficiente, recordando tiempos de luchas en común, nos hemos tragado acríticamente durante décadas y décadas.
Denunciaremos como delirios políticos interesados toda consideración de la España actual (sin duda mejorable) como una mera prolongación del franquismo.
Situaremos a las clases trabajadoras en el centro de nuestras preocupaciones, especialmente en el caso de sus sectores más vulnerables, más desfavorecidos, y abogaremos por la solidaridad, por el apoyo mutuo, por la fraternidad, por tender puentes, por la proximidad, no por la ruptura, la lejanía o la incomprensión.
Intentaremos organizarnos, formar colectivos solidarios, con claridad de pensamiento, trabajando por una organización de izquierdas y anti-nacionalista que pueda defendernos y representar nuestros intereses.
Diremos bien alto que no consideramos al resto de ciudadanos trabajadores españoles miembros de un país extranjero ni nos sentiremos extranjeros en un país que también es nuestro.
Recordaremos, junto a Cortum. Club de Debats [2], aquello de lo que nos advertía Erich Fromm: “Así como el amor por un individuo que excluye el amor por lo demás no es amor, el amor por tu propio país que no es parte del amor por la humanidad tampoco es amor, sino idolatría”.
Recordaremos también al Bloch de El principio esperanza y repetiremos con él que “la razón no puede prosperar sin esperanza, ni la esperanza expresarse sin razón”.
No nos olvidaremos de aquellos versos (¡que hicimos tan nuestros!) del “Barcelona ja no és bona” de Jaime Gil de Biedma: “Sólo montaña arriba, cerca ya del castillo, / de sus fosos quemados por los fusilamientos, / dan señales de vida los murcianos./ Y yo subo despacio por las escalinatas/ sintiéndome observado,/ tropezando en las piedras/ en donde las higueras agarran sus raíces, / mientras oigo a estos chavas nacidos en el Sur/ hablarse en catalán, y pienso, a un mismo tiempo,/ en mi pasado y en su porvenir./ Sean ellos sin más preparación/ que su instinto de vida/ más fuertes al final que el patrón que les paga/ y que el salta-taulells que les desprecia:/ que la ciudad les pertenezca un día./ Como les pertenece esta montaña,/ este despedazado anfiteatro/ de las nostalgias de una burguesía.”
Aunque los protagonistas de nuestro hoy sean algo distintos, que así sea, que así sea compañeros, compañeras, ¡que la ciudad, el país, nos pertenezca a todos y todas algún día!
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Dos comentarios del historiador José Luis Martín Ramos (¡no se los pierdan!): 1. Sobre el encontronazo Josep Borrell-Serguéi Lavrov. Será de su interés: http://slopezarnal.com/un-comentario-de-jose-luis-martin-ramos-sobre-ue-borrell-lavrov/#more-1554. 2. Sobre la situación política catalana y las elecciones del 14F: http://slopezarnal.com/una-nota-de-jose-luis-martin-ramos-sobre-la-situacion-politica-de-cataluna/#more-1558.
Un comentario de Ernesto Gómez de la Hera al segundo texto de José Luis Martín Ramos: http://slopezarnal.com/respuesta-de-ernesto-gomez-de-la-hera-al-texto-de-jose-luis-martin-ramos/#more-1560.
Tiene razón Antonio Santamaría [“La errada estrategia contra VOX” https://www.elviejotopo.com/topoexpress/la-errada-estrategia-contra-vox/] cuando critica la estrategia seguida contra VOX en esta campaña electoral.
Notas:
1) Véase Michael Krätke, Friedrich Engels. El burgués que inventó el marxismo, Barcelona: Bellaterra, 2020 (traducción y presentación Àngel Ferrero).