Tras acceder a la cúpula de EUPV como coordinadora general hace ahora poco más dos años, Marga Sanz comparecerá por primera vez como cabeza de lista de la formación en unos comicios autonómicos. La creación de una banca pública valenciana y la reforma de la fiscalidad son sus bazas diferenciales respecto al resto de fuerzas […]
Tras acceder a la cúpula de EUPV como coordinadora general hace ahora poco más dos años, Marga Sanz comparecerá por primera vez como cabeza de lista de la formación en unos comicios autonómicos. La creación de una banca pública valenciana y la reforma de la fiscalidad son sus bazas diferenciales respecto al resto de fuerzas de izquierdas para tratar de ser la opción de voto de los que desean el cambio en nuestras instituciones.
P: Antes que nada creo que deberíamos felicitarle por lo que apuntan las encuestas. De la oposición, Esquerra Unida son los únicos que suben.
R: Hombre (sonríe), nosotros siempre tenemos cierta reserva con las encuestas, porque las encuestas no son el resultado final de unas elecciones. Pero lo que sí nos satisface es que en todas, sean del sesgo que sean, se refleja la misma tendencia, y eso nos hace ver que hay cierta expectativa hacia nuestro voto que va en aumento. Pero ya le digo, somos muy prudentes a la hora de valorarlo.
P: De todos modos, la tendencia también apunta a que hay cierta proporcionalidad entre los votos perdidos del PSPV y los que gana EU, lo que parece responder a esa regla de que, si al PSOE le va mal, IU se beneficia. Debe ser un poco molesto sentirse en parte una especie de segunda opción. ¿Por qué no se supera eso?
R: Yo creo que en la historia del País Valenciano y en la historia del estado hay dos momentos en la democracia que guardan cierto parangón: cómo acaba el gobierno de Felipe González, y lo que está pasando con el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. En los dos casos, ambos llegaron al gobierno generando una gran ilusión social. En el primero, porque estaba aún cercano el franquismo y se confió en ellos para hacer la transición pendiente; y ya ves cómo acabó, entrando en la OTAN y desmontando todo el sector industrial para entrar en la Unión Europea. Y en el segundo, porque lo que empezó como una contestación a la prepotencia del gobierno Aznar y sus políticas antisociales, y también a la guerra, acaba con una nueva gran desilusión, porque el gobierno se acaba plegando a las medidas más neoliberales de los grandes mercados financieros, que son las mismas que habría aplicado el Partido Popular. Antes estas situaciones se da ese fenómeno del que hablaba, pero no nos sentimos como si fuéramos un vaso comunicante del PSOE, sino que tenemos nuestro espacio, que es el espacio social y el de la izquierda, y que ahora mismo no hay quien lo represente al margen de nosotros, porque las políticas del gobierno de Zapatero no son políticas de izquierdas.
P: Quiere decir que la gente debe recibir un mazazo para darse realmente cuenta de quién hace políticas de izquierda…
R: Claro, porque es fácil gobernar en épocas de bonanza, con políticas que no incomodan a nadie porque hay dinero y llega a todos de un modo u otro. Pero cuando llegan épocas de crisis como ésta, lo que prima es la prioridad, y esa prioridad puede ser, o el impulso económico desde lo público y la protección del trabajo, o subsanar el déficit con el recorte del gasto social, que es lo que han hecho.
P: Luego, al margen de esta tendencia de trasvase de votos, que sería estatal, aquí tenemos otra propia, que es la de una relativa estabilidad. A diferencia de otras autonomías, aquí los ciudadanos ni castigan los malos gobiernos, ni premian las buenas oposiciones, ni confían en fuerzas nuevas… ¿Qué explicación tiene esto?
R: Yo creo que en los últimos tiempos, el Partido Popular ha tenido de cara hacia su propia imagen llegar precisamente en una época de gran crecimiento económico, y es indudable que se han beneficiado de ello, han hecho propaganda con ello y ha identificado ese bienestar con sus siglas. Pero también creo que en estos momentos esa identificación se les vuelve en contra, porque ya no pueden decir ni que somos la primera comunidad, ni la primera que saldrá de la crisis, ni la que tira del carro…
P: Pero lo dicen.
R: Decirlo, lo dicen, sí, pero su credibilidad es mínima, al menos entre la gente que se considere mínimamente demócrata. Pero ellos siguen manteniendo el discurso del victimismo como forma de cohesionar ese voto al PP y que no les salpique el gran desastre al que han llevado al País Valenciano. Pero realmente les queda poco margen ya de maniobra. Que el presidente esté ausente de la campaña electoral es algo que… Seguramente se estará recuperando de su operación, que es delicada, pero vamos, ¡qué casualidad! Y esto es un detalle más que demuestra el escaso margen de que disponen.
P: Usted se presenta por primera vez encabezando la lista de EU, y la hace tras media legislatura liderando el grupo parlamentario. Una legislatura que comenzó con la ruptura del grupo Compromís, con el que comparecieron en las anteriores autonómicas. Aquello fue traumático. Se ha superado, ¿no?
R: Sí, yo salí elegida coordinadora hace dos años y Gloria Marcos puso su escaño a mi disposición para que pudiéramos preparar estas elecciones y realizar todo el proceso de recuperación que tenía que abordar EU tanto institucionalmente como desde un punto de vista mediático y social, debido a aquella ruptura. Aquella ruptura no fue buena, porque no puede ser buena la ruptura de algo que ha pretendido sumar y que, por tanto, la gente ha votado con la ilusión de la suma. Pero de aquella ruptura siempre hemos tratado de recuperar el espacio que nos correspondía. Nos tiraron del grupo parlamentario, pero hemos sabido hacer uso de un espacio en las Cortes valencianas que nos ha dado voz, y con el que hemos podido dar nuestra opinión respecto a los problemas del País Valenciano. Aunque es verdad que hemos tenido limitaciones, como a la hora de interpelar al presidente en la sesión de control, por lo demás, siempre hemos tenido opinión, y hemos podido suplir a base de trabajo y entrega cualquier carencia.
P: Quizás lo peor de todo fue lo que mencionaba de las sesiones de control, que también le habrá perjudicado a la hora de proyectarse públicamente, porque el índice de conocimiento de Marga Sanz es bajo.
R: Claro, porque llevo siendo cargo público dos años, y luego, el no poder participar en la sesión de control, que es el momento político semanal más mediático, lógicamente resta proyección. Pero lo que creo que ha llegado a la gente ya no es tanto que yo tenga una determinada proyección -que creo que tendrá más recorrido, especialmente a partir del 23 de mayo-, sino nuestras alternativas, de ahí esas tendencias de voto hacia la opción de EU. Por tanto sí que hemos cubierto y compensado esas limitaciones en la acción institucional con un trabajo en la sociedad, la calle y los municipios donde tenemos representación para hacer valer nuestras propuestas.
P: Tampoco los medios de masas le dan mucha voz. Quizás un debate en campaña de las cuatro fuerzas en las Cortes sería positivo. ¿Cree que finalmente Camps accederá?
R: Creo que si fuera inteligente debería apostar por un debate a cuatro como se hizo en las anteriores elecciones. Lo demás sería esconderse otra vez y no querer dar la cara. Y lo pagaría, estoy convencida de ello, porque restaría credibilidad a la propia seguridad que trata de transmitir respecto a sus problemas con la justicia. Que se lo piense.
P: Ese debate sería una excelente plataforma para lanzar sus propuestas. La nuestra es más humilde, pero también se la ofrecemos. ¿Cuáles son, a grandes rasgos, las propuestas de gobierno de EU?
R: Nosotros Hemos lazado un lema de campaña que es Trabajo, Honradez e Igualdad. Esos tres ejes definen nuestra propuesta a los valencianos de alternativa a los grandes problemas que hay. La prioridad es sacar a este país de la crisis desde una opción social. Eso significa que desde la iniciativa pública hay que dar un impulso a la inversión pública, para que haga de arrastre de la economía; dar también protección social a los colectivos más desfavorecidos y afectados por la crisis, con instrumentos como la Renta Básica de Ciudadanía que habría que implementar más, o la Dependencia, que debería ser una de las prioridades del gobierno; y realizar finalmente una apuesta por los servicios públicos, que juegan un importante papel de cohesión social ahora más necesario que nunca. Estos son las prioridades, pero para llevarlas a cabo hacen falta instrumentos, que localizamos en dos campos; el fiscal, pues sin ingresos públicos no hay posibilidad de gasto; y el financiero que hemos perdido con este gobierno, y que se lograría con la recuperación de las cajas y la creación de una banca pública valenciana, que actúe para favorecer el impulso económico y la protección social. Finalmente se recuperaría también la imposición que este gobierno ha perdonado a los ricos y a las empresas y que supone que cada año dejemos de ingresar 1.800 millones de euros. Si además, se acordara con el gobierno central un plan de afloramiento de la economía sumergida, tendríamos un 24% de ingresos más que ahora escapan a Hacienda. Con todo eso tendríamos recursos suficientes para impulsar un nuevo modelo productivo que debe ser sostenible social y medioambientalmente, y diversificar en muchos sectores y no solo en el monocultivo del ladrillo, que es lo que ha hecho el PP. Esos son los grandes ejes, a los que se sumarían muchas otras propuestas, como las que apostarían por la sanidad y educación pública, con escolarización de cero a tres años y la eliminación de barracones; o la implementación de medidas para hacer de nuestra cultura, nuestros creadores, nuestros artistas, y el valenciano, sean los elementos que articulen y vehiculen la educación, los medios de comunicación y la transmisión de información, de cara a normalizar una situación que ahora está en el plano absolutamente contrario.
P: Tenía apuntado preguntarle por aspectos diferenciales de sus propuesta, aunque ya me ha apuntado la de la fiscalidad y la de la creación de una banca pública. No obstante, con los problemas tan evidentes que padecemos, la oposición está coincidiendo en muchos remedios.
R: Es inevitable. La transparencia será también uno de nuestras propuestas estrella, porque sin transparencia y limpieza en la vida pública no es posible salir de ésta. Nosotros no entendemos la política sin la participación. La participación es lo que permite saber en lo que se usa el dinero público y también en decidirlo. Por ejemplo, uno de los puntos que llevamos en nuestro programa es el de los presupuestos participativos, para que la gente pueda decidir en que gastar el presupuesto y crear las instancias donde puedan hacerlo.
P: Fiscalidad, banca pública, participación… a mí me suena estupendo, pero parece que es un mensaje que cala menos que «agua para todos», al menos en las cadenas de montaje y polígonos industriales. ¿Cree que su mensaje y el de la izquierda en general llega ahora a las clases trabajadoras?
R: Yo creo que este mensaje cada vez se capta más. Yo he ido a reuniones con gente que no es nuestra ni convencida, y explicas por qué se necesita la banca pública y lo entienden. Lo que no se entiende es que el estado ayude con 60.000 millones de euros a la banca privada, y que mientras el que no pueda pagar su hipoteca pierda su piso y aún le toque seguir pagando. Cuando esas cosas se explican y la gente las vive en primera persona, lo entienden. El problema es que nosotros no tenemos los medios de comunicación que tiene la derecha, ni la capacidad para sintetizar a través de esos medios un mensaje. Por eso nosotros tenemos que ir a la relación más directa, a la movilización social y al debate de ideas, porque estamos además en una sociedad con valores conservadores, y nosotros vamos a contracorriente.
P: Pongámonos, de todos modos, en el mejor de lo casos, que la situación se revierta. Eso en el escenario actual pasaría por un entendimiento con el PSPV. ¿Lo ve factible?
R: Nosotros siempre hemos dicho que si de EU dependiera, ni por acción ni por omisión permitiríamos que gobernara el Partido Popular. Eso lo tenemos claro; a partir de ahí lo demás es ver programa y buscar acuerdo político. Ahora pensar en eso es especular, pero nuestra voluntad siempre será por impedir el paso a la derecha.
P: Con Compromís si hiciera falta, también se entenderían entonces.
R: Ante los casos a los que haces referencia, y que a día de hoy son ciencia ficción, yo siempre digo que es mejor que esperar a que se celebren elecciones, veamos qué resultado tiene cada formación, y en función de eso mirar el escenario.
P: El peor de los casos devuelve a Camps a la presidencia al menos unos meses tras el 22M. ¿Podríamos digerir eso?
R: Yo prefiero no anticiparme al resultado. Mi mensaje va ser ilusionar a la gente, y estoy convencida de que el conjunto de la oposición, y en particular EU, vamos a hacer una campaña por ilusionar a la gente porque tiene que ir a votar, y tiene que ir a votar izquierda. En todo caso, la participación ha de ser importante, y la gente se ha de concienciar de que no podemos seguir con estos que nos gobiernan. Estas elecciones han de ser las de la alternativa.