Se celebró recientemente en el Palacio de la Zarzuela, bajo la Presidencia del Rey, y con presencia del Príncipe, el Presidente del Gobierno, el Ministro de Defensa, altos Mandos Militares y algunos otros Ministros implicados, la reunión del Consejo de Defensa Nacional, para debatir, acordar y desarrollar las medidas y objetivos esenciales de la Defensa […]
Se celebró recientemente en el Palacio de la Zarzuela, bajo la Presidencia del Rey, y con presencia del Príncipe, el Presidente del Gobierno, el Ministro de Defensa, altos Mandos Militares y algunos otros Ministros implicados, la reunión del Consejo de Defensa Nacional, para debatir, acordar y desarrollar las medidas y objetivos esenciales de la Defensa Nacional a corto y medio plazo, así como tratar los posibles efectos de los recortes en Defensa en relación a las dotaciones de nuestros Ejércitos. Era la primera vez que se reunía este órgano desde la toma de posesión del Gobierno del PP.
Varias conclusiones se pueden sacar de esta reunión, tanto sobre el contenido, las formas y el fondo de la misma. Pero la principal, una vez más, tiene que ver con el modo de gobernar de esta gente, rehuyendo los debates públicos en el Parlamento, y hurtando a la democracia la posibilidad de dirigir los destinos y la soberanía de la nación. Y más en aspectos como éste de la Defensa Nacional, donde la implicación como país es tan decisiva. Son temas por tanto que deben ser no sólo largamente tratados y discutidos en el Parlamento, sino además someterse a la votación de todos los grupos.
Nos llama también la atención que el colectivo militar tenga que tratar directamente con el Gobierno los efectos de los recortes en sus dotaciones, presupuestos y estrategias, lo cual demuestra de nuevo que todos estos aspectos son considerados como más importantes para el Gobierno que la protección social de las personas, la atención a sus servicios públicos y la garantía de sus derechos básicos y fundamentales. Dicho de otro modo, las personas pueden no tener trabajo, vivienda o atención sanitaria, pero los aspectos de defensa nacional no se pueden ignorar.
Y en cuanto al contenido, evidentemente, seguimos en la misma línea de Defensa, marcada por nuestra sumisión a la OTAN y al imperialismo norteamericano. En vez de plantear una política de defensa orientada a mantener unas relaciones internacionales con total independencia, basadas en la cooperación solidaria y en la defensa de la paz, el diálogo y la negociación, nuestro país se sumerge cada vez más en los entresijos militares de la OTAN, y acepta la presencia de contingentes americanos en nuestras bases. El último ejemplo, las dotaciones que vienen a proporcionar cobertura al Escudo Antimisiles de la base militar de Rota.
Pues bien, como decíamos, nos tenemos que enterar de todas estas cosas por la prensa, no sólo nosotros, ciudadanos de a pie, sino los propios políticos de los demás grupos parlamentarios, lo cual da idea de la escasez democrática que practica este Gobierno. Desde la izquierda demandamos una mayor independecia y soberanía nacional en nuestra política de defensa, reivindicar nuestra defensa en el marco europeo con independencia de la OTAN, jugar un papel más activo en las relaciones con América Latina, así como un redimensionamiento a la baja del contingente de nuestros Ejércitos, la retirada de nuestras tropas de cualquier zona de conflicto, más reducción de los gastos militares, y más respeto y complicidad con el Derecho Internacional, para dejar de hacerle el juego a países como Marruecos, que lo llevan violando desde hace décadas.
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