Seis trabajadores perdieron el martes la vida en otros tantos accidentes laborales que se registraron en Alhaurín el Grande (Málaga), Cabanillas del Campo (Guadalajara), Víznar (Granada), Getafe (Madrid), Algeciras (Cádiz) y San Vicente de Raspeig (Alicante). Un encofrador de 60 años falleció a las 14.10 horas en el municipio malagueño de Alhaurín el Grande, al […]
Seis trabajadores perdieron el martes la vida en otros tantos accidentes laborales que se registraron en Alhaurín el Grande (Málaga), Cabanillas del Campo (Guadalajara), Víznar (Granada), Getafe (Madrid), Algeciras (Cádiz) y San Vicente de Raspeig (Alicante).
Un encofrador de 60 años falleció a las 14.10 horas en el municipio malagueño de Alhaurín el Grande, al caerle encima el contrapeso de una grúa mientras estaba trabajando. El hombre, cuyas iniciales son J.S.G., se encontraba trabajando en un edificio en construcción situado en la calle Céspedes del municipio alhaurino.
En Cabanillas del Campo (Guadalajara), murió un trabajador de la construcción al caerse desde una altura de unos cuatro metros cuando trabajaba en una nave próxima al recinto ferial de esta población guadalajareña. La víctima, cuyas iniciales son J.C.R.P., de 42 años y de nacionalidad española, sufrió el accidente pasado el mediodía, cuando estaba ayudando a un compañero a subir unos sacos de mortero.
Para hoy viernes los sindicatos UGT y CCOO convocarán una concentración, como hacen cada vez que un trabajador muere en accidente laboral, para denunciar la alta tasa de siniestralidad y la precariedad laboral en la región.
En la localidad granadina de Víznar, falleció un obrero de 40 años, natural de un pueblo de Córdoba, al caer en una zanja en la que se encontraba trabajando y quedar sepultado. El suceso ocurrió, por causas que se desconocen, sobre las 16.00 horas a la entrada de la referida localidad, a la altura de la Urbanización San Miguel.
En el municipio madrileño de Getafe, murió un trabajador de 45 años, al quedar atrapado y ser aplastado por una máquina prensadora de plástico que estaba manipulando. El accidente se produjo en una nave dedicada a la fabricación de contenedores de plástico situada en el número 3 de la calle Torneros, en el polígono de Los Ángeles.
El cuerpo sin vida del operario fue rescatado del interior de la prensadora por bomberos de la Comunidad de Madrid, mientras que los médicos de una UVI del servicio de urgencia médica regional (Summa) sólo pudieron confirmar su muerte.
En Algeciras (Cádiz), falleció un hombre de 35 años, al ser aplastado por una máquina que se descolgó cuando era transportada una grúa. El accidente sucedió a las 17.50 horas mientras el hombre, natural de Reinosa (Cantabria), trabajaba en la calle Ubrique, de la Barriada Piñera.
En el municipio alicantino de San Vicente del Raspeig, falleció un trabajador de 38 años, al ser atropellado por un vehículo en el interior de una fábrica de cementos. El accidente laboral se produjo poco antes de las 16.45 horas y hasta el lugar del siniestro se desplazó una ambulancia del Servicio de Atención Médica Urgente (SAMU), que no pudo hacer nada para salvar la vida del accidentado.
Denuncia de la CGT
Para el sindicato CGT el pasado 4 de septiembre fue un «martes negro» por la muerte de 6 trabajadores, 3 de ellos en Andalucía, confirmando las estadísticas de accidentes laborales que sitúan al Estado Español, y a la comunidad andaluza en particular, a la cabeza de la siniestralidad en la UE.
La organización sindical no dudó en calificar de «terrorismo patronal» esta situación ya que a pesar del constante aumento de las muertes no se hace «absolutamente nada» para evitarlas.
Según informó CGT de Andalucía, el año pasado 1.338 trabajadores y trabajadoras perdieron la vida en el trabajo y este año todo apunta a que se batirá de nuevo este triste record sin que empresarios ni administraciones asuman ningún tipo de responsabilidad.
Por tanto, no puede argumentarse excusa alguna ya que existen medidas eficaces para atajar las muertes si realmente se considerara a estas como una auténtica «catástrofe nacional».
La puesta en marcha y efectiva aplicación de severas medidas de seguridad, un control efectivo de la Inspección de Trabajo y un sistema de sanciones que eviten la impunidad de los empresarios salvarían cientos de vidas, que CGT consideró igual de importantes que las de las víctimas de otros tipos de terrorismo.
Para el sindicato lo primero y más importante sería establecer unas sanciones ejemplarizantes a los empresarios que incumplan las normas de seguridad evitando que, como pasa ahora, sea más rentable asumir las multas que aplicar los sistemas de seguridad obligatorios.
El martes hubo 6 muertos, y seis familias quedaron destrozadas por anteponer los intereses económicos a la vida de las personas. Para CGT la subcontratación, la precariedad y el incumplimiento de las normas son «causa directa» de estas muertes.