Seguramente que nuestra necesidad de estar informados y creer que lo estamos bien no nos inmuniza contra el exceso de información y desinformación que día tras día nos sirven en bandeja variada. Televisión, radio, prensa escrita, prensa digital y «vecorreveydile». Casi estoy por decir que nos empachamos y al final no sabemos si vamos o […]
Seguramente que nuestra necesidad de estar informados y creer que lo estamos bien no nos inmuniza contra el exceso de información y desinformación que día tras día nos sirven en bandeja variada. Televisión, radio, prensa escrita, prensa digital y «vecorreveydile».
Casi estoy por decir que nos empachamos y al final no sabemos si vamos o si venimos, si nos interesa o nos atrapa, si nos lo ofrecen o nos lo exigen, si hablan de paz o declaran la guerra, quien es terrorista y quien no lo es, quien es demócrata y quien es el fascista… al final y según escuchemos a unos u otros nuestros sentidos se pueden sentir mareados y confundidos en la mas simples de todas las demagogias.
Ayer por la mañana nos desayunamos, almorzamos, comimos y cenamos, con la noticia, una vez más, de la inminente declaración de tregua por parte de la organización armada independentista vasca Euskadi ta Askatasuna (ETA). Cierto que no es nuevo e incluso es demasiado habitual últimamente como para insistir en ello pero también es cierto, según mi humilde opinión, que algún día llegara y esta vez podría ser la buena, y la definitiva como solo puede ser la buena.
También ayer el lápiz ligero de Tasio nos dejaba una viñeta sobre la violencia. En una especie de pizarra se podía leer «Para conformar una mesa de dialogo que haga posible el fin de la violencia es condición indispensable el cese de la violencia«… y el critico comentario de varios escépticos lectores «No se que pensaran ustedes… pero en esta formula hay algo que no cuadra«.
Y es que una tregua de ETA, que no va a ser la primera y sí espero que se den las condiciones necesarias para ser la definitiva, con el cese de la violencia, la única violencia que reconocen quienes hacen de esta declaración su discurso político de voluntad y paz, nos situaría en un marco político de expectativas que no estamos seguros si los políticos serán capaces de llevarlo a buen fin.
Una tregua sólo es, por definición, una suspensión de hostilidades entre beligerantes, por tiempo determinado. Esto significa que pasado ese tiempo lo inmediato y lógico es la ruptura de la tregua declarada y vuelta a lo mismo.
Violencia es, también por definición, toda acción de usar la fuerza y la intimidación para conseguir algo.
El presidente del gobierno ha declarado recientemente que a él le da la convicción de estar «al principio del fin», aunque añadió que el gobierno «se tomará su tiempo» antes de sellar una paz firme y duradera. El proceso de la paz será largo, difícil y duro ha dicho más de una vez.
El proceso es irreversible y será largo y repleto de dificultades han declarado una y mil veces los diferentes responsables del Partido Nacionalista Vasco, Ibarretxe, Imaz, Urkullu, Egibar…, todos ellos dándose tiempo.
Sencillamente ni unos, ni otros tienen prisa. El presidente la CFN no esta dispuesto a cambiar Navarra por Paz. El irrepetible Miguel Sanz prefiere una Navarra aislada a una Navarra en Paz, prefiere la guerra de sus mayores a la paz de sus herederos, prefiere una Navarra dividida a una Navarra fuera de sus garras y sus intereses. No podría explicarlo más claro… Los suyos, requetes, falangistas, fascistas y dirigentes del UPN tienen miedo a la Paz.
Otros muchos que ni tan siquiera quieren tomarse ese tiempo para digerir la posibilidad de un marco político en paz en una clara apuesta, por eliminación lógica, contra la Paz están moviendo su mediática organizada y renumerada flota de torpedos para impedir que se den los mínimos, tal vez para esa tregua, necesarios para soñar.
Demasiados opinando y demasiados gritando para que podamos oírnos todos y podamos desde el dialogo civilizado avanzar en el camino que seguro tendremos que hacer para llegar desde la situación actual hasta la meta que cada uno nos hayamos marcado para nuestro futuro, nuestro sueño. El mío la independencia de Euskal Herria.
Pero esto último es otro cantar y siempre podemos aparcarlo para cuando las condiciones políticas sean lo suficientemente democráticas, o simplemente democráticas, y cada uno de nosotros podamos en sufragio universal optar por el como queremos vivir, políticamente hablando.
La tregua, una posible tregua, puede traer nuevas esperanzas a esta sociedad, esa sociedad mayoritaria y vasca a la que hacia referencia el presidente estatal José Luís Rodriguez Zapatero, y puede generar muchas frustraciones si una vez más se rompe. Eso está o debería estar claro. Como ha dicho el Consejero de Justicia del tripartito autonómico «ésta puede ser la última oportunidad que tenemos», espero que esté equivocado y tengamos siempre miles de oportunidades para mejorar, para conseguir nuestros sueños y hacerlo siempre de forma civilizada no repitiendo errores de un pasado que no termina por pasar página.
ETA, Euskadi ta Askatasuna (Euskal Herria y la Libertad), declaro el 18 septiembre de 1998 una tregua unilateral y ETA la declaró rota el 3 de diciembre de 1999. Esta más que claro que al ser ésta una tregua unilateral, aquella que sólo atañe a una de las partes, el final de la misma no podría ser de otra manera y más si analizamos, recuerdos o hemeroteca, los pasos dados por los gobiernos, estatales y autonómicos, en pos de fortalecer las razones para hacerla definitiva, ninguno más bien. Esta más que claro que ciertas consideraciones personales no pueden ser, por razones obvias, expuestas públicamente.
Todos los que hoy piden una nueva tregua repiten vicios de siempre, aquello de que una mentira repetida mil veces acaba por ser tenida como una verdad más es en política parte del discurso diario.
La Paz solo será posible en el cese de la violencia, eso es tan evidente como manipulado. Violencia es torturar, violencia es la dispersión, violencia son las detenciones sin pruebas, violencia es la represión, violencia es la cárcel, violencia son las condenas políticas, violencia es la Ley de Partidos, la Constitución del 78, el Estatuto de Autonomía y el Amejoramiento Foral, violencia es la Ley Antiterrorista, la Audiencia Nacional, sus jueces y fiscales y los muchos cuerpos represivos que operan en Euskal Herria son violencia que amenaza a una de las partes en conflicto.
La Paz no será posible con el solo hecho de una tregua unilateral por parte de ETA. Algunos historiadores sitúan en 1958 el nacimiento de ETA en tanto la Paz en Euskal Herria hacia muchos siglos que no brillaban con luz propia, los estados español y francés la habían prohibido por la ley de sus ejércitos mucho mas poderosos que todos los que se podían formar entre todos los habitantes de este pequeño estado, el estado de Navarra.
Amnistía, Paz, Libertad, Democracia, Derechos…. tendríamos que enseñar a nuestros políticos, aquellos que han tenido la posibilidad de votarles libremente, a escribirlas con mayúsculas.
Los gobiernos de la nación han sido demasiado generosos con indultos encubiertos y amnistías «a su estilo» con muchos de sus celosos guardianes y han sido también demasiado «duros» en el castigo aquellos que les han puesto en duda sus intenciones y denunciado sus carencias. Eso es violencia.
Los gobiernos han hecho piña en una única dirección, como si esta fuese una excusa infantil en la que la culpa siempre la tienen otros…, a la hora de imputar todos los males de esta sociedad. Eso es violencia.
Y ETA ha continuado, continua, su lucha armada contra estos gobiernos que niegan a Euskal Herria su derecho, según la propia ONU y según todo principio democrático, a decidir y hacerlo libremente y continúa haciéndolo de la única forma que parece saber hacer. Esta más que claro que la figura «apología del terrorismo» está, como espada de Damocles, sobre todo aquel que intente analizar profundamente el porqué de esta lucha armada que incomoda, como no podría ser de otra forma, e hiere descarnadamente todo principio de Paz y Libertad posible. Eso es, también, violencia.
Junto al rumor de la tregua que viene y lo hace ya… ¿Como que no entendemos porque no ya llegado ya hoy mejor que mañana, o pasado mañana?, el de ese acuerdo por «un escenario democrático» que las mujeres, gracias, de todos los partidos de Euskal Herria, exceptuando obviamente las derechas españolas y francesas, están impulsando en un escrito que remarca «la paz es una exigencia colectiva y una prioridad política».
Tal vez deberíamos aprender los hombres, J.L. Rodriguez, M. Sanz, J.J. Ibarretxe, J.J. Imaz, I. Urkullu, A. Otegi, P. Lopez….., que la Paz es prioritaria, que no deberíamos tomarnos ese tiempo o amenazar con ir paso a poso y muy despacio para, como mínimo, dibujar ese escenario de paz y dialogo que nos vuelva hacer sonreír y soñar a todos, incluso a muchos que votan derechas.
Que la autentica apología del terrorismo es posibilitar la violencia y ésta no es unilateral.
Hace mucho tiempo que me he manifestado públicamente sobre los mínimos necesarios para un escenario de Paz, no es la primera vez que me hago eco de esos rumores de tregua, ni es la primera vez que hablo de esa «condena» que nos persigue y nos obliga a dialogar, a entendernos, a negociar y hacerlo todo por y para la Paz, por y para la Libertad. Es hora, algún día tendrá que ser hora, de limpiar nuestros oídos y aprender a escuchar, a no hacer oídos sordos a las palabras de todos y sobre todo a no gritar mas que los demás pensando que en el sonido deformado de nuestra voz esta la única verdad.
De Martín Luther King «La verdadera paz no es simplemente la ausencia de tensión: es la presencia de justicia».
De Octavio Paz «Ningún pueblo cree en su gobierno».
De Tasio, hoy en Gara, «Eta podría declarar en breve un alto el fuego…. o no».
De nuestras mujeres «La Paz es una exigencia colectiva y una prioridad política».