El Juzgado de lo Social número 6 de Vizcaya ha reconocido a un trabajador la incapacidad permanente absoluta derivada de ‘las condiciones laborales desfavorables y el excesivo ritmo de trabajo impuesto en la empresa’. La sentencia, dictada en junio de este año, es ‘la primera del Estado que declara que el trabajador se encuentra en […]
El Juzgado de lo Social número 6 de Vizcaya ha reconocido a un trabajador la incapacidad permanente absoluta derivada de ‘las condiciones laborales desfavorables y el excesivo ritmo de trabajo impuesto en la empresa’.
La sentencia, dictada en junio de este año, es ‘la primera del Estado que declara que el trabajador se encuentra en situación de incapacidad absoluta derivada de accidente de trabajo, como consecuencia del acoso en el trabajo’, dijo hoy en rueda de prensa la abogada del demandante, Oihane Mallagaray (del sindicato LAB).
La resolución, contra la que cabe interponer recurso, falla que dicha incapacidad está ‘derivada de accidente de trabajo’, ya que ‘tiene su origen’ en el mismo, por lo que reconoce al demandante ‘el derecho a pensión vitalicia del cien por cien de su base reguladora’, prestación que deberá ser satisfecha por la mutua de la empresa en la que trabajaba el demandante, Carrocerías Irurok, S.L., ubicada en Abadiño (Vizcaya).
La sentencia considera que el trastorno depresivo mayor grave y el trastorno de ansiedad generalizada que padece el demandante son ‘dolencias y secuelas’ que ‘incapacitan al actor para toda profesión u oficio’, ya que éstas tienen ‘un carácter crónico, resistente a tratamientos, de evolución negativa y con un importante deterioro personal, familiar y social’.
El demandante, que trabajaba para esta compañía desde 1976, tuvo un ‘primer episodio de crisis de angustia’ en 1994, ‘debido al frenético ritmo laboral impuesto durante muchos años (…) y a los conflictos y problemas de tipo laboral sufridos por la sobreactividad laboral impuesta’.
La sentencia reconoce como hecho probado que tras ese incidente el trabajador ‘ha padecido numerosas crisis de ansiedad por las que ha tenido que ser asistido en servicios de urgencias’ y que ‘en 1996 tuvo un primer episodio depresivo grave del cual no se recuperó jamás’.
En octubre 2002, se le concedió la baja laboral por incapacidad temporal, situación que se ha prolongado hasta la fecha.
En abril de 2003, el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) resolvió que el origen de la incapacidad tenía su origen en un accidente laboral, ya que su cuadro médico derivaba ‘de la ejecución de su trabajo, del entorno laboral y del clima que en un trabajo se viene viviendo (…) por una situación mantenida a lo largo de años y de forma continuada, de acoso en el medio laboral’.
En el transcurso de estos años, según informó la abogada de LAB, se han tramitado dos expedientes administrativos para solicitar su incapacidad permanente, el primero de los cuales fue desestimado.
Sin embargo, en el segundo de ellos, el Instituto Nacional de la Seguridad Social ‘reconoce al trabajador situación de incapacidad permanente total derivada de accidente laboral’.
El sindicato presentó una demanda ante el Juzgado de lo Social número 6 de Vizcaya solicitando que la incapacidad se ampliara de total (referida a inhabilitación para las tareas de su profesión habitual) a absoluta, al ‘entender que estaba incapacitado para todo tipo de trabajo’.
Además, Mallagaray anunció que LAB ha presentado una demanda a la empresa Carrocerías Irurok S.A. ‘solicitando daños y perjuicios por las lesiones que padece (el trabajador) por las condiciones de trabajo’.
Por su parte, el responsable de Salud Laboral de este sindicato, Jon Zubieta, subrayó que los riesgos ‘psico-sociales’ del trabajo, entre los que citó el acoso moral en el trabajo o ‘mobbing’, son ‘casi intangibles’, pero están ‘constantemente presentes’ en el medio laboral.
Denunció que ‘en torno a un 10 ó un 15 por ciento de la población trabajadora sufre a lo largo de su vida laboral acoso moral en el trabajo’.
Frente a eso, Zubieta apostó por ‘la concienciación y la prevención’ porque ‘la sanción no es la solución, entre otras cosas, porque siempre llega tarde’.