Con ocasión del Día Internacional en Apoyo a las Víctimas de la Tortura (proclamado el 26 de junio por la Asamblea General de la ONU, en diciembre de 1997) desde Torturaren Aurkako Taldea, Giza Eskubideen Behatokia y Egiari Zor Fundazioa, venimos a reafirmar nuestro compromiso con la denuncia de la realidad de la Tortura en […]
Con ocasión del Día Internacional en Apoyo a las Víctimas de la Tortura (proclamado el 26 de junio por la Asamblea General de la ONU, en diciembre de 1997) desde Torturaren Aurkako Taldea, Giza Eskubideen Behatokia y Egiari Zor Fundazioa, venimos a reafirmar nuestro compromiso con la denuncia de la realidad de la Tortura en Euskal Herria y la reivindicación de reconocimiento, justicia y reparación para todas sus víctimas.
Haciendo balance de los últimos años podemos dar cuenta de un dato positivo, puesto que si bien entre los años 2001 y 2010 ha habido una media de 65 denuncias anuales, con un total de 311 denuncias sólo entre 2001 y 2003, en estos 3 primeros años de esta nueva década las denuncias por tortura han ido bajando a 18 casos en 2011, 2 en 2012 y ninguna denuncia por torturas en 2013. Podemos constatar que estos resultados están directamente relacionados con el número de detenciones incomunicadas. Cada vez que se aplica la incomunicación a una detención se traduce en una alegación de torturas. Así lo hemos vuelto a comprobar a través de la denuncia recibida en el último mes tras la detención incomunicada de Tomás Madina.
Sin embargo, el rechazo a la incomunicación es cada vez más patente, no solo por parte de la sociedad civil sino que últimamente se está dando un goteo continuo de voces del mundo jurídico que se alzan abiertamente contra esta medida excepcional, profesores de universidad, magistrados de la Audiencia Nacional e incluso del Tribunal Supremo español. Reflejo de ello es la reciente sentencia de la Audiencia Nacional que absuelve a 40 jóvenes independentistas entre otras por rechazar como prueba las declaraciones hechas en régimen de incomunicación, ya que entiende que no han sido realizadas de forma libre. Así, es hora de pedir de forma contundente la derogación del artículo 520 bis de la Ley de Enjuiciamiento Criminal (LECrim), que permite un marco clandestino e impune para la práctica de la tortura.
Por contra, a pesar del rechazo generalizado a la tortura, los juzgados ordinarios que deben investigar estas denuncias todavía no se atreven a dar un paso adelante para acabar con la impunidad de los que la permiten y la practican, que deciden archivar sistemáticamente estas denuncias a pesar de las evidencias existentes. Debemos denunciar en este sentido la injusticia que se está cometiendo con las víctimas de tortura por parte de los juzgados ordinarios que están obstaculizando su reconocimiento y reparación. Debemos denunciar igualmente la condena al abogado defensor Alfonso Zenón por denunciar públicamente las torturas a las que habían sido sometidos sus clientes por parte de la Ertzantza. En este caso la única denuncia que prosperó fue ésta, archivándose las denuncias que interpusieron sus clientes por haber sufrido torturas.
En el día internacional de solidaridad con las víctimas de la tortura exigimos mayor contundencia y tolerancia cero ante la Tortura, a la vez que reclamamos Reconocimiento, Justicia y Reparación para todas ellas por parte de los poderes públicos y que cese su discriminación.