Entre 2017 y 2022, la Complutense de Madrid aceptó más de un millón de euros de las petroleras Repsol y Cepsa. Iberdrola es la energética que más fondos aporta a la Carlos III, mientras que Repsol es la principal financiadora de la Universitat de Barcelona.
Empresas petroleras, gasísticas y mineras financian generosamente a algunas de las principales universidades europeas. Ese dinero fluye con especial intensidad hacia centros de educación superior en el Reino Unido, pero España no es una excepción. Repsol e Iberdrola son las compañías que más dinero inyectan en universidades españolas. Entre ambas aportan casi la mitad de la financiación universitaria procedente de los sectores energético y minero.
Investigate Europe, red internacional de medios a la que pertenece infoLibre, solicitó a diez universidades públicas españolas punteras en el ámbito de la investigación medioambiental datos sobre el dinero que recibieron entre 2017 y 2022 de empresas petroleras, gasísticas y mineras. La petición se realizó a través de los portales de transparencia respectivos y se solicitó información sobre todo tipo de apoyo financiero, desde patrocinios y becas a ayudas para la investigación o la creación de cátedras. La única universidad que no aportó los datos fue la Politécnica de Madrid.
Este trabajo periodístico en España forma parte de un proyecto más amplio puesto en marcha por openDemocracy e Investigate Europe, cuyo objetivo fue recabar información en nueves países europeos. Este periódico publica esta investigación en exclusiva en España (puedes leer aquí el artículo principal).
El llenado de un campo de petróleo en Abu Dabi
Las nueve universidades aceptaron en total 5,20 millones de euros procedentes del sector energético (4,88) y minero (0,32).
Los dos centros que más dinero recibieron en el periodo analizado fueron la Complutense y la Carlos III, ambas de Madrid. La primera percibió 2,08 millones y la segunda ingresó 1,24. Entre ambas se embolsaron seis de cada diez euros.
Repsol es la compañía que más fondos aportó a la Complutense: 525.634 euros. Ese dinero se ha destinado al pago de gastos corrientes de centros de asistencia a la investigación (CAI), a financiar una beca de contrato predoctoral, a pagar matrículas para la realización de un máster o al presupuesto ordinario de departamentos. La Complutense también recibió dinero de Repsol al amparo del artículo 83 de la Ley Orgánica de Universidades (LOU), que regula los contratos con entidades públicas y privadas.
El segundo financiador más importante de la Complutense, dentro del sector energético, es la también petrolera Cepsa, que puso 502.000 euros. La inmensa mayoría fue para contratos firmados de acuerdo con el artículo 83 de la Ley Orgánica de Universidades (LOU). Uno de los más importantes analizó la “diágenesis y evolución del llenado de petróleo” en el campo de Sateh Al Razboot (SARB), situado en Abu Dabi, capital de los Emiratos Árabes Unidos. El 63% del capital de Cepsa está controlado precisamente por el Gobierno de dicho país, a través del fondo soberano Mubadala Investment Company, mientras que el 37% restante está en manos del fondo estadounidense Carlyle Group.
Tras las petroleras Repsol y Cepsa se sitúa, entre los financiadores de la Complutense, la eléctrica Iberdrola, con 467.412 euros. Buena parte de esos fondos se abonaron para la realización de “actividades de formación e investigación en el ámbito de la promoción de la electricidad”. En 2018, Iberdrola abonó 44.818 euros por un estudio sobre “la compatibilidad con el derecho de la UE del borrador del real decreto por el que se regula el procedimiento de cierre de las instalaciones de generación eléctrica”.
La energética Naturgy aportó 356.694 euros, destinados en su mayoría al desarrollo de un proyecto de “nuevos sensores sobre fibra óptica para la monitorización in situ de parámetros de calidad química de biogás”.
En el caso de la Universidad Carlos III, la principal fuente de financiación fue Iberdrola, que entre 2017 y 2022 firmó contratos por importe de 656.571 euros. Casi un tercio de los fondos se destinan a Energy for future, un programa de becas postdoctorales de investigación en el que participan 15 universidades europeas y americanas. Entre ellas hay ocho españolas, incluida la Politécnica de Madrid, que rechazó aportar información sobre su financiación por parte de empresas energéticas y mineras.
Red Eléctrica de España, operador del sistema eléctrico y empresa donde el Estado mantiene una participación del 20% del capital, es la segunda compañía que más dinero aportó a la Carlos III: 347.000 euros. La partida más voluminosa fue para un contrato marco de colaboración entre ambas entidades, al que se destinaron 140.000 euros.
En tercer lugar figura Repsol, con 206.672 euros, destinados casi en su totalidad a un proyecto firmado al amparo del acuerdo marco de prestación de servicios de I+D.
Tras la Complutense y la Carlos III, figura otra universidad madrileña en el listado de centros que más dinero recibieron de energéticas y mineras, la Autónoma, con 698.431 euros. De las nueve universidades analizadas, es la que tiene una financiación con origen más diversificado. La mayor aportación a la Autónoma procedió de Enusa, empresa estatal que se encarga del abastecimiento de combustible para las centrales nucleares. Enusa puso 164.300 euros en el marco de un convenio de colaboración para la “formación en estadística avanzada, analítica de datos y algoritmos de inteligencia artificial”.
Otras empresas del sector energético que financiaron actividades en la Autónoma de Madrid fueron la petrolera brasileña Petrobras (67.495 euros), Iberdrola (52.500) y Repsol (47.540).
Los activistas climáticos se imponen a Repsol
Cantidades más modestas fueron para las universidades catalanas. La Universitat de Barcelona (UB) recibió 474.935 euros, de los que el 96% tuvieron como pagador a Repsol. En este centro se produjo la principal victoria hasta el momento de los activistas que rechazan la financiación universitaria por parte de este tipo de empresas privadas. Entre 2019 y 2022, la UB destinó 105.000 euros a la Cátedra Repsol de Transición Energética, pero este año decidió no renovarla. El colectivo juvenil End Fossil Barcelona, que entre otras acciones de protesta ocupó el edificio histórico de la UB para denunciar la presencia de bancos y empresas fósiles en los centros educativos, aseguró que la decisión se produjo porque ningún profesor quiso sustituir al director de la cátedra, Mariano Marzo. Este compatibilizó los cuatro años su actividad docente con un puesto en el consejo de administración de la propia Repsol, por el que en 2022 cobró 340.000 euros. En los tres años anteriores se embolsó cifras ligeramente inferiores. Repsol atribuyó la cancelación a “un proceso de reconfiguración global de todas las cátedras” que impulsa, según indicó la Universitat de Barcelona.
La Universitat Politècnica de Catalunya aceptó 222.274 euros, procedentes en su mayoría de Endesa (120.000) y de Naturgy (60.000). El dinero de la primera se destinó, entre otras actividades, a sufragar la Cátedra Endesa de Innovación Energética. Los fondos de la segunda se destinaron al Premio Duran Farell de Investigación Tecnológica.
Por su parte, la Universitat Autònoma de Barcelona recibió 36.000 euros de Naturgy, destinados al pago de “los recursos, humanos y materiales, necesarios para cumplir los objetivos del informe de la comunicación de Catalunya”.
Las otras tres universidades cuyos datos recabó Investigate Europe también percibieron cantidades modestas. La Universidad de Granada recibió 75.000 euros, de los que 45.000 procedían de un proyecto compartido entre Ence Energía, Ibox y Q Energy y los otros 30.000 de un convenio con Iberdrola. En ambos casos el dinero era para la creación de una cátedra de investigación arqueológica.
La Univesitat Politècnica de València aceptó 38.840 euros, de ellos 30.000 pagados por la petrolera BP para la creación de una cátedra de Innovación Energética.
Por último, a la Univesitat de València llegaron 19.999 euros procedentes de Iberdrola, destinados a un acto conmemorativo relacionado con el Jardín Botánico del centro y a un proyecto de investigación sobre el “riesgo de electrocución de especies amenazadas”.
Una multinacional israelí de fertilizantes
En comparación con las empresas energéticas, las mineras inyectan mucho menos dinero en las universidades. Algo lógico si se tiene en cuenta que hay petroleras, gasísticas y eléctricas españolas que son multinacionales y tienen importantes cifras de facturación, mientras que las grandes compañías mineras son menos y de tamaño más reducido.
En total, las empresas mineras invirtieron 320.168 euros en las universidades que respondieron a las preguntas de Investigate Europe. Hay que advertir de que la única que no respondió, la Politécnica de Madrid, es probablemente la universidad española que tiene mayores vínculos con el sector de la minería. De forma que esa cifra podría incrementarse si se conociesen sus datos.
De los nueve centros educativos consultados, cinco no recibieron dinero de empresas mineras entre 2017 y 2022. La que más fondos se llevó fue la Politècnica de Catalunya, a la que Iberpotash entregó 183.000 euros para la Cátedra ICL en Minería Sostenible. Iberpotash es la filial española de la multinacional israelí ICL, dedicada a la producción de fertilizantes. Un accidente en una mina de esta empresa en Súria (Barcelona) provocó el pasado mes de marzo el fallecimiento de tres geólogos.
En segundo lugar figura la Universidad Autónoma de Madrid, que ingresó 121.110 euros. La mayor partida la puso Minersa (78.800 euros), grupo productor de minerales industriales y productos para la construcción. El principal accionista de Minersa es la compañía luxemburguesa Lombard International Assurance, controlada por la estadounidense Blackstone, una de las principales gestoras de fondos del mundo.
El listado se completa con la Complutense madrileña, que aceptó 13.386 euros de Rio Tinto, una de las principales multinacionales mineras del mundo, y la Universitat de Barcelona, que percibió 2.671 euros de la española Consentino.
Repsol e Iberdrola, a la par
Si el análisis se hace desde el punto de vista de las empresas, y no de las universidades, la primera conclusión es que entre Repsol e Iberdrola aportan prácticamente la mitad del dinero. La petrolera inyectó 1.238.233 euros y la eléctrica 1.234.523. La suma equivale al 47,5% de los 5,2 millones entregados por energéticas y mineras.
A una distancia considerable se sitúa otra petrolera, Cepsa, con 502.000 euros; la gasística Naturgy, con 472.699 euros, y Red Eléctrica de España, con 359.000.
En el sexto puesto aparece la primera minera aparece en el sexto puesto, Iberpotash, con una aportación de 183.000 euros.
Sólo hay otras tres empresas que aportaron más de cien mil euros: Enagas (177.851 euros), Enusa (164.300) y Endesa (120.715).
Otras 27 empresas energética y siete mineras completan el listado hasta llegar a los 5,20 millones de euros de financiación de las universidades por parte de algunas de las empresas más contaminantes de España.