«Hemos dejado atrás la recesión» afirmó el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, tras el último Consejo de Ministros de 2013, para acto seguido pronosticar: «2014 será el año del inicio de la recuperación económica». El 2014 también es un año de elecciones, europeas, de modo que el PP ya ha entrado en campaña electoral […]
«Hemos dejado atrás la recesión» afirmó el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, tras el último Consejo de Ministros de 2013, para acto seguido pronosticar: «2014 será el año del inicio de la recuperación económica».
El 2014 también es un año de elecciones, europeas, de modo que el PP ya ha entrado en campaña electoral apelando a la idea de recuperación para ocultar todas sus políticas antisociales (reforma laboral, aborto, pensiones, IVA, etc.). Esta idea alude a la esperanza de gran parte de la población de recuperar la situación anterior a la crisis.
Sin embargo, los datos son más bien contradictorios y muestran que el pronóstico de Rajoy es más bien un espejismo, que una realidad.
¿Adiós a la recesión?
Uno de los últimos argumentos del PP es el crecimiento positivo del PIB, 0,3% en el último trimestre de 2013, que sumado al 0,1% del tercer trimestre parece que confirman su hipótesis. Técnicamente, la recesión se caracteriza por el encadenamiento de dos trimestres consecutivos de caída del PIB.
No obstante, romper la dinámica recesiva no significa que la economía haya salido de una de las mayores crisis de la historia del capitalismo, ni que vaya a recuperar los niveles previos a ella. La crisis de 1929, la crisis de 1973 o la crisis japonesa de los 90, que todavía arrastra hoy el país nipón, tuvieron una evolución clínica similar: combinaban periodos de altibajos en el crecimiento del PIB (gráfico en forma de ‘w’) con periodos de estancamiento (gráfico en forma de ‘L’).
Además, el crecimiento económico del Estado español se basó sobre todo en el sector de la construcción. Tras el hundimiento de este sector, no ha surgido ningún otro que haga de locomotora para reactivar las inversiones, la demanda y el empleo en el conjunto de la economía.
El PP sostiene que uno de los sectores claves para la recuperación serán las manufacturas orientadas a la exportación. Hace pocos meses, el gobierno apuntaló esta tesis mostrando el superávit de la balanza de pagos (relación entre exportaciones e importaciones). Aunque es cierto que las exportaciones están creciendo, la mayor parte del saldo positivo se debe a la caída en picado de las importaciones, que se han reducido en un 60% desde el inicio de la crisis. Por otra parte, se trata de un sector muy sensible a los vaivenes del mercado internacional. Por ejemplo, cuando el ritmo de crecimiento de las economías emergentes se enfría, la demanda baja y las exportaciones caen, como pasó el pasado noviembre, cuando las ventas se redujeron en un 2,2%, según el Ministerio de Economía.
El otro argumento del gobierno es la reducción del desempleo registrado. En diciembre de 2013 107.000 personas dejaron de estar en las listas de demandantes de empleo. Este dato no significa que todas estas personas hayan encontrado trabajo. Pueden haber desistido o marchado fuera del país. De hecho, los datos de ocupación, de gente que tiene trabajo, desmiente esta aparente reducción del paro. Según el INE, durante el último trimestre de 2013 se perdieron 65.000 puestos de trabajo, para un total anual de 198.900 empleos menos. Además, la población activa ha disminuido en 267.000 a lo largo del año.
La tendencia durante el gobierno del PP no apunta a la recuperación de los niveles de empleo anteriores a la crisis, más bien todo lo contrario. Entre diciembre de 2011 y diciembre de 2013 hay 1.134.000 personas ocupadas menos. El número de hogares donde nadie tiene trabajo asciende ya a 1.832.300, con un aumento en el último trimestre de 24.600.
Desigualdad y pobreza
Mariano Rajoy no fue el único en iniciar 2014 con vaticinios más que arriesgados. En su carta de año nuevo, Bill Gates, como filántropo, hacía un pronóstico: «Para 2035 ya no habrán casi países pobres». Como empresario, Gates cerró el 2013 como la persona más rica del planeta.
Pocos días después, un informe de Intermón Oxfam señalaba que las 85 personas más ricas del mundo atesoraban una fortuna equivalente a la que posee la mitad más pobre. Si el plan de Gates y sus amigos es compartir todo su dinero con toda la humanidad, quizás se cumpla su afirmación.
El mismo informe, explicaba que en el Estado español, las 20 personas más ricas tenían un patrimonio equivalente a los ingresos del 20% más pobre de la población. Como explica en un artículo el periódico Diagonal, el 20% más rico ha pasado de ganar 5,7 veces más que el 20% más pobre en 2007 a 8,1 veces en 2012. El Estado español es el segundo país más desigual de la UE, solo superado por Letonia. La desigualdad, medida con el índice Gini, ha aumentado un 9,7% desde 2008.
Unos pocos ganan y muchos pierden. El conjunto de los bancos del Estado español se apuntaron en 2013 unos beneficios de 9.000 millones de euros, tras un 2012 en el que perdieron 17.000 millones. En este caso sí se puede hablar de una cierta recuperación, pero a costa de la mayoría de la población.
Entre 2010 y 2012 los salarios cayeron un 12%, según la fundación FEDEA. Dentro de los salarios también hay desigualdades. El sueldo de los directivos aumentó en un 7% durante 2013, mientras que el de la mayoría de trabajadores y trabajadoras se redujo en un 0,47%, según un estudio de la consultora ICSA.
La población que vive por debajo del umbral de la pobreza en el Estado español ha aumentado en un 29% desde 2007. En cifras absolutas, 2.079.000 para un total de 9.200.000 personas que sobreviven en la pobreza, según el Sindicato de Técnicos de Hacienda.
De los 6 millones de personas paradas hay 2,2 millones que no cuentan con ningún tipo de prestación. Además, conseguir trabajo no es ninguna garantía para evitar la pobreza. Un informe de la Comisión Europea señala que solo un 35% de las personas que encuentran trabajo logran salir de la pobreza. No es extraño cuando el umbral de la pobreza se sitúa en unos ingresos de 7.355 euros al año (el 60% del sueldo medio), mientras que el salario mínimo asciende a 8.460 euros al año, que serviría para salir técnicamente de la pobreza únicamente a quienes no tienen a nadie a su cargo.
Además, la pobreza tiene un componente generacional y de género, es decir, afecta más a las personas jóvenes y a las mujeres. Por ejemplo, de los 200.000 puestos de trabajo que perdió el sector público en 2012, más de 130.000 los ocupaban mujeres.
La mano visible del PP
Las consecuencias de las crisis cíclicas del capitalismo son dramáticas, pero la mano invisible del mercado no es la única responsable de esta situación. Las políticas del PP han agravado la crisis y, sobre todo, han echado todo el peso sobre las espaldas de las clases populares.
Un ejemplo, la reforma laboral ha conseguido aumentar de forma vertiginosa los despidos. En 2012, 82.800 personas perdieron su trabajo a causa de un ERE, más de un 30% respecto a 2009. Desde la entrada en vigor de la reforma del PP hasta noviembre de 2013 (21 meses) 45.000 empresas realizaron EREs, una cifra equivalente al acumulado durante los cuatro años anteriores.
Del mismo modo, las subidas del IVA, la reforma de las pensiones, los recortes en el sector público, la congelación de los salarios, etc., van en la misma dirección: recuperar los beneficios del 1% a costa del 99%.
La recuperación de la mayoría de la población pasará, primero, por recuperar las luchas y los movimientos masivos que ya echaron una vez al PP del gobierno.
Luis Zhu (@irene_grau) es militante de En lluita / En lucha
Fuente: http://enlucha.org/diari/