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Represiones bélico-nucleares

Fuentes: Rebelión

Una noticia, de la que lamentablemente no puedo dar más información por ahora, lleva por título «Activistas antinucleares van a prisión por ingresar en base naval» Son cinco activistas antinucleares del movimiento norteamericano Plowshares que el pasado lunes 28 de marzo fueron condenados a prisión por entrar en la base naval del estado de Washington. […]

Una noticia, de la que lamentablemente no puedo dar más información por ahora, lleva por título «Activistas antinucleares van a prisión por ingresar en base naval»

Son cinco activistas antinucleares del movimiento norteamericano Plowshares que el pasado lunes 28 de marzo fueron condenados a prisión por entrar en la base naval del estado de Washington. ¿Su delito, su falta, su trasgresión, su crimen? Desarmar simbólicamente las armas nucleares allí almacenadas.

Estos admirables activistas, entre ellos, dicho sea en su honor, dos sacerdotes católicos y una monja, han sido condenados a diversas penas que, en algún caso, llega a los quince meses de cárcel más un año de libertad supervisada. Es, una vez más, el nudo, oscuro y oscurecido pero muy esencial, del lado militar de una industria que tiene sus orígenes, no debemos olvidarlo, en una de las mayores barbaries de la historia de la Humanidad.

Preguntando por Monica di Donato por las razones que hicieron que Japón, que sufrió directamente la tragedia atómica a finales de la segunda guerra mundial, decidiera utilizar pocos años después la energía nuclear y correr los riesgos subsiguientes, más acentuados en su caso dada la alta y conocida sismicidad de la zona, Antonio Ruiz de Elvira, en una impecable e imprescindible entrevista [1], ha respondido en los siguientes términos: «El ansia de dinero, la arrogancia humana, la desidia intelectual, la creencia en el paraíso. En definitiva, el autoengaño que es la característica más humana. Nos gusta pensar que vamos a ir al cielo, que vamos a ser ricos jugando a la lotería, que vamos a vivir sin trabajar».

Cabe añadir otro vértice: la pata núcleo-militar, la voluntad de poder, que se mueve permanente e insistentemente en los alrededores de esta industria fáustica, pletórica de intereses, falsedades y de irresponsabilidad, conducida por una pandilla de individuos, masculinos en su mayor parte, de poderosas clases dominantes (pero no ya hegemónicas por su falaz discurso) dispuesta a apostar (los negocios son los negocios) por la descreación de la Tierra y por su conversión en un inmenso estercolero radiactivo (No es ninguna exageración: ese es el destino de Fukushima). Y no es el progreso ilustrado (noción que, bien entendida, la izquierda debe salvar a toda costa), sino el irracional regreso capitalista postmoderno.

¡Mejor activos hoy que mayor radiactivos! ¿Nucleares? No gracias. ¿Armamento nuclear? Al archivo de la historia universal de la infamia.

 

Nota:

[1] CIP-Ecosocial – www.fuhem.es/cip-ecosocial (www.rebelion-org, 31 de marzo de 2011).

 

 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.