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¡Salud y República!

Fuentes: Rebelión

Que nadie se asuste de tan categórico saludo, ni huya apresurado ante la inquietante perspectiva de una aburrida exposición sobre la historia recordada por muchos y olvidada por los demás, de la II república española, que este año, declarado por el Congreso de los diputados como Año de la Memoria Histórica, se ha convertido en […]

Que nadie se asuste de tan categórico saludo, ni huya apresurado ante la inquietante perspectiva de una aburrida exposición sobre la historia recordada por muchos y olvidada por los demás, de la II república española, que este año, declarado por el Congreso de los diputados como Año de la Memoria Histórica, se ha convertido en objeto de todo tipo de homenajes.

Desde Finisterre hasta el Peñón, se han venido repitiendo congresos, ponencias, debates y publicaciones, que analizan ese momento de nuestra historia cuyo comienzo podemos marcar el día catorce de abril de 1931, fecha de la pacífica proclamación de la ll república Española, y que celebra este año su 75 aniversario.

Desde las distintas administraciones se han apoyado diferentes iniciativas entorno a la idea de la » recuperación de la Memoria Histórica», con el doble propósito de rehabilitar moral, y jurídicamente a las víctimas «olvidadas» de la guerra y la dictadura, muchas aun sin indemnizar económicamente por los perjuicios que les fueron ocasionados, y facilitar, a un tiempo, el reconocimiento de una realidad histórica tergiversada por la mirada unilateral de los vencedores, en detrimento de este colectivo.

En Cáceres se ha trabajado, entre otros asuntos, en la rehabilitación de la memoria del Diputado Socialista , durante el gobierno del Frente Popular, Felipe Granados, cuya injustificada ejecución viene recogida en un libro escrito por uno de sus nietos, y recientemente publicado; Y hemos podido disfrutar de diversas Jornadas sobre la «recuperación de la Memoria Histórica», como las realizadas en el Campus Cacereño de la Universidad de Extremadura, que han conducido a la actual generación de nuestros jóvenes universitarios, en un interesante viaje por el tiempo, hasta nuestro pasado más reciente: La Dictadura Franquista, la Guerra Civil, y la Segunda República. Hasta los institutos se han aventurado en el tema, como es el caso del Hernández Pacheco, donde Juan García, Catedrático de Historia contemporánea de la UEX, ha impartido una conferencia sobre la Segunda República en Extremadura.

Si ojeamos la agenda de actos conmemorativos del 75 aniversario de la república, que se están desarrollando a lo largo de este mes, recorreremos desde Cádiz, hasta más allá de los pirineos, y así tenemos los de Jaén, Cuellar Vega (Granada), Madrid (Vallekas), Toulouse (República Francesa), Córdoba, Zaragoza, Murcia, Gijón, Granollers, Castellón, País Valenciano, Orihuela (Alicante), Sevilla, el Campo de Gibraltar, Málaga, Jaca (Huesca), San Fernando (Cádiz), Irún, Huelva, Oviedo, Córdoba, Eibar (Guipúzcoa), y un sinfin más, algunos por supuesto, en Extremadura, que rinden un merecido homenaje al esfuerzo democratizador de los hombres y mujeres que manejaron los destinos de los españoles, en ese periodo histórico, presidido por la igualdad, mostrando a los españoles el camino de un futuro, que por causa de la guerra, y la dictadura franquista, tendría que prorrogarse más de 40 años, durante los cuales a las mujeres se nos ha negado incluso el derecho al voto.

Y porque la segunda república nos trajo especialmente a las mujeres, y en general a todo el pueblo español, derechos tan evidentes y fundamentales desde nuestra perspectiva actual como el sufragio femenino, la plena capacidad jurídica de la mujer, la equiparación salarial para ambos sexos, el derecho de las madres a la patria potestad, el establecimiento del seguro obligatorio de maternidad, la legalización del aborto, la libertad del uso de anticonceptivos, o la abolición de la prostitución, quiero brindar por ella, y recordar desde aquí que bajo la bandera tricolor, España se colocó al frente de la modernidad cultural, política y económica, realizando «ideas» con proyección de futuro como la separación efectiva de poderes, la reforma agraria, el comienzo de la separación iglesia-estado, la sanidad pública, el impulso de la educación hasta en las zonas más aisladas, el reconocimiento del matrimonio civil, la supresión del delito de adulterio (sólo aplicado a la mujer), la educación mixta, el divorcio, o cuestiones de las que algunos se escandalizan aún hoy tanto, como la abolición de las asignaturas religiosas y de formación doméstica. Por todo eso, y mucho mas hoy quiero despedirme con el cálido saludo de aquellos republicanos del 31: «Salud y República»