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Participación sociopolítica juvenil en Cuba

Se hace camino al andar

Fuentes: Cubahora

La vida política de una nación que edifica el socialismo necesita la participación activa de las nuevas generaciones. ¿Es este un tema importante para los jóvenes cubanos? Aunque las aspiraciones de las juventudes en Cuba en cuanto a participación política no son hoy equiparables con la década de 1980, sí superan las del decenio de […]

La vida política de una nación que edifica el socialismo necesita la participación activa de las nuevas generaciones. ¿Es este un tema importante para los jóvenes cubanos?

Aunque las aspiraciones de las juventudes en Cuba en cuanto a participación política no son hoy equiparables con la década de 1980, sí superan las del decenio de 1990, demuestran indagaciones realizadas en La Habana por el Grupo de Estudios sobre Juventud del Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas (CIPS), adscrito al Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente.

Incluso, la importancia de la esfera política para este grupo social es muy significativa si se compara con otros países de nuestra propia región, por ejemplo, asegura en una tesis de maestría sobre el tema la especialista del CIPS Claudia Castilla García.

Según estudios recientes, la participación de los menos adultos en asociaciones políticas en Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay no rebasa el 35 por ciento, lo cual es relativamente poco comparado con la década del sesenta del siglo anterior, refiere la investigadora.

Cuba, al construir el socialismo, ofrece una alternativa distinta al modelo neoliberal predominante en el mundo. «Ello permite identificar en nuestro país patrones de comportamiento participativo alternativos a los sistemas democráticos comúnmente en uso, con sus fortalezas y debilidades, y en cualquier caso, con sus oportunidades y retos para la juventud», resaltaron a Cubahora investigadores de ese grupo, que indaga sobre el tema desde hace 25 años.

Oportunidades

Entre las condiciones favorables para el desarrollo de la participación juvenil en Cuba está la elevada presencia de jóvenes en las organizaciones y asociaciones de carácter social, político o profesional, enfatiza el Grupo de Estudios sobre Juventud del CIPS.

Según información del diario Granma, el 16,3 por ciento de los delegados elegidos en 2010 para integrar las asambleas municipales del Poder Popular tenían menos de 35 años, mientras que en 2003 eran sólo el 6,9 por ciento.

Los dirigentes en espacios laborales que tienen entre 17 y 29 años representan el 10,4 por ciento del total de dirigentes del país, mientras los trabajadores en ese mismo grupo de edades constituyen el 22 por ciento de la fuerza laboral de la nación, de acuerdo con cifras de la Oficina Nacional de Estadísticas relativas al año 2010.

En primera instancia, los espacios institucionales y formales donde se fomenta la participación sociopolítica juvenil son aquellos asociados a la escuela y el centro laboral, añaden los expertos del CIPS. Ello resulta consecuente con la política del Estado para las nuevas generaciones expresada en documentos como la Constitución de la República, en los cuales se estipula la confluencia de la educación y el trabajo en esas edades con la integración en actividades políticas y de las organizaciones de masas.

Los jóvenes encuestados por el CIPS también aseguran participar en sus comunidades mediante reuniones y trabajos voluntarios convocados por las asociaciones barriales; iniciativas culturales vinculadas a la música, fiestas bailables, teatro espontáneo; y actividades políticas como elecciones, marchas, actos conmemorativos y debates de temas de actualidad.

De modo general, las investigaciones registran una importante tendencia a valorar de positivas las asociaciones políticas y de masas por lo que representan en términos de unidad popular y fortalecimiento de la Revolución, pero paralelamente se producen algunas críticas al funcionamiento práctico de estas, con matices según las personas y una visión más cuestionadora de parte de los profesionales.

Escollos

Entre los retos que avista la participación política juvenil, los investigadores del CIPS han identificado, en estudios en la capital, el formalismo en una parte de quienes se adscriben a las organizaciones, al percibir que las prácticas de estas no tienen un impacto real en sus instituciones, con lo cual se desaprovechan los espacios para participar.

La problemática igualmente ha sido reconocida y enfrentada por la dirección de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), cuya función de «promover la participación activa de las masas juveniles en las tareas de la edificación socialista» es declarada en el artículo 60 de la Constitución.

Así, en el Resumen del Informe Central al IX Congreso de la UJC, en abril de 2009, se insistió en que «un funcionamiento efectivo y real, sin reuniones formales, rutinas y burocratismos, nos permitirá superar dificultades y analizar los problemas que tiene la organización, elevando la capacidad de convocatoria, el aporte y la eficiencia, tan necesaria en los momentos actuales.»

Se advierte asimismo, señala el Grupo de Estudios sobre Juventud del CIPS, una noción de participación más orientada a la respuesta a la movilización que a intervenir en la toma de decisiones, también expresada en el desinterés y la apatía que demuestran varios jóvenes al depositar toda la responsabilidad por el buen funcionamiento institucional en las estructuras jerárquicas de dirección.

Pero, paralelos a esas manifestaciones de pasividad, se producen cuestionamientos en otra parte de esa misma juventud acerca de la cantidad, variedad y creatividad de esas prácticas participativas.

Por ejemplo, en los meses previos al IX Congreso de la UJC, el diario Juventud Rebelde realizó un sondeo entre cien jóvenes de todo el país acerca del funcionamiento de esa entidad, del cual se anotaron criterios como el de la ingeniera en Informática Maydelín Machado, de 23 años de edad, quien expresó que «hay jóvenes que solo ven al comité de base como una carga más, por el funcionamiento a veces monótono que le imprimen sus integrantes, a los que también a veces les falta carisma y suficiente poder de convocatoria», y el del estudiante de Medicina Yuniesky García Sánchez, de 24 años, quien afirmó que «en el Congreso hemos de proyectarnos en función de abrirle espacios a la juventud en los que se sienta protagonista y responsable, y se pruebe como lo hicieron los de otras generaciones en el Moncada o en la Sierra».

Otro punto medular es que ciertos grupos juveniles investigados perciben que el impacto de sus prácticas participativas es subvalorado por las generaciones mayores. A juicio del Grupo de Estudios sobre Juventud, «este constituye uno de los principales retos para la sociedad cubana en materia de relaciones intergeneracionales y continuidad de su proyecto sociopolítico, pues implica repensar las formas actuales en que se concibe la participación juvenil y contrastar miradas sobre el tema desde todas las edades.»

Caminos

Los jóvenes incluidos en los estudios del CIPS, refieren los investigadores, reconocen las oportunidades de participación social que les brinda el sistema cubano, entre las que descuellan, según el consenso mayoritario, la educación gratuita con acceso a las universidades y a la formación profesional; la oportunidad de trabajar, de acceder a un empleo, y de disponer, también, de opciones culturales y recreativas.

Todos esos son espacios participativos salvaguardados en los documentos conclusivos del VI Congreso de la máxima organización política cubana.

En lo tocante a las organizaciones juveniles, los expertos del CIPS se hacen eco de visiones de los propios sujetos estudiados, al coincidir con ellos en que, más que crear nuevas organizaciones o espacios de participación política, lo imprescindible es hacer funcionar los existentes de manera que respondan a los intereses de las nuevas generaciones, con métodos y estilos más adecuados a las condiciones que la actualidad plantea.

Hoy, mirando la realidad que le rodea, en la que destaca la actualización del modelo económico cubano, alguien como el joven investigador Fabián García Luna, del propio CIPS, opina: «Creo que este es un camino que necesita un pensamiento novedoso, arriesgado, que no tema criticar, y gran parte de la juventud posee esos elementos. Lo hemos encontrado en las investigaciones, con sus matices y contradicciones. Por tanto, los jóvenes constituyen un grupo social imprescindible para la transformación en todos los órdenes de nuestra sociedad.»

Fuente original: http://www.cubahora.cu/index.php?tpl=principal/ver-noticias/ver-not_ptda.tpl.html&newsid_obj_id=1041090