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¿Quién no tiene razones para el arrepentimiento?

Fuentes: CubAhora

Recientemente, al tratar de explicar por qué se opone al regreso a su país del cubano René González -quien saldrá de prisión el próximo 7 de octubre, luego de cumplir trece años de cárcel – la fiscal norteamericana Caroline Heck-Miller se refirió a lo que denomina «expresada carencia de remordimiento» de quien es considerado en […]

Recientemente, al tratar de explicar por qué se opone al regreso a su país del cubano René González -quien saldrá de prisión el próximo 7 de octubre, luego de cumplir trece años de cárcel – la fiscal norteamericana Caroline Heck-Miller se refirió a lo que denomina «expresada carencia de remordimiento» de quien es considerado en Cuba y en muchos otros lugares un héroe de la lucha contra el terrorismo.

René González fue acusado -por la misma Heck Miller- de «conspiración para cometer espionaje» y condenado, junto a cuatro personas más, luego de un juicio que el Grupo de Trabajo Sobre Detención Arbitraria de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU ha cuestionado como arbitrario y que ha concitado la solidaridad con su causa de numerosas personalidades del mundo, incluyendo varios Premios Nobel.

René es el que de los Cinco -como son conocidos internacionalmente- recibió la menor de las condenas que llegan, en el caso de su compañero Gerardo Hernández, a dos cadenas perpetuas. Su único delito es no haberse registrado como agente de un gobierno extranjero ante las autoridades norteamericanas para buscar información sobre los actos terroristas que grupos extremistas organizan contra Cuba, muchas veces con la complicidad de Estados Unidos.

En su alegato ante el tribunal que lo condenó, pronunciado el 14 de diciembre de 2001, René González menciona en tres ocasiones a la fiscal Caroline Heck Miller y denuncia que «todo el odio político de los fiscales se había volcado sobre nosotros a través de las condiciones de confinamiento, la manipulación de la evidencia y, peor aún, el uso y abuso de mi propia familia para chantajearme, dañarme y humillarme, estaba yo lejos de imaginar cuán importante sería para los fiscales de este caso el verter todos sus rencores políticos sobre nosotros.»

René replicó entonces a Heck Miller -quien había dicho que él y sus compañeros «podían dejar el discurso político para otro momento»- con las siguientes palabras: «puedo decir a la señora Heck Miller que estaba equivocada y que yo no necesito hablar de mis sentimientos políticos, a los que no renuncio de modo alguno, para decir que yo repudio el terrorismo, que yo repudio la guerra y que yo desprecio profundamente a las personas, tan centradas en sus odios y en sus intereses mezquinos, que han dedicado tanto tiempo a dañar a su país promoviendo el terrorismo y promoviendo una guerra para la cual derrochan toda esa valentía que no tienen y que necesitarán otros, también sus víctimas, en el campo de batalla»

Diez años después, han aflorado las motivaciones políticas de la señora Caroline Heck Miller. Ahora se sabe que es ella quien se negó a procesar por terrorista a Luis Posada Carriles , agente de la CIA y autor de la voladura en pleno vuelo de un avión civil cubano en que murieron 73 personas; también se sabe que lazos matrimoniales unían a la fiscal en el momento del juicio contra los Cinco a otro hombre de los servicios especiales norteamericanos, quien bautizó una de las mayores operaciones de guerra sicológica del gobierno norteamericano contra Cuba , la Operación Peter Pan.

Como el siniestro inspector Javert -con el que Víctor Hugo sintetizara en Les Misérables la obsesión, el odio y la paranoia- esta mujer ha retornado, en nombre del gobierno norteamericano, para impedir que René González se reúna con su familia. Obviamente, no puede perdonar al cubano la intuición con que la retrató, ni se atreve tampoco – a diferencia de René y sus compañeros- a repudiar el terrorismo contra Cuba.

En su alegato, el hombre que saldrá de prisión el próximo 7 de octubre pero que, gracias a Heck Miller, deberá permanecer tres años más lejos de los suyos, dijo a la jueza que lo condenó «quisiera creer que usted entenderá el que yo no tenga razones para el arrepentimiento». Lamentablemente, quienes descargan en René González todo el odio contra los valores que él encarna no pueden decir lo mismo. (Publicado en CubAhora)

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.