Fue parte de colectivo Librepensadoras, un colectivo de mujeres jóvenes en el que han hablado «sobre aborto y violencia». Tiene 25 años, es estudiante universitaria de Trabajo Social de la Universidad de Valparaíso y participa del Colectivo Político Social Pueblo Pobre Organizado. Hace varias semanas, una tarde lluviosa -mientras las poblaciones santiaguinas se anegaban, antes […]
Fue parte de colectivo Librepensadoras, un colectivo de mujeres jóvenes en el que han hablado «sobre aborto y violencia». Tiene 25 años, es estudiante universitaria de Trabajo Social de la Universidad de Valparaíso y participa del Colectivo Político Social Pueblo Pobre Organizado.
Hace varias semanas, una tarde lluviosa -mientras las poblaciones santiaguinas se anegaban, antes de la vergonzosa aprobación de la LGE, Ley General de Educación, en la Cámara Baja y también antes del jarrazo a la ministra- ella venía de la Toma de su Escuela y conversamos un café en el centro de Santiago. Ya por esos días, la brújula movimientista de Sarai le comunicaba que el gobierno haría «alguna maniobra» como llamar a «algún supuesto diálogo» porque los políticos «quieren cambios meramente cosméticos», y no lo que buscan las organizaciones estudiantiles, que ella subraya como «populares y autónomas»…
¿Qué crees que ha cambiado en el movimiento estudiantil del 2006 acá?
Creo que las demandas actuales son mucho más de fondo que los años 2005 y 2006 y que además han surgido más voces. Se han unido a las demandas actuales voces espontáneas que han ido buscando articularse y es lo que estamos haciendo, articulándonos, lo que no siempre significa estar juntos, pero sí unidos en las demandas de fondo…
¿Son demandas radicales?
Sí, buscan cambios profundos. A la vez tenemos el temor a que nos pase lo mismo del 2006: no queremos ser intervenidos. Ese temor nos fortalece, los estudiantes ahora sabemos lo que NO queremos.
¿Qué no quieren?
No queremos ser instrumentalizados por los partidos políticos. No queremos que los partidos políticos se tomen nuestra lucha para sus propios beneficios partidista-políticos y que terminen dividiéndonos, desmovilizándonos, o peor: movilizándonos hacia donde ellos quieren llevarnos.
¿Hablas también de los partidos de izquierda? ¿A dónde piensas que quieren llevar los partidos políticos la lucha estudiantil?
Sí, hablo de todos los partidos, de la derecha por su puesto -que son los impulsores del lucro con la Educación- pero también de la Concertación y de la Izquierda tradicional. Pienso que los partidos políticos quieren generar cambios administrativos, que no les preocupa terminar con la LGE. Quieren más ventajas para los sostenedores, y para seguir dándose vueltas sobre lo mismo y no cambiar nada, supongo que van a proponer mesas de diálogo.
¿Qué tiene de malo la LGE -Ley General de Educación-, propuesta en lugar de la LOCE -Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza-?
La LGE potencia la LOCE. El lucro de la educación se legitima, se valida el negocio de los colegios. Nada ha cambiado, lo que pasa es que ahora se encubre el lucro con figuras legales como Corporaciones y Fundaciones. Los Colegios de los sostenedores se pueden transformar fácilmente en Fundaciones. Y si ahora no los fiscalizan, como Fundaciones menos lo van a hacer. No les interesa porque quieren facilitar su negocio. Pero lo más relevante es la NO participación de los distintos estamentos en la construcción de esa ley. En realidad la LGE es una imposición y no «una búsqueda de acuerdo social» como debiese haber sido a partir de las movilizaciones del 2006.
«NO SOY RESENTIDA SOCIAL, SINO SENSIBLE SOCIALMENTE»
Sarai vive en una población de esas a las que llaman «Villas» para evitar la palabra «población» y dice que su lucha actual tiene que ver con la Educación, pero no como un tema apartado del resto de la realidad nacional: «El Estado no ha sido garante de los derechos humanos de la mayoría pobre del país. Nuestros padres y madres viven el desempleo, la violencia en las calles, malas condiciones de vida. El Estado en realidad nos está enviando a ser mano de obra barata. Eso es lo que quiere»…
¿Eres una «resentida social», Sarai?
(Se ríe sin una pizca de enojo) Me lo han dicho muchas veces, una vez más no importa tanto. Pero no es resentimiento, es sensibilidad social. Porque saltan a la vista las diferencias sociales en el acceso al trabajo, a la educación… En la población hemos estado cerca de las drogas. Mis ideas y mis sentimientos tienen que ver con la conciencia de que hay daño y con querer repararlo.
¿Cómo te has salvado del daño, cómo lo has reparado?
Si no fuera por las redes sociales, las organizaciones sociales, los talleres en la población, las colonias urbanas y toda la educación popular que construimos los movimientos sociales, ese daño no se remediaría nunca… O sea, no son las instituciones, somos nosotras mismas, nosotros mismos que con lo poco que tenemos construimos una realidad con justicia social. Y en eso estoy, en esto sí creo porque yo misma lo he vivido así.
¿Y los programas del Estado «para los sectores en riesgo social», no los cuentas?…
No, porque esos programas son una farsa. «Comuna segura» o «Programa VIF», «contra las drogas», son programas municipales que no salvan a nadie y que no tienen ningún impacto. Arman programas que no sirven. Los funcionarios de los municipios van a ejecutar políticas y planes que tienen el objetivo de hacerle un lugarcito a sus partidos políticos. Y cuando hay un funcionario o funcionaria municipal que remueven mucho el tema, que profundizan, esa funcionaria o funcionario salen, se les «termina la pega», los sacan…
SEXO, ESTADO Y LEY ANTITERRORISTA…
El movimiento estudiantil no ha hablado de sexo, cuerpo, derechos a construir su corporalidad desde sus propias convicciones. Se ve que igualmente en el día a día, lo hacen: se «formatean» corporalmente desde sus estilos y estéticas -que también son propuestas éticas-, pero no dicen nada en sus discursos por ejemplo de distribución de condones y métodos anticonceptivos en los Colegios y Liceos.
¿Por qué?
Tampoco hemos hablado de otras cosas que son igual de importantes: los bajos sueldos por ejemplo. Nos ha guiado la coyuntura. Creo que el cuerpo es un tema tabú en toda la sociedad chilena. Es un tema que no se ha discutido en el movimiento. Los jóvenes claramente tenemos un tema pendiente con la propia sexualidad, hemos tomado a la ligera el cuerpo y nos hemos prestado para los juegos machistas. Nos hemos dejado manipular por el discurso de la Iglesia, por una educación moralista -además de mala y básica-… pero es verdad, no hablamos del tema, como todo el resto de la sociedad…
¿Puede ser que el discurso institucional supuestamente «de género» influye para enturbiar una mirada más profunda del Movimiento Estudiantil a la problemáticas patriarcales?
Bueno, sí. Desde que se reivindica a Michelle Bachelet como «la primera presidenta» y se la enarbola como si el que ella sea mujer la legitimara en todo lo que hace, claramente evitamos, y hablo por mí, esa utilización del género, que es como un caballo de Troya.
Por otro lado, sí han hablado sobre la Ley antiterrorista en sus declaraciones ¿Por qué?
Con la revolución «pingüina», el Estado y el gobierno vieron que los jóvenes teníamos potencial para hacer movimiento en las calles y a partir de ello se genera la Ley de responsabilidad penal juvenil. El Gobierno y los demás políticos la sacan cuando comienzan a ver a los estudiantes como una amenaza para el Estado… Cuando analizamos eso, nos preguntamos si también querrán aplicarnos la Ley antiterrorista. Para nosotros el caso de Matías Catrileo Quezada deja bien clara la criminalización de la protesta social, y nos decimos: Si usan la Ley Antiterrorista contra el pueblo mapuche, ¿porque no la usarían contra nosotros?
¿Solidarizan entonces con el Pueblo mapuche?
Son temas que nos incumben a todos. No nos enseñan la historia real, creemos que tenemos un enemigo común: el sistema capitalista, y es una lectura general del Movimiento Estudiantil. Nuestra lucha, es una lucha más profunda que una lucha contra una ley, es una lucha contra la educación neoliberal y capitalista. Queremos estar con todas las organizaciones antineoliberales.
Ustedes además hablan de «Democracia directa». Explícame eso.
Sí, en lugar de los Centros de Alumnos, colocamos la Asamblea. No queremos que las decisiones queden en manos de unos pocos que muchas veces son manipulados por partidos políticos, direcciones educacionales u otras instituciones. Proponemos una base Asamblearia para la organización. Para nosotros eso es parte de la democracia directa. En nuestro movimiento hay ideas anarquistas y de la izquierda no institucional. Como hemos estado respondiendo a las coyunturas, no hemos discutido a fondo temas como el Estado por ejemplo -lo mismo que nos ha pasado con la sexualidad o el cuerpo-, pero en la propuesta de trabajar en Asambleas y que esas instancias tengan voceros -no presidentes, no cúpulas- sí estamos de acuerdo.
EL JARRAZO CONTRA LOS «MEJORALES»
El 14 de julio fue el día del jarrazo. Una estudiante del Liceo Darío E. Salas tiró un jarro de agua fría a la Ministra de Educación Mónica Jiménez de la Jara -a quien ahora muchos estudiantes nombran «de la Jarra»-, en una reunión de «diálogo Gobierno-Estudiantes»… Para referirse a esos «diálogos», la vocera no tiene pelos en la lengua: Esta educación que nos están «vendiendo» es una basura capitalista y no lo que debiera de ser: un derecho legítimo del pueblo pobre. No vamos a tranzar nuestros derechos humanos, nuestra educación a cambio de mejorales, aspirinas, simples calmantes»…
¿Qué piensas de la reunión de diálogo del día del jarrazo?
Ese día la ministra creyó que con sus «espacios de diálogo» podría instalar efectivamente su política educacional, dando un vamos a la LGE y exponiendo sus «virtudes» y que los estudiantes asistentes se quedarían callados, que no expresarían nuestro sentir, que no dirían que NO queremos la LGE, que queremos eliminar la LOCE, que exigimos un cambio profundo en la Educación, tanto en su administración, en su financiamiento, en su fiscalización, en su acceso, en su expresión al interior de las salas, en su contenido, en todo… Los compañeros trataron de decirlo y no pudieron, se sintieron impotentes.
¿Y entonces surgió el jarrazo?
Sí, el caso de Música es sólo uno de tantos casos de miles de jóvenes, niños y niñas que han sido fuertemente violentados físicamente por carabineros y golpeados por la indiferencia e incompetencia del Gobierno. Esa ira contenida la ha fomentado el propio gobierno, reprimiéndonos, dejándonos en el desamparo social, dañando la imagen del movimiento estudiantil, criminalizándonos con mentiras y montajes. El jarrazo es una respuesta legítima a la violencia encubierta a veces, y directa en general contra quienes nos manifestamos abiertamente por el cambio de la Educación.
¿Qué esperan de estos procesos movimientistas, en definitiva?
Las Tomas han sido muy importantes, pero han generado desgaste. Queremos crear nuevas formas de lucha. Creemos que la manera de sostener el movimiento es la vinculación con otros sectores, trabajadores, obreros, empleados, pobladoras, mujeres, etc. Buscar la alianza, demostrando la transversalidad de esta lucha porque todos formamos parte de un mismo pueblo en nuestros diversos roles -estudiantes, hija, hijo, padre, madre, trabajador, dueña de casa-. Por eso, la territorialización del movimiento estudiantil es muy importante: generar propuestas de articulación a nivel local donde abordemos conjuntamente con otros sectores problemáticas y demandas estudiantiles como exigencias en otros ámbitos relevantes.
La CNEP , Coordinadora Nacional de Estudiantes Populares, que surgió a fines de Enero de 2008 desde organizaciones sociales, estudiantiles y poblacionales, es definida por la vocera como «autónoma y popular». Entre sus activistas hay jóvenes de la Unión Patriótica Estudiantil -UPE-, del Colectivo Político Social Pueblo Pobre Organizado y de colectivos más pequeños de universidades -Universidad de Valparaíso, Academia de Humanismo Cristiano, Universidad de Santiago-, también de Liceos como el Amunategui o el Darío Salas, y otros.
En definitiva, la CNEP agrupa a secundarios y universitarios. No son la única organización del Movimiento Estudiantil 2008 y no se arrogan exclusividad, es más Sarai plantea que comparten ideas, muchas lecturas de su realidad y objetivos fundamentales con otras organizaciones como por ejemplo ACEUS -Asamblea Coordinadora de Estudiantes Universitarios y Secundarios-: «Queremos Educación gratuita sin distinción de clase, y en eso todos y todas estamos de acuerdo».
Uno de los lemas de CNEP es: «Yo vivo de preguntar, saber no puede ser Lujo» -Silvio Rodríguez- y están en eso, aprendiendo: «es sumamente importante para nosotros la formación de jóvenes dirigentes por eso, entre otras cosas, estamos analizando las diversas leyes que nos oprimen».
Victoria Aldunate Morales (Memoria Feminista, feministas autónomas)