Todo comenzó el 28 de febrero de 2015. El Movimiento Social Republicano (MSR), partido de ideología ultraderechista, organizó las V Jornadas Antiglobalización en el llamado Hogar Social Zaragoza, sede de la formación en esta ciudad. Además de conferencias sobre «La batalla de las Termópilas y el ethos espartano», el «yihadismo wahabista y sus raíces sionistas» […]
Todo comenzó el 28 de febrero de 2015. El Movimiento Social Republicano (MSR), partido de ideología ultraderechista, organizó las V Jornadas Antiglobalización en el llamado Hogar Social Zaragoza, sede de la formación en esta ciudad. Además de conferencias sobre «La batalla de las Termópilas y el ethos espartano», el «yihadismo wahabista y sus raíces sionistas» o «Las costumbres y mitos de tradición hispánica y europea en Aragón», las jornadas incluían un concierto de música RAC (Rock Anti Comunista). En el garaje del edificio se celebró el concierto, con la presencia de público neonazi. A las doce de la noche, un grupo de jóvenes se aproximó a este lugar al grito de «fuera fascistas de nuestras calles». El dispositivo policial previo no evitó los enfrentamientos entre neonazis y jóvenes antifascistas. Varios colectivos de Las Fuentes (barrio popular y de mestizaje donde tuvo lugar el concierto), la Asamblea Antifascista de Zaragoza, la Asamblea San José (barriada cercana) y la Federación de Asociaciones de Barrios de Zaragoza denunciaron que el festival incitaba al odio y la xenofobia, pero la Delegación del Gobierno y el Ayuntamiento permitieron la celebración.
El concierto terminó con cargas en la calle, persecuciones y la detención de 13 antifascistas -alguna a casi un kilómetro del lugar del concierto- por parte de las policías nacional y local. «Los neonazis acompañaron a los agentes en la persecución, y llegaron a estar presentes en las detenciones», afirman los grupos de apoyo a los jóvenes. La policía no detuvo a ninguno de los asistentes al concierto. Un año después, el 13 de marzo de 2017, se iniciará el juicio contra ocho de los antirracistas encausados. La fiscalía pide ocho años de prisión para cada uno (cuatro por atentado y otros cuatro por desórdenes públicos) y cerca de 30.000 euros en concepto de responsabilidad civil e indemnizaciones. Además, el fiscal considera que concurre como circunstancia agravante la actuación por «motivos de discriminación ideológica» de los antifascistas, valoración que ha criticado la Campaña «Absolución 10 de Zaragoza». Estas fuentes también informan de la acusación de «un conocido neonazi» contra una persona no detenida, y para la que se piden dos años y seis meses de prisión además de una indemnización de 4.800 euros. El balance se completa con los tres jóvenes ya absueltos, que ni siquiera habían estado en el lugar de los hechos, pero pasaron tres días en los calabozos acusados de pegar a la policía, informan los citados portavoces. Por último, de los dos menores detenidos uno ha resultado también absuelto, y otro ha sido juzgado, sin que haya trascendido más información.
En septiembre de 2016 se inició la Campaña «Absolución 10 de Zaragoza», que ha abierto una cuenta para recaudar fondos (ES90 3035 0335 60 3351038012 de Caja Laboral) y habilitado huchas solidarias en bares «alternativos» y espacios colectivos de Zaragoza; además se venden camisetas, recogen firmas y organizan charlas informativas por las ciudades del estado español. Los encausados han recibido el apoyo de artistas como Manolo Kabezabolo y Los Chikos del Maíz, que «tocaron» en las Fiestas del Pilar. José Miguel Monzón («Gran Wyoming») encabezó el listado de rúbricas solidarias. Todos los jueves se reúne la asamblea de la campaña, que tendrá uno de los actos centrales el domingo 20 de noviembre; ese día, a las 12.00 horas, saldrá una manifestación desde el edificio Paraninfo de Zaragoza con la consigna «Combatir el fascismo no es un delito, es un deber». Pero las movilizaciones en la calle empezaron ya en marzo de 2015, cuando dos de los jóvenes detenidos estaban en prisión preventiva. El 28 de abril de 2015, cerca de 40 organizaciones sociales, partidos y sindicatos se sumaron a una concentración convocada por la Plataforma Antifascista de Zaragoza (PAZ), que reivindicaba la absolución de los encausados y el cierre del Hogar Social «racista» del barrio de Las Fuentes.
Uno de los portavoces de «Absolución 10 de Zaragoza», Rubén C., apunta en un acto organizado en el Casal Obrer i Popular Francesc Santacatalina de Valencia (con la colaboración de Acció Antifeixista de esta ciudad) algunas claves de lo ocurrido el 28 de febrero de 2015. «Según consta en el sumario por el testimonio de uno de los neonazis, en el momento en que la policía local antidisturbios (UAPO) se dispone a realizar la ‘carga’, los agentes dijeron a los fascistas que se metieran dentro del edificio, ‘que de estos (en referencia a los manifestantes antirracistas) ya nos encargamos nosotros'», explica. Resume los hechos del siguiente modo: «Se creó un dispositivo policial para evitar altercados, pero permitiendo que se celebrara el concierto nazi; entonces llegaron unos chavales gritando contra el fascismo, la policía desapareció y dejó que se produjeran las peleas; finalmente intervino para detener a 13 antifascistas… y a ningún neonazi». De los hechos, Rubén C. concluye que la actuación policial responde a una «estrategia premeditada».
Tras la denuncia de las organizaciones sociales previa al concierto y la ampliación del dispositivo para evitar altercados, «la única excusa que podían alegar para justificar la intervención es que los antifascistas habían agredido a la policía; pero esto es completamente falso, no hubo ninguna agresión a los agentes». En resumen, se le dio la vuelta completamente al relato: «De antifascistas que se dirigen a un concierto (neonazi) con el fin de impedirlo, a la detención de estos jóvenes por supuestamente pegar a la policía»; el activista de la campaña menciona asimismo la existencia de vídeos que desmienten los testimonios de los agentes; y de contradicciones entre lo declarado por efectivos de la policía en sede judicial y las versiones de estos que figuran en los atestados.
Otra cuestión es el rol de los medios de comunicación. Antes de que los jóvenes activistas prestaran declaración, algunos medios ya daban por cierto que 150 manifestantes armados atacaron a los asistentes al concierto; y que los antirracistas detenidos estaban imputados por tentativa de homicidio. «Esto es totalmente falso», rebate Rubén C. «El hecho de que se ofreciera una interpretación tan sesgada de lo sucedido, y además sin contrastar, hace pensar de dónde obtuvieron la información los medios». El portavoz da cuenta de cómo en programas de significativa audiencia «apareció el nazi supuestamente agredido dando sus explicaciones y afirmando que él era un patriota». Otro episodio difundido por la Campaña «Absolución 10 de Zaragoza» es el de uno de los antifascistas que pasó dos meses en prisión preventiva, y que -huérfano- se encargaba del cuidado de su madre, muy enferma desde hacía varios años. La defensa del detenido había alegado esta circunstancia en sede judicial, para que no se ordenara la prisión preventiva. Finalmente, la madre del activista falleció mientras éste se hallaba en la cárcel. Fuentes de la Campaña han calificado de «chulesca» y «provocativa» la actitud de los agentes de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) de la Policía Nacional que, durante el funeral, custodiaban al detenido. Se llegó a momentos de «tensión máxima», afirman.
Los conciertos de estética nazi no suponen una novedad en la capital aragonesa. En mayo de 2015 el Justicia de Aragón (defensor del pueblo autonómico) instó a la Delegación del Gobierno a que tomara medidas para controlar y erradicar las actuaciones -de personas o asociaciones- que promovieran la xenofobia. Sin embargo, la Plataforma Antifascista de Zaragoza denunció la celebración de dos conciertos de música RAC, cenas y algún mitin en abril y julio de 2015 en el Camping de Zaragoza, «sin que ninguna institución los evitara». El primer Encuentro del que se tiene constancia, según la plataforma, se produjo hace cuatro años. Gestionado por el MSR, el llamado Hogar Social Zaragoza es un edificio en estado de abandono que ocuparon ultraderechistas en junio de 2014. Tras un primer reparto de comida a los pocos meses, en marzo de 2015 se anunció una nueva distribución de alimentos en la sede con un cartel que proclamaba: «Porque ser español no es un delito». El mismo día del concierto el denominado Hogar Social convocó en su página de Facebook una barbacoa «solidaria», con el fin de ayudar a las «familias españolas» más necesitadas. También en abril de 2015 anunciaron clases gratuitas de boxeo. El 12 de julio de 2014 se produjo la primera manifestación contra el supuesto centro social. Una semana antes Heraldo de Aragón se hacía eco del punto de vista de la Federación de Asociaciones de Barrios de Zaragoza: «Vamos a exigir que se vayan, porque ha habido quejas por las amenazas y mensajes racistas de esta gente».
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