Queridos amigos de Cuba: Siempre es muy emocionante volver a Harlem. Son muchos los acontecimientos que nos acercan a este lugar. Es muy reconfortante vernos todos aquí hoy reunidos, cubanos y norteamericanos, recordando eventos que ocurrieron hace varias décadas pero que por su repercusión han marcado profundamente a varias generaciones. Quisiera agradecer a todos los […]
Queridos amigos de Cuba:
Siempre es muy emocionante volver a Harlem. Son muchos los acontecimientos que nos acercan a este lugar. Es muy reconfortante vernos todos aquí hoy reunidos, cubanos y norteamericanos, recordando eventos que ocurrieron hace varias décadas pero que por su repercusión han marcado profundamente a varias generaciones.
Quisiera agradecer a todos los amigos de las organizaciones de solidaridad con Cuba por haber tenido la iniciativa de convocar este evento para rememorar el encuentro de los líderes históricos Malcolm X y Fidel Castro, un día como hoy, hace 50 años. En particular, deseo reconocer a la amiga Rosemari Mealy y a todos los miembros del Comité para la Conmemoración del 50 aniversario del encuentro de Malcolm X con Fidel.
Estuve revisando algunas notas y crónicas de los hechos ocurridos aquí mismo, alrededor de la fecha del 19 de septiembre de 1960. En aquel entonces sucedieron acontecimientos muy marcados por la «guerra fría». En la agenda de la Asamblea General de las Naciones Unidas se insertaron temas que hoy no parecen tan lejanos: el desarme, la independencia de Argelia, la admisión de nuevos miembros, la reforma agraria -propuesta por la joven Revolución Cubana-, la suspensión de los ensayos nucleares y termonucleares, los conflictos raciales en África del Sur y la cuestión de Corea, entre otros.
Al líder de la Revolución Cubana, Comandante en Jefe Fidel Castro y su delegación, que entonces realizaban su primer viaje a la ONU, le aplicaron medidas para restringir su movimiento y acceso. Su expulsión del Hotel Sherbourn y las sucesivas negativas de las gerencias de los hoteles en Nueva York para alojar a la delegación cubana revelaron los extremos a los que llegaron la campaña y las presiones del Gobierno de EE.UU. contra la naciente Revolución cubana. No pocos se atrevieron, incluso en la prensa, a criticar aquellos actos irracionales; muchos enviaron notas e hicieron cartas.
Pero, los testimonios de la época reflejan que nada pudo compararse con la emoción, el entusiasmo y la reacción espontánea de bienvenida de los simpatizantes de la Revolución cubana en Nueva York, de las personas más progresistas, de los cubanos residentes, que se movilizaron para recibir a la delegación de Cuba. También estuvieron los dominicanos antitrujillistas, los puertorriqueños y los nuevos amigos de la Cuba sin Batista.
En medio de aquel ambiente oficial de hostilidad, trascendió, para pasar a la historia, la solidaridad de la comunidad afronorteamericana, que bajo el liderazgo de Malcolm X, acogió con sincera amistad y hospitalidad a la delegación de Cuba en el Hotel Theresa del barrio de Harlem. Aquí se produjo, entonces, el histórico encuentro entre Malcolm X y Fidel, que devino una genuina expresión de solidaridad política del pueblo afronorteamericano con el pueblo cubano.
La cálida y popular bienvenida ofrecida por el pueblo de Harlem y las autoridades del Hotel marcó para siempre el desarrollo de los vínculos de los revolucionarios cubanos y los progresistas afronorteamericanos.
La reunión entre ambos líderes en Harlem simbolizó también una etapa posterior al fin de los movimientos de descolonización por el Tercer Mundo y de las luchas por los derechos civiles de la población afroamericana.
Después de reunirse con Fidel en su habitación, Malcom X declaró a la prensa de Nueva York: «El primer ministro Castro se ha pronunciado contra los linchamientos, que es más que lo que ha hecho el presidente Eisenhower (…) Castro también ha adoptado una posición más abierta a favor de los derechos civiles de los cubanos negros».
Con posterioridad, en un discurso en Detroit, en noviembre de 1963, declaró sobre la Revolución cubana: «Eso sí es una revolución: Derrocaron el sistema».
En un mensaje enviado el 24 de mayo de 1990, a los afronorteamericanos, otras minorías y sectores solidarios con Cuba, en la reunión con la delegación de EE.UU. que asistió al Simposio «Habla Malcom X en los 90´s», Fidel recordó aquel encuentro y refirió:
«Siempre recuerdo cuando me reuní con Malcom X en el Hotel Theresa, porque fue quien nos dio apoyo e hizo posible que nos alojáramos allí. Teníamos dos opciones: una era el patio de Naciones Unidas; cuando dije esto al Secretario General quedó asustado de pensar que la delegación acamparía allí; y luego recibimos la oferta de Malcom X, él había hablado con uno de nuestros compañeros y yo expresé: Ese es el lugar, Hotel Theresa. Y allí fuimos, así que tengo recuerdos personales de él.»
Y añadió: «Quisiera decir que siempre hemos estado en solidaridad con la lucha de los negros, las minorías y todos los pobres en EE.UU., siempre hemos estado en solidaridad con ellos y ellos siempre has sido solidarios con nosotros.»
«Podría decir que deberíamos luchar para derrotar las campañas, las intrigas, las mentiras y todo eso que intenta separarnos. Creo que en este momento necesitamos de esta amistad más que nunca, y necesitamos su solidaridad más que nunca, la agradecemos mucho porque entiendo que uno tiene que ser muy valiente en EE.UU. para organizar una marcha a favor de Cuba».
Estas palabras conservan plena actualidad. Las campañas y la hostilidad contra la Revolución cubana continúan. El bloqueo se mantiene intacto y se aplica con todo rigor. Sigue el doble rasero en el enfrentamiento del terrorismo, ejemplo de lo cual son hoy los Cinco cubanos luchadores antiterroristas que permanecen injustamente encarcelados en Estados Unidos, mientras continúan en libertad Posada Carriles y otros responsables de actos terroristas contra Cuba. Por ello, al igual que hace 50 años, es vital el papel de las organizaciones de solidaridad en apoyo a la Revolución cubana.
Desde el lugar que entonces fuera el Hotel Theresa, Fidel preparó su histórica intervención en la Asamblea General de la ONU, inspirado no sólo en la justeza de la causa apoyada por los millones de cubanos en la Isla, sino en las luchas por los derechos civiles aquí en EE.UU. y por el cercano calor que emanaba de las consignas de los manifestantes que se mantuvieron varios días a las puertas del para siempre histórico edificio.
Fidel habló en la ONU un 26 de septiembre en la tarde y son muchas las frases que todavía se recuerdan de aquel discurso.
Algunas guardan plena vigencia hoy, como aquella: «Desaparezca la filosofía del despojo y desaparecerá la filosofía de la guerra».
Hoy, esa misma voz firme de nuestro líder histórico, encabeza el llamado internacional a la paz y la alerta sobre los peligros que podría acarrear al mundo una agresión militar contra Irán que provoque una nueva guerra nuclear.
Un día como hoy, no podíamos dejar de rendir tributo a un amigo entrañable de la Revolución y del pueblo cubano, el querido Reverendo Lucius Walker, quien sigue presente entre nosotros como símbolo imperecedero de la amistad, la solidaridad, la lucha contra el cruel bloqueo a Cuba, y a favor de la libertad de los Cinco, la paz y la justicia en todo el mundo. Ante el dolor por el vacío irreparable que nos ha dejado, nuestro mejor homenaje no puede ser otro que continuar la lucha inspirados en su ejemplo.
El pueblo de Cuba sigue adelante, enfrascado en defender cada vez más el socialismo, sin olvidarnos de nuestra deuda con los pueblos que han sido solidarios con el nuestro, como lo demuestran las decenas de miles de colaboradores que hoy sirven en más de 70 países del mundo, incluyendo Haití, donde cubanos y norteamericanos solidarios, algunos presentes en este acto, hemos aunado esfuerzos en apoyo a ese hermano país.
Gracias a todos por estar aquí hoy, gracias por tantos años de solidaridad con mi pueblo, gracias al amigo Lucius que aunque no pudo acompañarnos físicamente como siempre hacía, hoy está mas presente que nunca
¡Viva la paz!
¡Viva la amistad entre los pueblos de Cuba y EE.UU.!
¡Viva la solidaridad!
¡Viva Malcolm!
¡Viva Fidel!
¡Viva Raúl!
Hasta la victoria siempre
(Discurso del Canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla en la conmemoración del 50 aniversario del encuentro entre Malcolm X y el Comandante en Jefe, celebrada en Harlem en la noche del 19 de septiembre de 2010)
Fuente: http://www.cubadebate.cu/opinion/2010/09/20/siempre-es-muy-emocionante-volver-a-harlem/
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