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Siempre nos quedará darle al manubrio

Fuentes: Rebelión

«This is the end, my only friend, the end….» The Doors Nos dijeron que la Historia había acabado; que desaparecían las fronteras; que el mundo sería uno; que todos los pueblos, razas y culturas vivirían en paz y armonía, beneficiándose mutua y libremente de su diversidad; que desaparecía la guerra, el odio, el dolor, el […]

«This is the end, my only friend, the end….»

The Doors

Nos dijeron que la Historia había acabado; que desaparecían las fronteras; que el mundo sería uno; que todos los pueblos, razas y culturas vivirían en paz y armonía, beneficiándose mutua y libremente de su diversidad; que desaparecía la guerra, el odio, el dolor, el hambre y la miseria.

Incluso la escasez y la austeridad eran también un borroso recuerdo de aquel oscuro pasado en que existía la lucha de clases, pues los lujos eran hoy objetos de consumo al alcance de todos.

El futuro: luminoso, plácido, próspero; una sencilla consolidación a más y mejor. En verdad que nos encontrábamos a las puertas de una Arcadia de diseño.

Pero, por lo visto, los planes no salieron del todo bien.

Hoy, cada vez son más las personas y los pueblos que se empeñan en mantener vivas su identidad, la Historia y la lucha de clases.

Mientras, el capitalismo-sin-capital -esa abstracción quasiteológica que es la economía financiera- se derrumba por obra y gracia de sí mismo, amenazando con arrastrar en su caída tantos logros y sueños de paz, amor y mercado universales.

…Pero, en medio de este desolador panorama de incertidumbre, encuentro hoy una noticia que me llena el alma de alegría, de plenitud, haciéndome incluso albergar una modesta esperanza:

Lanzan al mercado -imagino que en un último, desesperado y heroico intento por mantener encendida la llama de la Libertad-, un joystick para jugar en condiciones, como Dios manda, a los videojuegos que nos descarguemos en el teléfono celular.

No todo está perdido.