Quieren hacerlo, pero simplemente creen que tú no quieres hablar del tema. Hablamos sobre ello con Margaret Orr, autora principal de un estudio que invita a romper el «silencio climático» e iniciar conversaciones en torno al cambio climático.
En estos tiempos de tanta división, parece que todo el mundo está listo para iniciar una discusión a la mínima provocación, especialmente sobre temas que se han vuelto tan políticamente polarizantes como el cambio climático.
¿Pero es esto cierto? ¿Realmente están condenadas desde el inicio las conversaciones sobre el cambio climático? Resulta que no, pero simplemente creemos que sí, y por eso evitamos tener estas conversaciones desde el principio.
La realidad es la siguiente: según múltiples encuestas y estudios científicos, entre el 80 y el 89% de las personas quieren que los gobiernos del mundo tomen medidas más contundentes contra el cambio climático. Al mismo tiempo, quienes desean esas acciones no se dan cuenta de que están en la mayoría, porque no se habla lo suficiente del tema, especialmente en los medios de comunicación.
Un nuevo estudio, publicado el 17 de abril en PLOS Climate, descubrió que esta falta de cobertura mediática contribuye a un bucle de retroalimentación negativo que perpetúa lo que han llamado «silencio climático«.
Y no se trata solo de los medios: el estudio encontró que las “normas sociales percibidas” –específicamente, la percepción errónea de que otros miembros de la sociedad rechazan la ciencia climática– son el principal factor que influye en si hablamos o no del cambio climático.
Las conclusiones son claras: la gente no escucha a otras personas hablando del cambio climático, por lo que tampoco habla del tema. Y esa incapacidad o falta de voluntad para hablar de un problema tan abrumador ralentiza o detiene el progreso climático tanto a nivel individual como social.
Pero podemos romper este ciclo. El estudio sugiere varias maneras de romper ese silencio climático: explicar por qué te preocupa el cambio climático o cómo te afecta a ti o a algo que valoras; comunicar que la mayoría de las personas están preocupadas por el cambio climático; compartir artículos de noticias; e incluso incluir mensajes sobre el clima en el entretenimiento público.
La meteoróloga Margaret Orr, de la Universidad George Mason, es la autora principal de dicho estudio. La entrevistamos para hablar sobre el “silencio climático”, sus implicaciones reales, el papel de los medios y lo que todos podemos hacer al respecto. Este es el resultado de las conversaciones por teléfono y correo electrónico.
¿Por qué realizaron este estudio? ¿Había observado ese silencio en la práctica o intentos de romperlo? ¿Quería cuantificarlo? (Veo también que ha investigado la desinformación; ¿está relacionado?)
Este estudio surgió como un proyecto para una clase de Comunicación Interpersonal en la Universidad George Mason. Sabíamos, por investigaciones anteriores, comentarios de científicos y activistas climáticos, y nuestras propias experiencias, que muy pocas personas hablan del cambio climático a pesar de que se considera una de las acciones climáticas más importantes. Debido a nuestro interés en usar la investigación para impulsar acciones concretas contra el cambio climático, queríamos investigar formas de fomentar conversaciones climáticas entre el público.
En resumen, queríamos identificar barreras a la conversación climática para poder empezar a derribarlas. Esta investigación no fue impulsada directamente por mi interés en la desinformación, pero está relacionada tangencialmente, ya que algunas de estas conversaciones pueden ser clave para generar confianza y desacreditar la desinformación.
¿Cuáles son los costos de ese silencio? ¿la falta de acción política o social? ¿Permitir la propagación de la desinformación? ¿O también hay un impacto a nivel individual, al debilitar la creencia de que podemos marcar la diferencia?
¡Todo lo anterior! En el estudio hablamos sobre la teoría de la espiral del silencio, que es un ciclo autoreforzado. Si nadie habla del cambio climático, la gente se vuelve menos propensa a hablar del tema porque se percibe como tabú. Cuanto menos se habla del cambio climático, menos se considera un problema, lo que lleva a menos acción, porque la gente no se preocupa o no sabe qué hacer.
¿Le ha cambiado en algo la forma en que habla del cambio climático haber hecho este estudio?
Me ha hecho más consciente de lo importante que es hablar del cambio climático, especialmente siendo alguien con un título en ciencias atmosféricas y con ciertos conocimientos en ciencia climática. Como dijo mi heroína Rachel Carson: “Sabiendo lo que sé, no tendría paz si guardara silencio”.
El estudio también me ha ayudado a enfocarme en hablar sobre los temas que descubrimos que están correlacionados con más conversaciones climáticas. Resalto el consenso científico, el hecho de que la mayoría de los estadounidenses apoyan acciones climáticas y cómo el estilo de vida de las personas puede estar en riesgo debido al cambio climático.
¿Qué responsabilidad cree que tienen nuestros líderes comunitarios de hablar sobre esto? Un estudio reciente encontró que el 90% de los líderes religiosos cristianos creen que los humanos están causando el cambio climático, pero no lo mencionan en el púlpito.
Creo que puede ser difícil cuando se espera rechazo, y eso es parte del origen de nuestro estudio (que la gente espera rechazo al hablar del cambio climático).
Si hay interés, en lugar de decir “me voy a poner aquí y hablarle a la congregación sobre esto”, puede tratarse más de plantar semillas y dejar que crezcan desde la base, cosas así.
Otros líderes comunitarios pueden hacer algo similar. Plantar esas semillas en la comunidad y luego llevarlo al alcalde del pueblo, por ejemplo. En lugar de llegar con un martillo diciendo “cambio climático”, dejar que surja desde abajo.
Mencionaba que la gente teme recibir rechazo si saca el tema del cambio climático, y que ya anticipamos discordia política y distancia en nuestras conversaciones. ¿Podríamos empezar con algo como “oye, ahorré energía haciendo esto”, algo simple que rompa la barrera?
Sí, algo simple y personal. Conectarlo con un valor compartido y personal es muy eficaz.
El panorama de las redes sociales ha cambiado mucho en los últimos años, especialmente en cuanto a enlaces de noticias, que muchas plataformas suprimen. ¿Sigue viendo las redes como una forma efectiva de romper ese silencio?
Las redes sociales pueden ser útiles para conversaciones interpersonales, pero esas conversaciones pueden ser agotadoras y sentir que no llevan a nada.
Aquí mi respuesta viene más desde mi investigación sobre desinformación que desde este estudio en sí. Cuando uses redes sociales, piensa en los “observadores silenciosos”. Oímos a personas con opiniones muy marcadas en uno u otro extremo, pero no a quienes tienen opiniones más moderadas o están indecisos. Ellos podrían estar leyendo los comentarios, y tu esfuerzo por difundir la verdad sobre el cambio climático puede llegarles sin que lo sepas. Hoy en día, las redes pueden ser más efectivas como plataforma para compartir historias y experiencias personales que para compartir enlaces de noticias.
Menciona el entretenimiento como herramienta de comunicación eficaz. ¿Ha visto ejemplos efectivos recientemente?
Lo primero que me viene a la mente es el programa Top Chef. No puedo citar una temporada o episodio específico, porque suelo poner temporadas antiguas de fondo mientras trabajo y a veces se me mezclan, pero ha habido ocasiones en las que los chefs mencionaron cómo el cambio climático afecta la disponibilidad de ingredientes característicos de una región, como el mariscos, por ejemplo. Pequeñas pinceladas de cambio climático como esas me impresionan, porque conectan con cosas que le importan a la audiencia.
Parece que muchos textos que no son específicamente ambientales mencionan el clima o el medio ambiente, y eso parece una buena forma de iniciar conversaciones.
Es como pillar a la gente desprevenida, no estaban pensando en el cambio climático, pero ahora sí. Creo que es una oportunidad única para abrir ese diálogo a través de algo que a la gente le importa.
Una de las cosas que me encanta hacer —y creo que se lo escuché por primera vez a Katharine Hayhoe— es conectar con la gente en lo que valora. Si a alguien le interesa la cocina, eso es algo que valora, así que podemos conectar por ahí en lugar de empezar directamente con el cambio climático. Empiezas por ese terreno común.
Desde el otro lado, ¿hay alguna forma de hacer esto más activo? ¿Podemos involucrar más directamente a la gente? Algo como: “¿Has notado que estas plantas ya están floreciendo en esta época?”, ¿podemos empujar un poco más estas conversaciones?
Desde luego. Lo he visto en conversaciones que he mantenido: ya sabes, los azafranes salen en febrero, cosas así, esas experiencias compartidas y experiencias personales.
¿Cómo espera que la gente reaccione a este estudio o actúe a partir de lo que habéis presentado?
Esperamos que las personas que están en posiciones de comunicación —ya sean periodistas, meteorólogos de televisión o líderes comunitarios— puedan tomar los temas que identificamos, iniciar una conversación y pensar en cómo pueden comunicar usando esos temas.
¿Qué otros consejos daría a los medios de comunicación en el contexto de The 89 Percent Project?
Diría que es importante que los periodistas se conecten con historias y comunidades locales. “Muchos estadounidenses quieren acción climática” está bien; “Muchos habitantes de tu estado/ciudad/comunidad quieren acción climática” es aún mejor.
También ayuda enfocarse en la acción. Resalta ejemplos de acciones que ya funcionan y son fáciles de adoptar. Se me ocurren cosas como iniciativas locales de compostaje, maneras sencillas de ahorrar energía, o programas locales de incentivos para paneles solares. En nuestro estudio también encontramos que una mayor cobertura del cambio climático aumenta las conversaciones, así que simplemente publicando historias climáticas, el proyecto ayudará a romper silencios.
También descubrimos que las normas –o las percepciones de lo que piensan o hacen los demás– son clave para fomentar conversaciones. Así que destacar a estas mayorías también será de gran ayuda.
Este artículo de John R. Platt fue publicado originalmente en ‘The Revelator’ y forma parte de The 89 Percent Project, una iniciativa de la colaboración periodística global Covering Climate Now, de la que Climática forma parte.
Fuente: https://climatica.coop/amigos-vecinos-hablar-cambio-climatico-margaret-orr/