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¿Se ha acabado? ¿O acaba de empezar?

Fuentes: Rebelión

Lo último que soporta un político es a un ciudadano que opina y que sabe lo que quiere. La sociedad moderna occidental está construida sobre el principio de la obediencia y la delegación. Deja tu voto, una vez cada 4 años, y los políticos se harán cargo de todo. Deja a tus hij@s en la […]

Lo último que soporta un político es a un ciudadano que opina y que sabe lo que quiere. La sociedad moderna

occidental está construida sobre el principio de la obediencia y la delegación. Deja tu voto, una vez cada 4 años, y los políticos se harán cargo de todo. Deja a tus hij@s en la guardería, las educadoras l@s convertirán en números, dóciles y calladitos. Deja a tus hij@s en manos de la escuela, l@s profesores ya les enseñarán a obedecer y todas las cosas que hace falta saber para ser un buen ciudadano. Deja tu salud en manos de los médicos, ya ell@s saben mejor qué recetarte para que no te duela nada. Deja tu tiempo libre en manos de los medios de comunicación, y se encargarán que te diviertas y que te olvides de todo. Deja la decisión de lo que necesitas comer a las grandes distribuidoras, ellas saben mejor combinar los sabores químicos que más te gustan. Deja tus sentimientos de pertenecer a una comunidad a los organizadores de los grandes acontecimientos deportivos, ellos saben mejor manejar tus emociones. Deja tu dinero en manos de los bancos, ellos saben como sacar mayor beneficio. Deja el orden y la seguridad en manos de las fuerzas de seguridad, ellos tienen las mejores armas para aplastar al enemigo.

Delega, no te preocupes de nada, déjate acunar en manos del sistema. ¿No te lo han enseñado en la educación para la ciudadanía? Vivimos en una democracia, respetamos los derechos humanos, los Altos Valores de Occidente han conquistado el mundo y la mejor prueba es que aquí consumimos más que en ninguna parte.

No puede ser que unos jóvenes rebeldes ocupan plazas públicas e impiden el paso a los ciudadanos de bien y a los aficionados del football. Hay que desalojar para salvar la democracia y dejar dormir al ciudadano que tanto le gusta que le cuiden.

El sistema no puede permitir tanta vida libre, personas que opinan, que exigen. No puede ser. Simplemente no puede ser. ¡Ahora empieza! Se acabó el tiempo de jugar.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.