La política de Estados Unidos en los próximos cuatro años se basará en el patriotismo y la religión, una «mezcla explosiva» ante la cual los latinoamericanos deben «armarse de fuerza, coraje y valentía», afirmó en Venezuela el portugués José Saramago, ganador del Premio Nobel de Literatura 1998. «Seguramente a América Latina le irá muy mal» […]
La política de Estados Unidos en los próximos cuatro años se basará en el patriotismo y la religión, una «mezcla explosiva» ante la cual los latinoamericanos deben «armarse de fuerza, coraje y valentía», afirmó en Venezuela el portugués José Saramago, ganador del Premio Nobel de Literatura 1998.
«Seguramente a América Latina le irá muy mal» durante el segundo mandato del reelecto presidente estadounidense George W. Bush, que comenzará el 20 de enero. «Hay que tener en cuenta las ambiciones y las concreciones del imperio, que considera a esta región su patio trasero», dijo el escritor en sendos encuentros con escritores y periodistas el miércoles y este jueves.
Bush «es el hombre más mentiroso del mundo» había dicho antes Saramago en Bogotá, y América Latina debe «temblar» si vuelve sus ojos a la región. «Lo mismo puedo decir Africa, aunque no quiero crear un pánico internacional», bromeó.
Invitado a pasear su mirada sobre el mundo, Saramago opinó en Caracas que Estados Unidos «nunca saldrá de Iraq, porque necesita controlar Medio Oriente, la puerta de Asia, y ya tiene instalaciones militares en Uzbekistán».
Pero también pronosticó que «la situación se pondrá difícil cuando emerjan los competidores (de Washington): China, India y quizá también Brasil».
«Soy una persona de convicciones de izquierda, de siempre», por lo que «puesto a hablar de política internacional siempre hago dos preguntas, sólo dos: ¿Cuántos países tienen bases militares en Estados Unidos? ¿En cuántos países no tiene bases militares Estados Unidos?», apuntó el escritor de 82 años.
Ante los periodistas hizo una tercera pregunta, como ejemplo: «¿Ustedes se imaginan lo que diría Bush si alguien como el presidente (venezolano) Hugo Chávez le pide como base un pedacito de tierra aunque sea en la remota Alaska y sólo para colocar la bandera de Venezuela?», lo que desató la risas de quienes le escuchaban.
Saramago llegó a Venezuela como preámbulo de un encuentro internacional que congregará el mes próximo a intelectuales solidarios con el proceso político que Chávez dirige y llama «revolución bolivariana».
«No es que yo sea pro-Chávez ni que crea en caciques o mesías, pero Hugo Chávez es alguien que quiere hacer cambios y ha encontrado el camino para llegar en línea recta al corazón y a la inteligencia del pueblo de Venezuela», aseveró.
También criticó duramente a la oposición venezolana: «A alguien como yo se le hace difícil entender a esos grupos que se presentan democráticamente a elecciones y referendo y luego no son capaces de aceptar democráticamente la voluntad del pueblo. Es algo que ofende el sentido común y soy personalmente incapaz de entenderlo».
Recordó que Chávez y sus partidarios han sido mayoría en las ocho consultas electorales realizadas en los últimos seis años en Venezuela, incluido el referendo sobre el mandato del presidente el 15 de agosto, donde éste fue respaldado por 59 por ciento de los votantes, con una participación muy superior a la habitual.
Venezuela «ha tenido una historia reciente atribulada, y es de esperar que Chávez lleve a buen puerto esta experiencia única», en un marco latinoamericano y caribeño confrontado a «cuatro años complicados, que serán de tensión y políticas entreguistas y neocolonialistas».
Chávez no podrá reunirse con Saramago en esta oportunidad, porque está de viaje por Rusia y Medio Oriente, pero se producirá el hecho singular de que el vicepresidente José Vicente Rangel, quien durante décadas combinó periodismo y política, entreviste al escritor para el canal de televisión del Estado.
Saramago, quien participó en Rosario (Argentina) en el Congreso de la Lengua Española, reiteró que habla de política «deliberada y voluntariamente», y señaló que su más reciente novela «Ensayo sobre la lucidez», es «abiertamente política, a diferencia de las anteriores», entre las que estuvieron «Manual de pintura y caligrafía» (1977), «Memorial del convento» (1982) y «El evangelio según Jesucristo» (1991).
«Ensayo sobre la lucidez», trata sobre una ciudad imaginaria (la misma de «Ensayo sobre la ceguera», de 1995) en la que la mayoría de los electores decide votar en blanco, y Saramago apuntó en Caracas que no promueve esa expresión política, pero cree «necesaria una regeneración de la democracia».
Actualmente, «el poder económico siempre determina al poder político y los gobiernos se convierten en comisarios políticos del poder económico», sostuvo.
¿Qué pueden hacer ante eso los escritores? «Muy poco más que cualquier otro ciudadano, sólo porque tienen prensa y vitrina; pero si pudieran cambiar las cosas ya lo habrían hecho. Personalmente, lo que busco cuando escribo es despertar inquietud», aseveró.
«No me gustaría marcharme de esta vida sin por lo menos la conciencia de haber intentado algo», y para la humanidad «no veo nada más eficaz que exigir y vigilar el cumplimiento riguroso de los derechos humanos», sentenció.