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Sigue muerto Franco ¿Se renecarnaría en Bush?

Fuentes: La Jiribilla

Francisco Franco sigue muerto. El 19 de noviembre el Generalísimo cumplió treinta años de permanecer bajo diez cuartas de tierra en el Valle de los Caídos. No ha salido. Una minoría de españoles, leales y recalcitrantes, aún lo añoran. De vez en cuando murmuran nostálgicamente la inconclusa amenaza «¡Ya veréis! Cuando vuelva Franco las cosas […]

Francisco Franco sigue muerto. El 19 de noviembre el Generalísimo cumplió treinta años de permanecer bajo diez cuartas de tierra en el Valle de los Caídos. No ha salido. Una minoría de españoles, leales y recalcitrantes, aún lo añoran. De vez en cuando murmuran nostálgicamente la inconclusa amenaza «¡Ya veréis! Cuando vuelva Franco las cosas van a …»

A veces suenan como el Secretario de Defensa Donald Rumsfeld en defensa del Presidente George W. Bush quien al igual que Franco desluce el rango de Comandante en Jefe del ejército. «Pese a quien pese, Franco cabalga en la memoria española. Somos ya minorías los que nos atrevemos a defenderlo, pero estamos dispuestos hasta el último momento de nuestra vida a ser leales,» escribió enfurecido el ex ministro franquista José Utrera al darse cuenta de la discreta retirada de otra estatua del dictador en el centro de Madrid. En lo de «minorías» Utrera es igualito a Rumsfeld defendiendo a Bush.

Por suerte, para la mayoría de los españoles y para la civilización en general, Franco sigue más tieso que el caballo de la estatua. Para Utrera, para el ex Primer Ministro José María Aznar y para una reducida lista de fascistas hay una alternativa. Emprender romería a Washington. Lo descubrió Aznar en sus religiosas retretas a la Casa Blanca. Ahí se postrarían ante Bush, copia actualizada del tirano español. 

No es remoto que Franco se haya reencarnado en el ocupante de la Casa Blanca. Por lo general, según los creyentes, la reencarnación no se considera algo bueno. La consideran algo malo. Algo así como un castigo para malvados. De ser cierto, le cae como anillo al dedo a la manifestación del ex dictador de España en la personita de Bush. Ambos comparten pretensiones hitlerianas y complejos napoleónicos, ambos se obsesionaron tanto con el poder absoluto que dispusieron exterminar a medio mundo para alcanzar sus metas, ambos comparten extremo fundamentalismo cristiano y reclaman que su diálogo directo con Dios les autoriza a exterminar a gente inocente para salvarlos de los infieles. Ambos recurrieron a indiscriminados bombardeos y ambos son incapaces expresarse lógicamente o de manifestar compasión humana.

Irónicamente Bush y Franco comparten también el dogma cristiano contra la reencarnación. Pero ambos tiranos son tan idénticamente prepotentes que de no haberse metamorfoseado serían hermanos siameses. Pegados al ombligo. Uno es la continuación del otro. De ahí que no debe descartarse la teoría. Digo teoría porque aún no se ha comprobado científicamente y en nuestra época de investigaciones científicas cuestionamos todo aquello que no salta a la vista en blanco y negro.

Sin embargo mucho antes del fanático cristianismo de Bush y Franco, las religiones milenarias creían en una u otra forma de la reencarnación. El concepto era  fundamental al espiritualismo de algunas sectas del islamismo, del hinduismo, del brahamanismo, del confusionismo, del budismo, del chamanismo y del zoroastrismo. Las religiones indígenas de América así como las de África también creían en la reencarnación. 

Las religiones judeocristianas, que desafortunadamente cuentan entre sus miembros a Franco y Bush, abandonaron el concepto. No siempre fue así. Tampoco fue siempre algo malo. Al contrario en ocasiones fue muy bueno. Según las enseñanzas del catolicismo Jesucristo es la reencarnación de Dios. En la Kabala, la secta hebrea mejor conocida hoy por la conversión de la cantante Madonna, aún creen en la reencarnación. En la religión yoruba, que llegó de Africa a Cuba, la voluptuosa diosa Ochún personifica el sincretismo religioso entre lo africano y lo español. De carácter lascivo y alegre Ochún, erótica diosa de las aguas fluviales, se reencarnó en la Virgen de la Caridad de la Cobre, patrona de Cuba.

Por otra parte lo de Franco y Bush encaja nítidamente con el aspecto malo de la reencarnación que sostienen los creyentes. Las barrabasadas que escupe Bush en conferencias de prensa parecieran sopladas por Franco, su alter ego, confirmándose de esta manera que si bien la reproducción de monstruos es contra natura, la reencarnación de Franco en Bush bien podría constituir nuestro castigo espiritual. Por confiar en líderes desalmados nos envían almas en pena. El mayor inconveniente es que la práctica también nos castiga a nosotros. Hay un consuelo. Más temprano que tarde Franco y Bush se reencarnarán de nuevo. En bestias. De esta manera si los nietos se comportan mal les amenazaremos «¡Coño! Pórtense bien o cuando vuelva Bush ya van a ver …»

* Pastor Valle-Garay • Toronto. Senior Scholar, Universidad de York.