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Refundación de La Izquierda: ¡Refundemos España!

Fuentes: Tercera Información

No estamos refundando Izquierda Unida porque no queremos darle una nueva capa de pintura a un edificio que, de tantos agujeros, se inunda cuando llueve. ¿Cambiar la imagen para que la apariencia flamante oculte que por dentro está destrozada? No por favor, eso ya lo hicieron nuestros mayores en la transición con el Estado Español […]

No estamos refundando Izquierda Unida porque no queremos darle una nueva capa de pintura a un edificio que, de tantos agujeros, se inunda cuando llueve. ¿Cambiar la imagen para que la apariencia flamante oculte que por dentro está destrozada? No por favor, eso ya lo hicieron nuestros mayores en la transición con el Estado Español y ya vemos el resultado: el aumento la pobreza, los desahucios, el paro, los maltratos, las violaciones, las denuncias de organizaciones de derechos humanos al estado por torturas y vulneración de los derechos de los inmigrantes. En descenso los derechos, el poder adquisitivo, el gasto social, la seguridad jurídica.

Una falsa democracia porque traiciona el principio que la define: la igualdad entre los ciudadanos que la integran. La imposibilidad de votar a nuestro jefe de estado, que no por designios divinos, sino porque le dio la gana al genocida y fascista dictador Franco, es vitalicio, es decir, que estará ahí de por vida, sin someterse a los cauces democráticos.

¿Queremos esa estrategia para la opción electoral de los excluidos por el sistema capitalista en su fase neoliberal? Por eso lo que se está haciendo es refundar la izquierda, tanto la que está fuera de IU como la que está dentro. Este proceso tiene que ser un punto de encuentro de la izquierda española para debatir y parir una organización política y social, para estar en la lucha de la calle y llevar ésta a las instituciones (juntas de distrito, alcaldías, gobiernos regionales, el inútil senado y el injusto congreso). Una organización con propuestas concretas que superen la retórica sectarista vacía de contenido, con una estrategia coherente que no dependa de las ansias de poder de sus cargos públicos para variar a conveniencia, donde las bases controlen a sus responsables con mecanismos democráticos y participativos.

La izquierda tiene el deber de superar el modelo neoliberal impuesto en la Constitución del 78, tiene que defender la construcción de una república que impulse un proceso constituyente que refunde el estado. No van a bastar 4 parches para garantizar que la inconsistente constitución de 1978 dé a los que viven en España, provengan de donde provengan, una vida digna. Tenemos que dotarnos de un sistema jurídico que establezca los mecanismos para desarrollar el socialismo del siglo XXI, y eso sólo es posible con una nueva constitución.

La refundación de La Izquierda tiene que salir obligatoriamente con un programa político donde se recoja la necesidad de impulsar un proceso constituyente una vez esté en el gobierno. Y sobre todo, debe garantizar que de ese proceso saldrá una Carta Magna donde la democracia participativa, la economía popular y no sólo el reconocimiento, sino la aplicación de los derechos humanos, estén recogidos.

La democracia participativa es la única que garantiza al pueblo el ejercicio de la soberanía, entendido como el control de los cargos públicos y su participación directa en el estado. Instrumentos como el referéndum revocatorio permiten a los ciudadanos sacar del cargo a un, por ejemplo, político corrupto. La rendición de cuentas de los políticos a quienes los eligieron, permiten al soberano saber que ha hecho exactamente el cargo público a quién eligieron. El parlamentarismo social de calle da al pueblo el poder legislativo que el neoliberalismo le niega, ahora las leyes también se debatirán en la calle y eso implica que esas leyes representen al pueblo y no sólo a los diputados que las redactan. Poder Popular que supla a las Juntas de Distrito, con presupuesto económico del estado y con mayores competencias, como por ejemplo encargarse colectivamente de las obras públicas.

Una economía intervenida por el estado y planificada conjuntamente con la participación popular. Los beneficios puestos al servicio de la ciudadanía y no al revés. La garantía de un aumento de derechos tales como el constante aumento del salario mínimo y de los contratos indefinidos, la prohibición de hacer un determinado número de horas extras a la semana, la reducción de la jornada laboral, la creación de cooperativas y PYMES de carácter social que reactiven la economía y supongan la democratización de los medios de producción, para asegurar que el beneficio producido por el esfuerzo laboral de los trabajadores revierta en ellos.

Además, por mera convicción de conciencia democrática de la izquierda, se debería garantizar el cumplimiento de la Declaración de los Derechos Humanos, la Declaración de los Derechos del Niño, la Declaración de los Derechos de la Mujer y el Protocolo de Kyoto entre otros tratados internacionales por parte del Estado Español. Para ello es fundamental añadirlas constitucionalmente al nuevo ordenamiento jurídico del que surgirán leyes sujetas a estas legislaciones internacionales, garantizando que en el futuro e hipotético gobierno de la izquierda nunca se puedan crear leyes de extranjerías derechistas como la actual, nunca más apoyemos guerras imperialistas, o golpes de estado en países pobres y nunca se puedan privatizar los derechos básicos del pueblo como la saniad y la educación.

Nuestra propuesta tiene que ser una alternativa socialista al actual sistema capitalista, y el socialismo no se puede desarrollar en un marco jurídico pensando para el capitalismo. Por eso cuando refundemos la izquierda tenemos que dotarnos de las herramientas que nos permitan refundar todo el país.

Fuente: http://tercerainformacion.es/spip.php?article12937