Los ocho mineros que permanecen encerrados desde ayer en una explotación de Santa Cruz del Sil (León) aseguran que saldrán «con los pies por delante» si no se soluciona la situación del sector por el recorte del 63% de las ayudas al carbón que recoge el presupuesto del Estado. Los trabajadores han comentado hoy con […]
Los ocho mineros que permanecen encerrados desde ayer en una explotación de Santa Cruz del Sil (León) aseguran que saldrán «con los pies por delante» si no se soluciona la situación del sector por el recorte del 63% de las ayudas al carbón que recoge el presupuesto del Estado.
Los trabajadores han comentado hoy con un grupo de periodistas que ha podido acceder al interior del pozo que el ministro de Industria, José Manuel Soria, debe ser consciente de que, con la reducción en las ayudas, llevará en su espalda «no solo la muerte de la minería, sino a mineros muertos con él».
«Va a cargar toda la vida con muertes de mineros porque nosotros hasta que no esté todo firmado de aquí no nos movemos. Sea como sea, con los pies por delante», declara uno de ellos, Primitivo Basalo.
Primeras 24 horas de encierro
A tres kilómetros de la bocamina, los ocho mineros, que ya han cumplido las primeras veinticuatro horas de encierro, han hecho de un espacio de unos 3 metros de alto, 4,5 de ancho y 10 de largo su hogar, pero también su lugar de batalla, a tres kilómetros del exterior.
Sobre la mesa, cartas, pasatiempos, galletas, vasos fabricados con latas de refrescos y muchos chicles, con los que calman las ansias, especialmente, los fumadores, apuntan.
Al fondo, un pequeño altillo hecho con tablones los aleja del suelo húmedo durante la noche.
Los sacos de dormir permanecen colgados de cuerdas, mientras que el interfono es su único lazo de comunicación con el exterior, donde sus familiares aguardan el final del encierro. Los mineros reconocen que la primera noche no han dormido mucho como consecuencia de la humedad, el calor y la «brisa», pero también porque el pensamiento está fuera, con sus esposas e hijos.
Guardia a pie de la mina
«Tienes momentos de risa, otros en los que te pones a pensar y se te vienen las imágenes de tu mujer y tus hijos y se te baja el mundo», relata Primitivo Basalo, cuya esposa hace guardia a pie de la mina. También esta fuera su padre, José Basalo, minero jubilado, que hoy le ha enviado unos refrescos y algo de comer.
Los compañeros de los encerrados (la explotación cuenta con 160 trabajadores) han establecido tres turnos en los que permanecen de guardia por si ocurre algo y los abastecen de comida. Todos ellos se muestran firmes en su decisión de no abandonar el pozo hasta que el Gobierno asegure un futuro para el carbón, por eso insisten en que no piden dinero, sino «el puesto de trabajo».
Aunque entienden que no son tiempos fáciles, reprochan al Gobierno de Mariano Rajoy que para Bankia «sí haya dinero».
«Que el ministro pase una noche aquí con nosotros y después reflexione si es mejor darle el dinero a Bankia o apostar por el empleo de muchas familias», afirma José Antonio Pérez, casado y con dos hijos. La clase política, recalcan, solo defiende al sector en campaña electoral, por eso es hora de que los políticos demuestren su apuesta por la minería.
Convocadas cuatro jornadas de huelga
La negativa del Ministerio de Industria a modificar el ajuste incluido en los Presupuestos Generales del Estado ha provocado, además, la convocatoria por parte de CCOO y UGT de cuatro jornadas de huelga en las cuencas previstas para mañana, el jueves y los próximos días 30 y 31.