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Entrevista a Guillermo Almeyra, editorialista internacional de La Jornada (México)

Retirar las sanciones a Cuba e Irán no depende de Obama sino del Congreso norteamericano

Fuentes: Rebelión

M.H.: En comunicación con Guillermo Almeyra. La semana pasada quedaron algunos temas por desarrollar, uno de ellos es el análisis de dos situaciones que involucran a los Estados Unidos, por un lado el acuerdo nuclear con Irán y, por otro, el reinicio de relaciones diplomáticas con Cuba, uno de los temas importantes dentro de la […]

M.H.: En comunicación con Guillermo Almeyra. La semana pasada quedaron algunos temas por desarrollar, uno de ellos es el análisis de dos situaciones que involucran a los Estados Unidos, por un lado el acuerdo nuclear con Irán y, por otro, el reinicio de relaciones diplomáticas con Cuba, uno de los temas importantes dentro de la Cumbre de las Américas en Panamá. ¿Cuál es su opinión sobre estos dos temas?

G.A.: Obama hace una maniobra diplomática en ambos casos, está vendiendo algo que no tiene, para que el Congreso norteamericano apruebe lo discutido tanto con Irán como con Cuba, va a tener que hacer muchas concesiones, no va a ser nada fácil. Los Republicanos que dominan el Congreso ya se están oponiendo a ambos acuerdos y su validez depende de ellos. Obama intenta quedar bien sin entregar la mercadería, pura palabra.

Al mismo tiempo detrás de esto hay un interés del Departamento de Estado de los Estados Unidos de disminuir la tensión con Irán para que, por ejemplo, no apoyen a los hutíes en Yemen, ni a Hezbolá en el Líbano y, al mismo tiempo, evitar que Irán cree una bomba atómica y se sume al club de los que ya la tienen, entre los que se destaca Israel quitándole así el monopolio del arma del terror en la región. Estados Unidos quiere retrasar esto lo más posible, entonces ofrece retirar las sanciones pero esto depende del Congreso.

Con respecto a Cuba hay una nueva táctica que es la invasión ya no con mercenarios como en Bahía de Cochinos, sino directamente con dólares y turistas, incorporar a Cuba al mercado de Estados Unidos dadas las carencias de la isla, y atacar al gobierno castrista mediante armas económicas.

M.H.: El lunes pasado vi el programa de Joaquín Morales Solá, estaba presente la inefable Lilita Carrió, sosteniendo que iba a hacer denuncias acerca de la participación del gobierno argentino en el programa nuclear iraní. ¿Usted tiene alguna información sobre esto?

G.A.: Ninguna, y me parece un disparate total. Es una irresponsable, la Argentina exporta usinas atómicas de uso pacífico, para la provisión de energía.

M.H.: Un tema que me llamó la atención durante marzo fueron las elecciones en Bolivia, después de cinco meses de ganar Evo Morales las elecciones por el 62%, el MAS fue derrotado en La Paz, en Santa Cruz y en Tarija y la oposición triunfó en 6 de los 10 principales municipios del país. ¿Qué análisis le merece esta situación?

G.A.: Hay una contradicción entre el apoyo a Evo que sigue siendo enorme, de más del 50% y el apoyo al gobierno, al MAS. El propio Evo dijo que se había castigado a la corrupción del MAS, lo que no dijo es que a esos candidatos los había puesto él. La gente ha votado contra la corrupción y prepotencia de los funcionarios del MAS en varias ciudades. Pero lo ha hecho de forma indistinta, por ejemplo, el ganador de la intendencia de La Paz había sido expulsado del partido porque lo habían identificado manejando ebrio y no se había detenido ni había querido pagar la multa. Es un personaje poco recomendable. En otras ciudades han sido elegidos candidatos de los viejos partidos o de las nuevas clases medias. Hay un desarrollo capitalista en Bolivia que ha determinado que dentro de los sectores populares, incluso dentro de los aymara y en menor medida de los quechua, se desarrolle un sector burgués comercial emergente bastante rico.

M.H.: Se cumplió el pasado 11 de abril, un nuevo aniversario de la revolución boliviana de 1952 que derrotó a la denominada «rosca», recuerdo los nombres de tres familias emblemáticas vinculadas al estaño: Patiño, Aramayo y Hoschild. Donde 800 terratenientes eran propietarios de la mayoría de las tierras útiles del altiplano y los valles explotando a la población indígena bajo el sistema del colonato que incluía prestaciones de servicios a título gratuito.

G.A.: Esa fue la primera revolución social profunda porque la revolución cubana que vino después, fue una revolución política con contenido social y aquélla fue una revolución social desde el fondo, con la movilización de los obreros quienes destrozaron al ejército a costa de 3.000 muertos, los eliminaron por completo y formaron milicias obreras. Después milicias campesinas. Se creó una especie de doble poder, nació la Central Obrera Boliviana (COB). Desgraciadamente ese poder verdadero de los obreros, que fue por un tiempo único, ya que Paz Estenssoro y Siles Suazo estaban exiliados en Buenos Aires y su partido no había tenido ninguna participación, ya que había iniciado un golpe militar que devino en esta sublevación obrera que ellos no querían.

Durante muchos meses quedó como un poder importante pero luego fue sometida al MNR y a la reconstrucción de un estado capitalista en Bolivia, es decir, el resultado fue que al cabo de unos años se reconstruyó el ejército, reprimió a los mineros, a los obreros, les quitó los fusiles y, si bien la estructura del latifundio quedó destrozada, abrió el camino para un desarrollo capitalista porque le habían dado la tierra a los campesinos, pero no les dieron ni transporte, ni insumos, ni educación, ni medicación, entonces los más ricos empezaron a prosperar y los campesinos quedaron en la pobreza.

M.H.: En ese contexto, ¿qué fueron las tesis de Pulacayo?

G.A.: Las tesis de Pulacayo fue un acuerdo de cúpula entre la Federación estudiantil universitaria de La Paz dirigida por el trotskista Guillermo Lora y el sindicato de mineros dirigido por Juan Lechín. Era un programa nacionalista pero que tenía sobre todo como eje la versión boliviana, muy poco boliviana porque replicaba casi en su totalidad, del Programa de Transición que había diseñado León Trotsky. El movimiento más avanzado de los obreros bolivianos, muy influidos en ese entonces por el Partido Revolucionario Trotskista, quedó en el acuerdo, no llegó a ser difundido, organizado y hecho práctica en todos los sindicatos mineros.

Además, una parte de la dirección de los sindicatos obreros surgidos de la revolución, pasaron del trotskismo al MNR creyendo que desde adentro del mismo con los sindicatos iban a poder modificar el carácter burgués del gobierno.

 

El FIT aparece como el único núcleo no capitalista en todas las elecciones

 

 

M.H.: Vi su firma en un documento «Intelectuales de izquierda votan al FIT», junto a la de Claudio Katz, Eduardo Lucita, Miguel Mazzeo, Mabel Belucci y una serie de compañeros. ¿Qué ha motivado este pronunciamiento público?

G.A.: En las elecciones argentinas se está demostrando una vez más el drama del país, el triunfo ideológico del capitalismo, la inmensa mayoría de los candidatos y de los votos van a partidos absolutamente reaccionarios, se dividen entre los que quieren una política liberal y el retorno a los años ´90 con «relaciones carnales» con el imperialismo, y los que también ofrecen una política reaccionaria pero de resistencia parcial a Estados Unidos, siempre dentro del marco del capitalismo. Urtubey que ha sido elegido en Salta, es un hombre reaccionario, se opone al aborto, mantiene la educación religiosa obligatoria, ése es el llamado «progresista» que fue elegido en representación del Frente Para la Victoria (FPV) frente al otro que es un señor de horca y cuchillo, Romero, que había sido elegido gobernador al servicio de los sectores más reaccionarios y conservadores de la provincia durante 20 años.

La mayoría del pueblo argentino vota por la derecha, con pensamiento conservador, ha habido en ese sentido un triunfo del capitalismo en la cabeza de la gente. Frente a eso el FIT aparece como un sector que no participa de esa tendencia, oponiéndose, no es totalmente alternativo porque su política es esencialmente electoral, por ahora, no liga eso con una difusión de la idea socialista, pero es de acción y antiimperialista, antioligárquico y plantea una organización independiente de los trabajadores. El FIT aparece como el único núcleo no capitalista en todas las elecciones, por lo tanto consideramos que era un deber moral y una necesidad alentar la organización independiente de los trabajadores, del pueblo argentino, separándolos del Estado y de los partidos capitalistas.

M.H.: Anoche en una mesa de debate con compañeros del FIT, se hacía mención a esta declaración, también se dio a conocer el apoyo brindado por la Corriente de Organizaciones de Base (COB) La Brecha, que agrupa al FOL, al Frente juvenil Hagamos lo Imposible y a una serie de colectivos que llaman también a votar en las próximas PASO a las listas del FIT como principal alternativa de izquierda en las urnas. Creo que estos hechos marcan un pequeño éxito.

G.A.: Sí, a pesar de la polarización entre los dos sectores capitalistas que se oponen, el FIT ha logrado incorporar a otros sectores que antes no pertenecían y que han reforzado ligeramente su elección, tanto en Salta como en Mendoza, esperemos que en la Ciudad de Buenos Aires se pueda no solo superar las PASO, sino también lograr algún representante en las instituciones para poder dar voz a la protesta ciudadana.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.