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Santiago Carrillo: un pasado inevitable en la historia de la izquierda en España

Fuentes: Rebelión

¿Cómo recordar una vida tan dilatada como la de Santiago Carrillo? Dilatada en el sentido físico de sus 97 años, y en el sentido político. Desde sus inicios en las juventudes socialistas allá por la segunda república hasta por los menos su abandono de la secretaría general del PCE en 1982, su figura está íntimamente […]


¿Cómo recordar una vida tan dilatada como la de Santiago Carrillo? Dilatada en el sentido físico de sus 97 años, y en el sentido político. Desde sus inicios en las juventudes socialistas allá por la segunda república hasta por los menos su abandono de la secretaría general del PCE en 1982, su figura está íntimamente vinculada a la historia del PCE y a la de España.

Una vida tan larga, atravesando períodos históricos tan intensos como la segunda república, la guerra civil, la oposición antifranquista y la transición española o, también, el período stalinista del movimiento comunista, la desestalinización y la descomposición interna del movimiento comunista, desde una posición protagonista de primera línea, hacen de Santiago Carrillo una figura contradictoria como el propio período que mencionamos. Como dirigente del PCE y como publicista dejó tras de sí una larga trayectoria que no deja indiferente a nadie.

¿Qué aspecto se podría destacar? ¿Su papel en el giro táctico del PCE conocido como Política de Reconciliación Nacional? ¿Su papel durante la transición española? ¿Su responsabilidad en el protagonismo adquirido por el PCE en la lucha antifranquista o en la debacle electoral del partido al inicio de la transición? ¿Su contribución al éxito de la transición o su responsabilidad por la frustración de las expectativas de cambio radical con el fin de la dictadura?

Más pragmático que teórico, campo dónde no consiguió superar a su, a veces, alter ego, Fernando Claudín, participó, sin embargo, en la iniciativa frustrada de encontrar una política adecuada para los PPCC en las sociedades liberal-democráticas desarrolladas, una estrategia para alcanzar el socialismo a través de las instituciones democráticas. Ese fue el intento del eurocomunismo junto con Enrico Berlinguer y, el no tan convencido, George Marchais.

Posiblemente el mejor homenaje que se le pueda tributar es el de recuperar el debate sobre las experiencias y discusiones de ese período principal de su actividad política y extraer las enseñanzas necesarias para un período como el actual en el que, a veces, parece que no hay pasado y que todo se está inventando en el presente. Santiago Carrillo es un pasado inevitable para la izquierda en España.

La tierra te sea leve.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.