Han pasado casi cuatro años desde la convocatoria de Jaque a la monarquía, una movilización que se sumó a las celebradas pocas semanas antes y en las que la violencia policial fue protagonista. Boro, periodista de La Haine, fue una de las personas detenidas durante esta manifestación. El próximo 16 de abril será juzgado por […]
Han pasado casi cuatro años desde la convocatoria de Jaque a la monarquía, una movilización que se sumó a las celebradas pocas semanas antes y en las que la violencia policial fue protagonista. Boro, periodista de La Haine, fue una de las personas detenidas durante esta manifestación. El próximo 16 de abril será juzgado por supuestos delitos de lesiones y atentado a la autoridad, un juicio que viene después de la condena a un año y seis meses en el marco de una de las operaciones Araña.
Vamos a echar la vista atrás cuatro años: ¿qué pasó en la convocatoria de Jaque a la Monarquía?
Fue una semana después de las Marchas de la Dignidad. Fue una semana muy movida en Madrid, con muchas movilizaciones y con las cargas del día 22 aún recientes. El día 29 nos juntamos para hacer la cobertura de esta manifestación. Entre la prensa que fue se veían las caras habituales que llevábamos viendo toda la semana. Desde el primer momento vimos que no iban a dejar que la manifestación saliera, habían establecido un cordón policial y estaban de muy malas maneras con los manifestantes, pero también con la prensa .
Se desconvocó la manifestación y la gente fue marchándose de ahí, pero la policía fue empujándoles y persiguiéndoles por todo el Paseo del Prado. También a los periodistas, como apareció en las imágenes. Cuando llegamos a Atocha, mi compañera y yo vimos una de estas escenas, saqué la cámara y me acerqué a hacer unas fotos. Los agentes comenzaron a empujarnos en el momento en el que nos estábamos yendo. Cuando me di cuenta de que seguían zarandeando y empujando a mi compañera me di la vuelta con los brazos en alto. Según me acercaba otro policía fue a por mi, me empujó y luego otro salió corriendo detrás mía -porque salí corriendo para evitar que me pegaran- y fue cuando vinieron los otros periodistas, a los que apalearon según llegaban . Ya después les echaron de ahí y a mí me llevaron detenido y grité que era periodista y que era una detención ilegal.
Sobre este tema hubo, por una parte, la denuncia de la policía contra mi y la denuncia de los periodistas contra la policía. De esta última el juicio fue el 25 de febrero y salió la sentencia hace unas semanas. La sentencia dice que no pueden condenar al único policía acusado porque ha prescrito, ¿y por qué dice esto? Intentaron archivar el caso varias veces, pero cada intento de archivo tuvo su correspondiente recurso y, el caso del último recurso que hubo, lo que la ley dice es que el abogado tiene seis meses para responder a un recurso, y lo que hicieron fue el juzgado tardar seis meses en mandárselo a la Audiencia Provincial, y la Audiencia tardó otros ocho meses en responder. Está bien, por un lado, porque la sentencia reconoce que sí hubo agresión, pero claro, dice que no les puede condenar porque ha prescrito.
Entonces esta sentencia, que sí que reconoce la agresión policial, sí podría servirte en este juicio.
Eso es. Esta sentencia por lo menos sí que prueba que hubo una agresión a la prensa, y yo también estaba ahí cubriendo como prensa.
De cara al 16 de abril, tú tienes por una parte las imágenes que muestran cómo la policía te agredió y esta sentencia. ¿Qué pruebas tienen ellos contra ti?
Su única palabra, como en la mayoría de montajes policiales. Uno de ellos dice que yo le pegué en la cara y el otro que le pegué una patada en la rodilla. En ninguna de las grabaciones se ve esto, y las hay desde varios ángulos. Me piden seis años de cárcel y 6.200 euros de indemnización porque, uno de ellos, aparte de cogerse un mes de baja, quiere 5.000 euros de indemnización y el otro 1.200, que se cogió ocho días de baja. Se quieren pagar las vacaciones a mi costa, está claro.
¿Cómo te sientes de cara al juicio?
Yo estoy animado. He recibido muchísimo apoyo de un montón de personas, colectivos, organizaciones. Ha sido un chorreo constante de mensajes de apoyo. Pusimos una cuenta solidaria y ha servido bastante para hacer frente a la sangría económica que suponen estos dos casos, y aún queda mucho más porque si hace falta llegaremos hasta Europa. Estoy bastante contento y animado.
Una cosa positiva que sí ha tenido este proceso ha sido esa ronda de charlas que ido dando por distintos sitios del Estado, en las que he visto toda esa red estatal de medios críticos, de gente que lucha contra la represión, y que ha servido para crear sinergias, conocernos y empezar a trabajar conjuntamente.
Este juicio viene después del que tuviste por enaltecimiento en el marco de una de las operaciones Araña, del que ya hay sentencia.
El juicio fue el 30 de noviembre, y en él quedó bastante claro que este tipo de procesos no buscan probar lo que tú has escrito, si es enaltecimiento o deja de serlo, sino a probar tu ideología política. Probar que eres, comunista, independentista, anarquista… El 19 de enero recibí la condena. De año y ocho meses que me pedían, más inhabilitación, lo han dejado en año y seis meses de cárcel. Sobre la sentencia, se pasan por el forro varias sentencias del Tribunal de Estrasburgo. Estoy ahora recurriéndolo al Tribunal Supremo y, si hay que llegar a Europa, llegaremos.
¿Crees que esta sentencia pueda afectar al juicio que tienes el próximo 16 de abril?
Yo creo que todavía no serán antecedentes firmes, porque ha tardado bastante en llevarse a juicio mi caso de operación Araña y ese es un revés que igual no esperaban. No sé muy bien cómo funcionan las cosas a ese nivel en los juzgados y en la Audiencia Nacional, pero sí es verdad que mi caso de la operación Araña ha tardado tres años en juzgarse cuando hay otra gente que en menos de un año ha pasado. A lo mejor, por ese lado, puede ir bien, pero, como siempre hemos dicho en La Haine, pensamos que era uno de sus objetivos, el meterme en la operación Araña al igual que muchos compañeros que también tienen causas por otros motivos, como el caso de Alfredo [Remírez].
También decías que los medios de comunicación te han dado la espalda.
En los medios de comunicación mayoritarios ha sido bastante descarado el veto que han hecho. Por ejemplo, Las Mañanas de Cuatro me llamaron dos veces para entrevistarme en el programa y a última hora se echaron para atrás. Me decían que no tenían medios para mandar una unidad móvil a Pamplona y ya la segunda vez les respondí que no había problema, que yo podía ir al estudio en Madrid y la chica se quedó que no sabía ni qué decir, la pillé totalmente. Y no han sido los únicos. Otras teles me han hecho entrevistas y no las han sacado o algunos que habían quedado en llamarme para entrevistarme y nunca más se supo de ellos… Todo lo que son los medios mayoritarios así. En cambio, mi caso ha salido en todos los medios alternativos, críticos o independientes.
¿Cómo han influido estos casos judiciales en La Haine? ¿ha tenido que ver tu labor como periodista en este medio para que hayas sufrido esta persecución?
No tengo claro si ellos ya tenían detectado de antes quién era yo, si escribía en La Haine, o fue después, pero lo que sí que tengo claro es que, una vez que lo han sabido, me metieron en el otro juicio. Para La Haine esto ha supuesto una sangría económica, porque somos un medio muy pequeño con muy pocos recursos, y la mayoría del dinero lo destinamos al pago del servidor y a gastos fijos. Este tema nos ha supuesto multiplicar nuestro presupuesto por diez o por quince.
A nivel de trabajo, por un lado muy bien porque hemos recibido mucho apoyo de mucha gente, pero luego también te imposibilita de hacer todo lo que podrías hacer si estuvieras en una situación normal. Todos los recursos van a que yo no vaya preso. Han sido cuatro años duros en este sentido, sobre todo los últimos porque, además, se han juntado muchas coyunturas en el Estado español además de los dos juicios. Han sido unos seis meses muy, muy intensos. Ahora estamos ya al final del camino y a ver lo que pasa después del juicio y si podemos seguir informando en libertad.
¿Cómo te sientes ante la posibilidad de ir a la cárcel?
Pues es duro, pero tengo claro que, si me meten en la cárcel, lo primero va a ser por algo que no he hecho, porque yo no he agredido a nadie. Y lo segundo, que será por mis ideas políticas, así que iré con la cabeza bien alta, como tantos compañeros que también están presos por distintos montajes policiales. Hay que tener claro que estás ahí porque eres una persona que luchas y que cree en la justicia.