La Red de Solidaridad Popular (RSP) es la historia de una construcción colectiva de identidad, un proyecto solidario que busca convertirnos a las víctimas de la crisis en protagonistas del cambio. Cuenta Pepo, de la comisión metodológica de la RSP estatal, que se han venido este año a la Fiesta del PCE para explicar en […]
La Red de Solidaridad Popular (RSP) es la historia de una construcción colectiva de identidad, un proyecto solidario que busca convertirnos a las víctimas de la crisis en protagonistas del cambio. Cuenta Pepo, de la comisión metodológica de la RSP estatal, que se han venido este año a la Fiesta del PCE para explicar en una charla cómo trabajan los nodos locales y cuál ha sido la evolución ideológica y metodológica de la red en este tiempo. El proyecto arrancó impulsado por un grupo de activistas de la izquierda, preocupados por combatir la situación de emergencia que había surgido tras la estafa de la crisis y decididos a vivir su idea de la solidaridad como un instrumento de lucha para crear poder popular. No se trata de un modelo asistencialista, enfocado a las personas más marginadas, sino de entender que receptores de la solidaridad y activistas forman parte de una misma identidad.
¿Cómo hacer esa transformación de víctimas a protagonistas? Explica Pepo que para construir esa alternativa donde la gente fuese la verdadera protagonista del cambio se arrancó con mucha intuición y metodología, buscando modelos en América Latina de educación popular y mirando hacia los movimientos sociales españoles (PAH, mareas…) que se pusieron a luchar contra la ofensiva neoliberal que estaba desmantelando el estado del bienestar. En esos inicios se encontró una pequeña barrera, la separación entre activistas y receptores de solidaridad. La decisión fue mirar, reflexionar y enfrentar esa barrera, para lo que se elaboró el Cuaderno metodológico: De víctimas de la crisis a protagonistas del cambio. Trabajando en el cuaderno se constató que todos y todas formamos parte del mismo proyecto sin diferencias, que estamos en el mismo barco porque toda la clase trabajadora es víctima de la crisis, atenta contra nosotros y nosotras. La RSP debe ser el instrumento que nos va a permitir enfrentarnos a la situación. Pepo añade que la RSP es una red de redes, articulada con otros Movimientos Sociales y que lucha contra este sistema devorador neoliberal construyendo un sujeto social. Se hacen dos trabajos en paralelo, por un lado se dan respuestas a las emergencias que ocurren diariamente y por otro se está creando una nueva sociedad que sea una alternativa diferente a la que impone el sistema capitalista. Para ello se trabaja desde la retaguardia, para permitir que las personas se puedan implicar en las luchas. Hay una estrategia de transformación social que se desarrolla a través de proyectos solidarios (despensas de alimentos, medicamentos, material escolar, acompañamiento sanitario, pobreza energética…), de campañas de denuncia (Renta Básica, marchas de la dignidad, tratado libre comercio con EE.UU., ley de seguridad ciudadana…), de propuestas de desobediencia civil (apoyo en desahucios…) y defesa jurídica (cobertura en movilizaciones, formación en derechos, litigios estratégicos…).
Pepo reconoce que en la RSP se da mucha importancia a la metodología porque es lo que permite ser coherentes con el ideario y aplicarlo a la práctica. Hay un proceso de concienciación a través del que convertirnos en sujetos del cambio. Es necesaria la integración de los receptores de solidaridad activamente en las asambleas, su participación en todas las actividades y en la toma de decisiones. Si no se consigue esto la RSP no tiene sentido. Se trata de autoformase y crear conocimiento colectivo. El objetivo de la comisión metodológica es elaborar materiales que permitan compartir esta manera de trabajar creando estructuras horizontales y herramientas que permitan empoderarse a la ciudadanía. Estamos aprendiendo a apoyarnos mutuamente porque nos toca organizarnos para defender nuestros derechos en una lucha unitaria con todos los movimientos sociales.
Mercedes forma parte de la Plataforma Hoy por Ti – Red Solidaria de Fuenlabrada, el nodo de la RSP de esta localidad madrileña en el que ya participan 200 familias. Explica que varios vecinos y vecinas se juntaron y vieron que no podían quedarse de brazos cruzados mientras la gente trabajadora se derrumbaba con la crisis. Decidieron ponerse a trabajar mano con mano. Primero con una despensa alimentaria. Recogen alimentos y los reparten. Se sorprendieron con la respuesta solidaria de su pueblo; algo que ha seguido ocurriendo con cada nuevo proyecto: los talleres de alfabetización, los grupos de apoyo escolar, apoyo a los trabajadores de Coca-Cola, las marchas de la dignidad, las mareas, los repartos de juguetes… Con cada proyecto van aprendiendo. Reconoce que lo más difícil es hacer participar en las asambleas a la gente que recibe alimentos, especialmente a quienes no hablan castellano. Pero que justamente eso es lo importante, lograr que se sientan parte de la RSP, que comprendan que es suya. Esa es la manera de defenderse, de ayudarse mutuamente, de formar parte de una red de redes.
Toni es el coordinador de la RSP de Valencia. Se constituyeron hace un año y en ese corto espacio les ha dado tiempo a desarrollar muchos proyectos con su trabajo. Comenzaron con una despensa para atender a 16 familias que recibían una bolsa de alimentos semanal. En la preparación de cada una de esas bolsas intervienen nutricionistas que tienen en cuenta las necesidades de cada unidad familiar y sus características particulares, como puedan ser sus intolerancias alimenticias. Ahora el reparto se ha extendido a 60 familias. También tienen un huerto que cultivan y con el que logran ser autosuficientes en el abastecimiento de verduras para la propia despensa. En sus llamadas de solidaridad piden aquello que necesitan, no lo que sobra. Reciben muchas aportaciones particulares, pero también de empresas y cooperativas. Están poniendo en pie una cooperativa agrícola multiservicios. En educación, dan clases de apoyo escolar con varios profesores voluntarios. Con el inicio del curso han iniciado la campaña ningún niño sin estudiar para la que han abierto una cuenta solidaria cuyo dinero se usa para comprar libros que entregan a las familias con la condición de que los devuelvan a la red al final del curso para que puedan reutilizarse por otras familias. Ahora han empezado otra campaña: ningún niño sin diccionario. En sanidad tienen un grupo de acompañamiento con el que ayudar a las personas excluidas por el decreto-ley promulgado por nuestro gobierno. Esos son los proyectos continuos, pero también han hecho alguno puntual, como la ayuda a Palestina que ya han enviado.
La satisfacción de Toni es la integración de todas esas personas en los proyectos, su agradecimiento por estar implicadas en la red. Tiene claro que la RSP será lo que la gente que la forma quiera. Eso es lo que están haciendo. Lee una carta que han escrito dos de las mujeres de la RSP. Tienen cuarenta y tantos, con hijos, arrastrando algún problema de salud en la familia, con trabajos muy precarios o ni siquiera eso y ambas con una ejecución hipotecaria en marcha. Cuentan que debido a la situación de precariedad han decidido decir basta. La culpa no es suya. Han decidido ser activistas, participar en la RSP. Ahora tienen dignidad y estima. Llevan 45 semanas ininterrumpidas ayudándose, entre personas que lo han perdido todo y que también lo han dado todo. Se han convertido en una gran familia. Todos juntos son uno, son red, son pueblo.
Lolo participa en la RSP de Jinámar (Canarias). Cuenta que trataron de crear un movimiento contra el paro y la precariedad, pero que asistieron pocas personas. Estaban cerca las navidades y se propusieron hacer una recogida de alimentos y regalos para los niños. En lugar de una recogida puntal por qué no crear una RSP, pensaron. Arrancaron con 26 personas. Hicieron un cartel con 24 productos necesarios pero que sin embargo no daban los bancos de alimentos y organizaron una fiesta para recogerlos. Una vez hecho el reparto, con los excedentes decidieron crear una despensa. Ahora tienen 450 personas inscritas y participando de los proyectos. Sus asambleas son de 200 personas. Las hacen cada miércoles. Las ayudas se incrementan porque quienes dan ven que lo que entregan va destinado a la gente. En Merca LasPalmas les han abierto sus puertas. Todos los viernes, un grupo de la RSP va allí para recibir los excedentes. Otro grupo se encarga después de seleccionar lo recibido. El tercer grupo lo reparte. Van rotando en los puestos cada semana y todas las personas participan en el proceso. Hay repartos de productos perecederos cada semana y mensuales de no perecederos. Para implicar a la gente tienen un sistema sencillo por prioridades: primero los que participan, después los que asisten a las asambleas y finalmente el resto. Esa es la cultura que practican. Reconocen que al principio había asistencialismo, y que aún sigue habiendo algún caso, pero que el proceso favorece la participación.
Hay derechos vitales como el agua, el techo y los alimentos que nos están faltando. El objetivo prioritario de la RSP es luchar por nuestros derechos como ciudadanos. Lo hacen fomentando la solidaridad de igual a igual. Lolo explica que la gente siente vergüenza de su pobreza, pero va siendo hora de que esa vergüenza la sientan los responsables de garantizar nuestros derechos. Han participado parando desahucios, han ocupado sucursales de los bancos que desahucian y se han manifestado ante la Dirección General de la Vivienda protestando contra la empresa privada que gestiona las viviendas sociales. Su lucha les ha servido para cambiar el procedimiento de comunicación de desahucios y que se tengan en cuenta los motivos justificados de impagos de tal forma que se ha llegado a un acuerdo para no desahuciar a ninguna familia que demuestre no disponer de recursos suficientes para hacer frente a las deudas derivadas de su vivienda y que muestren su voluntad de solucionar las mismas.
Lolo añade que están participando en impulsar otras RSP en Canarias. En la de Jinámar han creado un área de mujer porque son conscientes de la doble y triple explotación que sufre la mujer, compañías de teatro con actores en paro, clases de informática, rastrillos, acuerdos con empresas y economatos para el suministro de alimentos… La RSP se ha convertido en un punto de convivencia.
Lanza una crítica política: hay que implicarse si queremos cambiar el modelo, no bastan los discursos; para crear poder popular se necesitan movimientos sociales más fuertes y un compromiso militante para estar pegados a los que sufren. Para lograr su participación es necesario fomentar el diálogo, responsabilizarles en la actividad de la RSP y convertirles en actores de dicho cambio. Para cambiar las estructuras de poder hace falta tiempo y organización porque es un proceso largo. Lolo añade que hay que atender primero las necesidades más amplias y que cuando se llega a la gente hace falta continuidad con el trabajo.
La RSP quiere realizar un documental en el que reflejar las distintas experiencias de los nodos locales para que sean una ventana por la cual más gente se asome y conozca el proyecto. Para financiarlo se ha recurrido al crowdfundig solidario a través de la plataforma goteo.
Blog del autor: http://islainexistente.javialvarez.es/
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