Carolina Tejada, miembro de la Secretaría Nacional de Derechos Humanos de la Asociación Colombiana de Estudiantes Universitarios (ACEU-MANE), participó la semana pasada en la constitución del grupo valenciano de la Plataforma Europea por la Paz de Colombia. Además de dirigente y militante activa del movimiento estudiantil, está terminando el proyecto de grado en la licenciatura […]
Carolina Tejada, miembro de la Secretaría Nacional de Derechos Humanos de la Asociación Colombiana de Estudiantes Universitarios (ACEU-MANE), participó la semana pasada en la constitución del grupo valenciano de la Plataforma Europea por la Paz de Colombia. Además de dirigente y militante activa del movimiento estudiantil, está terminando el proyecto de grado en la licenciatura de Ciencias Sociales de la Universidad de Bogotá. Según Carolina Tejada, «el presidente Santos prioriza la financiación del aparato militar a la inversión social». Subraya, asimismo, la coincidencia de las organizaciones estudiantiles en que la negociación política es la vía para solucionar el conflicto armado entre el gobierno y la insurgencia.
¿En qué contexto se producen las luchas estudiantiles en Colombia? ¿Se relacionan con otras en el conjunto del continente?
Uno de los grandes hitos de las luchas estudiantiles es el primer manifiesto estudiantil de América Latina, que se lanza en Córdoba (1918) tras una huelga de estudiantes. Se luchaba por una universidad abierta y autónoma, que rompiera con la educación tradicional. Hoy existe en América Latina un intento de integración de luchas y movimientos. Una de las expresiones de ello es la Organización Latinoamericana y Caribeña de Estudiantes (OCLAE), que articula a alumnos de secundaria y universitarios de todo el continente. En agosto de 2011 celebró su congreso en Uruguay. Se trata de articular movilizaciones frente a las políticas neoliberales y por los derechos de los estudiantes. El año pasado se impulsaron protestas el mismo día y a la misma hora en Colombia, Chile y Argentina.
¿Cómo se concretan en Colombia estas políticas educativas de sesgo neoliberal?
En la época del presidente Gaviria, en la década de los 90, se promueven en el país las reformas neoliberales, en campos como la salud y la educación. La Ley 30 tenía como objetivo la formación de jóvenes en la lógica mercantilista y moldear los conocimientos según los fines empresariales. También se reducen los presupuestos en educación superior (universitaria y técnica). Esta legislación ha provocado que la universidad y, en general, el sistema educativo, haya entrado en una crisis que hoy nos desborda. Actualmente estudian en Colombia un millón de personas (en educación superior), pero desde los 90 no se ha incrementado el presupuesto educativo en proporción a las necesidades reales.
¿Qué argumentan los diferentes ejecutivos?
No se plantea abiertamente, pero lo cierto es que se merma la inversión social (educación y sanidad), mientras se prioriza la financiación del aparato militar. Hay cifras flagrantes. Un estudiante le viene a suponer al estado un coste de 3,5 millones de pesos colombianos, mientras que un soldado le cuesta 18 millones. Es éste el modelo de sociedad que pretenden.
Por otra parte, ¿existe unidad de acción en las luchas estudiantiles?
El año pasado se constituyó la Mesa Amplia Nacional Estudiantil (MANE). Surge como ámbito de articulación de todas las organizaciones estudiantiles y consejos de estudiantes en el campo de la educación superior, lo que incluye tanto las universidades públicas como privadas. El objetivo era oponerse al proyecto de ley impulsado por el presidente Santos, que pretendía reformar la Ley 30 y marginalizar cada vez más la educación superior. De hecho, este proyecto de ley recortaba posibilidades de investigación, elimina bases de conocimiento científico y social, y ahondaba en el proceso de mercantilización. En ese contexto, desde 2011 se produce un fortalecimiento de las movilizaciones. En cada universidad, las 31 del país, e institutos se desarrollaron asambleas. A las asambleas nacionales asistieron más de 2.000 estudiantes. Hablamos, por lo demás, de entre dos y tres movilizaciones a la semana. El proceso arrancó el año pasado y hoy estamos en esas.
¿Cómo ha respondido el gobierno al incremento de las movilizaciones?
Dicen que el proceso de movilización estudiantil está promovido por la insurgencia. También ha habido sabotajes por parte de la fuerza pública, vestidos «de paisano». Algunas universidades incluso se han «militarizado» para frenar las protestas; esto implica la presencia de la policía dentro de la universidad, lo que evidentemente viola la autonomía de esta institución. Te pondré otro ejemplo. Al rector de la Universidad Industrial de Santander se le investigó en 2011 por vínculos con el paramilitarismo. En la prensa han aparecido referencias a las comunicaciones telefónicas entre un comandante paramilitar y el rector, donde éste se comprometía a pasar una lista de profesores, estudiantes y trabajadores de la universidad para la aplicación del llamado «plan pistola». Por lo demás, los periódicos oficiales como «El Tiempo» (propiedad de la familia de Santos) y «El Espectador» o las cadenas de televisión «Caracol» y RCN nos estigmatizan de manera permanente. Son medios de extrema derecha.
¿Qué alternativas planteaba el movimiento estudiantil a la reforma de la Ley 30?
El gobierno saca el proyecto de ley y lo airea a los medios de comunicación a principios de 2011. En respuesta, se constituye la MANE en el primer semestre de ese año. Se impulsan paros y movilizaciones de protesta. El gobierno sólo ha consultó a los estudiantes a través de «auditorías virtuales» y presentaciones de la propuesta legislativa en salones de actos. Pero las opiniones de los estudiantes finalmente no se recogieron. Todo fue una farsa. Pero finalmente el gobierno se vio forzado, motivado por las protestas, a retirar el proyecto de ley. Se dio cuenta de la capacidad movilizadora de los estudiantes con el acompañamiento de parte de la población. Fue un gran logro para el movimiento. Por lo demás, los estudiantes hemos planteado una ley alternativa, que incluya la gratuidad en la educación, la autonomía y democracia universitarias, y ampliar los presupuestos para sacar a la universidad de la crisis financiera.
¿Cómo se incardina el movimiento estudiantil en el conjunto del movimiento social colombiano?
El movimiento estudiantil está fuertemente articulado a través de la MANE. Además, las organizaciones de estudiantes forman parte de movimientos sociales como «Marcha Patriótica», «Congreso de los Pueblos» o del Polo Alternativo. La Juventud Comunista también participa de estos procesos. Te diría, en síntesis, que el movimiento estudiantil hace parte de manera destacada de los movimientos sociales, junto al sector indígena, campesino y sindical, entre otros.
¿Cómo se posiciona el movimiento estudiantil respecto al proceso de paz abierto entre el gobierno y la insurgencia?
Existe unidad en el sentido de que hay que solucionar el conflicto por la vía de la negociación política, y que la guerra no se ha de prolongar hasta el exterminio del enemigo.
Por último, ¿Qué escenario se presenta en los próximos meses?
La agenda de movilizaciones del segundo semestre arrancó con la Ley Alternativa de Educación Superior, en la que participaron estudiantes, profesores, padres y trabajadores. Pero el gobierno de Santos ni siquiera ha considerado nuestra propuesta. Hubo una movilización general en el país el 12 de octubre, día de los derechos de los pueblos indígenas; y el 17 de octubre, una movilización nacional contra el presidente Santos y por la ley alternativa de educación. Las dos movilizaciones fueron brutalmente reprimidas; el día 12, sólo en Bogotá, hubo 84 detenidos (muchos de ellos estudiantes) y 26 estudiantes heridos y con fracturas de partes del cuerpo. Por lo demás, en estas semanas hay previstas movilizaciones en todas las universidades y paros escalonados en algunas. Me gustaría denunciar también que algunos dirigentes estudiantiles han recibido ya amenazas de paramilitares.
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