¿Cuándo mejor que en agosto para recuperar Sol? Contraviniendo las leyes de la termodinámica, el calor llamó al calor. Alguien, rehén de la física, hizo mal las cuentas políticas. Vivimos en tiempos de bifurcación. Dos más dos no siempre suman cuatro. «Si las manifestaciones son pacíficas -había puesto su acento Rubalcaba-, lógicamente la Policía es […]
¿Cuándo mejor que en agosto para recuperar Sol? Contraviniendo las leyes de la termodinámica, el calor llamó al calor. Alguien, rehén de la física, hizo mal las cuentas políticas. Vivimos en tiempos de bifurcación. Dos más dos no siempre suman cuatro.
«Si las manifestaciones son pacíficas -había puesto su acento Rubalcaba-, lógicamente la Policía es tolerante, porque es una Policía inteligente; pero si hay violencia, la Policía tiene que actuar. Y 200 personas no pueden poner patas arriba la ciudad. Eso no puede ser». Policía inteligente. No será la que cargó con rabia de cachorro fascista en el Paseo de la Castellana a gente con los brazos en alto y pidiendo más democracia. Recordaban el camino involutivo de una película de reciente estreno. Recordaban a otros tiempos. ¿Añoran las escenas de Chile machacando estudiantes?
Atrás queda aquella amabilidad del anterior Ministro del Interior, cuando decía que los agentes están «para resolver problemas y no para crearlos». Mucha gente sigue pensando que Rubalcaba siga al cargo del departamento. Más torpe aún. Crecido, el sargento Granados de la escuela mecánica del PP madrileño amenaza con sacar a un somatén de 90.000 afiliados de su partido a la calle. En vez de echar leones a los cristianos, echar cristianos a los leones. «Qué tiempos», debe pensar el inspector Anacleto (Jesús Montero dixit) de la trama de espías y espiados de la derecha madrileña. Aunque muchos de esos militantes, seguro, comparten las razones de los indignados. Y la calle es una buena escuela. Que salgan. Ya hablará el movimiento con ellas y ellos. El movimiento ha aprendido que la calle es una gran conversación.
Más incomprensible ha sido la decisión del PSOE de decretar un estado de excepción en el centro de Madrid y ordenar a la policía que mostrara su condición de detentadora de la violencia física (aquí, contra Weber, nada legítima). Las leyes de la física y las leyes de la política quebradas. ¿Qué ha pasado para caer en tamaño error? tanto maquiavelismo para, al final, incurrir en errores de principiante. Hasta los más listos hacen tonterías. Cuando se mueve el tablero. Lo que ha logrado el 15-M.
El cambio de escenario que trajo la violencia policial tiene detrás seis plausibles razones: (1) la amenaza del alcalde del PP, Ruiz Gallardón, de poner una querella criminal a la delegada del Gobierno si no desalojaba la Puerta del Sol (no seamos injustos de echarle toda la culpa al Gobierno. ¿O nos hemos olvidado quién gobierna en el completo Madrid?); (2) las presiones del Vaticano para que la visita del Papa no se vea «enturbiada» por peticiones democráticas sobre las que la jerarquía de la iglesia hace mucho que no se pronuncia. Y mucho menos, para que no se le recuerde su papel de encubridor de pederastas o de justificador de la sujeción de la mujer; (3) las presiones de las empresas que financian la visita del Papa (en verdad, financiación popular pues luego desgravarán impuestos). Nunca falta una patronal o una asociación de comerciantes -esos que nos querían cobrar los millones que supuestamente no han vendido- que prepare el camino para la sumisión; (4) el intento del PSOE de hacer «bueno» a Rubalcaba frente al nuevo Ministro del Interior, el circunspecto desconectador de cámaras Camacho; (5) el intento de debilitar al movimiento para impedir que los centenares de medios de comunicación que van a cubrir la visita del Papa cubran también esta primavera democrática que está contaminando a todas las plazas de las debilitadas democracias europeas (y aún más allá); y (6), lanzar el enésimo guiño inútil a unos mercados que nunca se van a tranquilizar, pero que desearían en España una situación política como la del Chile de 1973, sin sindicatos, sin partidos a la izquierda, con fortísima represión en la calle, con economistas neoliberales recetando el veneno de sus propuestas y con vía libre para el saqueo de nuestros países antes de que todo se caiga definitivamente.
Pero aún no han entendido que el movimiento se crece en el castigo. «Si tocan a una nos tocan a todas». Sea quien sea. Si agosto era un mal mes, este desafío lo ha hecho bueno. Si algo tenía que pasar para que mucha gente detuviera sus vacaciones y regresara a Madrid a recuperar el símbolo de la promesa democrática que nos queda, Rubalcaba lo ha hecho posible. Rubalcaba-15-M: tocado.
Intentando comprometer al PP, el PSOE lanzó la petición de otorgar un espacio municipal para que el movimiento pueda desarrollar sus propuestas. La propuesta viene del propio 15-M. El verano hace la calle más amable, pero el otoño y el invierno reclaman techo (aunque recordamos la lluvia del 18 y 19 de mayo y cómo la plaza aguantó el aguacero). La propuesta que miembros del 15-M vienen haciendo desde los inicios del movimiento tiene detrás no solamente la legitimidad que implica recuperar espacios para la ciudadanía, sino el ejemplo reciente de la entrega de instalaciones municipales en El Matadero a corporaciones privadas por parte del alcalde Gallardón. El 15-M necesita un gran local para organizar su red de asambleas, grupos de trabajo, espacios de deliberación y estudio, organización de información, talleres de difusión, escuelas de ciudadanía, etc. Un local céntrico que permita trenzar cada nódulo de la red camino de la recuperación democrática perdida con la creación de un Estado de partidos que hicieron de la participación una operación cosmética que enjugaba a unas organizaciones cada vez más alejadas de la ciudadanía. El 15-M tiene un gran éxito en la articulación de la protesta, pero donde realmente se la juega es en la propuesta, y ésta se legitima en unos barrios que puedan cruzar colectivamente su trabajo.
Eso no debe significar, en modo alguno, perder la Puerta del Sol. Ese altavoz es del pueblo y, como se gritaba en la recuperación de ese espacio, las plazas son encuentros de democracia. Sol es el espejo donde debe mirarse un mundo que está dejando a Somalia morirse de hambre, un mundo que permite que las finanzas internacionales especulen con el precio de los alimentos, un mundo donde los bancos piden a los gobiernos que los rescaten y luego ponen a esos mismos gobiernos de rodilla, un mundo donde al Vaticano le bastaría el gesto de mandar los 50 millones de la visita del Papa a Somalia para salvar millones de cuerpos y quizá también -podrían pensar-, de almas. Un mundo devastado por la codicia capitalista que no deja respirar a la naturaleza, que hace del trabajo una condena y del desempleo una ejecución, que rompe la base igualitaria en donde reposa la vida social.
definitiva, todos los aspectos sobre los que se posiciona desde el 15 de mayo el movimiento de los indignados. ¿En qué estaba pensando el estratega Rubalcaba cuando pensó acabar violentamente con el movimiento? Calculó mal y le ha dejado más espacio a los hipócritas del PP que, después de pedir «mano dura» ahora dicen que al PSOE «se le fue la mano». Sin olvidar que ha dejado para la historia el decreto de un estado de excepción en el centro de Madrid bajo un gobierno socialista. Cuerpo a tierra que vienen los nuestros. Aunque nadie se confunda: la violencia, a la larga, termina por debilitar al movimiento. Basta construir la imagen -y los medios son de ellos- que relaciona «protesta» con «desorden». La policía rompió brazos, cabezas, rodillas y codos, detuvo a informadores y cercenó derechos constitucionales como el de reunión o el de libre circulación -como en las dictaduras-. Sin embargo, una buena parte de la discusión parece reposar en la gorra perdida -ni siquiera un tricornio- de un guardia civil. Sólo cuando queda clara la actividad represora policial -como en la Plaza de Catalunya- el movimiento se refuerza. La «No violencia activa», como enseñó la enorme fuerza pacífica de Gandhi,es el único camino del movimiento. Estamos en la fase pedagógica. Quien crea que va a convencer a nadie por la fuerza, no ha entendido nada. Quien, a día de hoy, quiebre la no violencia pacífica, trabaja para los devastadores del mundo. Por tonto o por mercenario.
Los tiempos electorales avanzan y la quiebra del sistema parece que lo hace con botas de siete leguas. Zapatero no tuvo problemas en reunirse con 30 personas. Ya sabemos cómo le han pagado. Le corresponde a Rubalcaba atreverse a reunirse con los «200″ que ha despreciado. (Igual que tendrá que hacerlo cada fuerza política que se presente a las elecciones del 20-N). A ver si, por fin, escuchando, entienden algo. Y ayudan, cada cual en las fuerzas que le corresponden, a no dejar a este país entregado de rodillas a un nacional-catolicismo que no se merece tenerlo todo tan fácil.
En el juego de los barquitos, después de varios «tocado», llega «hundido». Y bastante drama de ahogados tenemos ya con los que huyen de África y quieren llegar a ese lugar imaginado que aún creen que se llama Europa.
Blog del autor: http://www.comiendotierra.es/
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