Se le hace duro al arriba firmante, que lleva toda su vida en tierras vascas, comunicados como el último de ETA donde declaraba el fin del alto el fuego decretado en marzo del pasado año. Si bien es cierto que el Gobierno del PSOE no ha puesto toda la carne en el asador para solucionar […]
Se le hace duro al arriba firmante, que lleva toda su vida en tierras vascas, comunicados como el último de ETA donde declaraba el fin del alto el fuego decretado en marzo del pasado año.
Hasta el propio Otegi reconoce que la ruptura del alto el fuego es responsabilidad de ETA. Pobre Arnaldo. Y lo digo sin ironía. Él es otra víctima de ETA. Él y toda la izquierda abertzale, que antes que reclamar la independencia para Euskal Herria deberían reclamar la suya propia de ETA. ETA reclama el derecho a decidir del pueblo vasco pero es incapaz de dejar elegir a la izquierda abertzale la política que quiere llevar a cabo. La cúpula abertzale está a «sueldo» de ETA como los viejos partidos comunistas europeos lo estaban de Moscú. Pero aquello, lo de Moscú, era en el peor de los casos una causa progresista. Lo de ETA ni Dios sabe lo que es. El Estado y su maquinaria secuestraron la voz de muchos vascos que no pudieron votar a las candidaturas abertzales ilegalizadas. ETA con la ruptura del alto el fuego ha terminado el trabajo secuestrando las voces de aquellos abertzales que si pudieron votar candidaturas legales.
La izquierda abertzale, que debería hacer migas con la izquierda española para ganársela para la causa de la libertad de los pueblos de España, está atada en corto por ETA. La izquierda abertzale debería romper amarras con ETA y aliarse con las izquierdas españolas para luchar contra la España borbónica y por la «patria grande» (que diría Machado) de los pueblos y sus trabajadores. Ellos decidirán que compañía prefieren. Que no vengan reclamando luego solidaridad cuando no saben ser solidarios no ya con su pueblo, sino con ellos mismos.
En la calle Génova, al igual que tras el atentado de Barajas, el champán corre a borbotones. Era ni más ni menos lo que necesitaba el PP tras ganar las elecciones municipales, una ruptura de la tregua y a ser posible un atentado. Muchas veces se llega a plantear el arriba firmante si ETA no es más que una organización filial del PP que rompe treguas y asesina cuando más lo necesitan en la calle Génova. Si desde Falsimedia y el Estado de clase se han sacado de la chistera el contubernio ETA-Batasuna, alegando que todo lo abertzale es terrorismo, no tiene pinta de ser menos veraz, aunque igual de manipulador, el contubernio PP-ETA. Un atentado con víctimas mortales de ETA, además de ser el batacazo final para enterrar definitivamente la esperanza de una solución, será el primer impulso que ETA otorgará a Rajoy y sus chicos en la carrera hacia la Moncloa.
ZP al no hacer nada para avanzar hacia la paz tenía el proceso paralizado. ETA, después de romper el alto el fuego, si «hace algo» lo hará desaparecer y por mucho tiempo. Antes de la ruptura del alto el fuego el balón estaba en el tejado de la Moncloa. Ahora está en el de ETA. Quiera Dios que lo manden de vuelta al tejado de ZP y que no lo hagan estallar.